¡®Creepy¡¯, rese?a. El terror como s¨ªmbolo de la lucha contra la censura

Durante los a?os 50 Estados Unidos viv¨ªa sumido en un estado de paranoia social, la b¨²squeda de comunistas durante el macartismo se tradujo en una b¨²squeda de enemigos que trataban de socavar el poder y la moral del pueblo estadounidense. El c¨®mic no fue ajeno a esa corriente y se impuso un duro sistema de autocensura, el Comics Code Authority (CCA, 1954). Su puesta en marcha supuso la prohibici¨®n de cualquier descripci¨®n que implicara violencia, gore o que cuestionara la legitimidad de las autoridades. ¡°Los vampiros, hombres lobos, gules y zombis no pod¨ªan ser dibujados. Adem¨¢s, los c¨®mics no podr¨ªan utilizar las palabras ¡°horror¡± o ¡°terror¡± en sus t¨ªtulos y el empleo de la palabra ¡°crimen¡± ten¨ªa fuertes restricciones. As¨ª que el legendario sello EC Comics, que inclu¨ªa entres sus series de ¨¦xito: ¡®Tales from the Crypt¡¯, ¡®The Hunter Fear¡¯ y ¡®The Vault Horror¡¯ se vio abocado al cierre de cinco de sus colecciones y se qued¨® como gran baluarte la revista humorista ¡®MAD¡¯ de Harvey Kurtzman. Al tratarse de otro formato consegu¨ªa saltarse la f¨¦rrea censura.

Un editor valiente

James Warren era un empresario valiente que en 1957 fund¨® Warren Publishing, una editorial dedicada al mundo de las revistas: ¡®Help¡¯ con Kurtzman y ¡®Monsters of Filmland¡¯ fueron sus mayores ¨¦xitos hasta que en 1964 decide sacar ¡®Creepy¡¯, una publicaci¨®n mensual que recog¨ªa el esp¨ªritu de ¡®Tales from the Crypt¡¯ con historias cortas, autoconclusivas y en blanco y negro que, adem¨¢s, contaban con la presencia de los mejores autores del desaparecido c¨®mic.

Para liderar el proyecto cont¨® con Archie Goodwin, una de las grandes figuras del c¨®mic norteamericano, quien era responsable jefe de los guiones y editor junto a Russ Jones. Bajo su mano tambi¨¦n saldr¨ªa la revista gemela: ¡®Eerie¡¯. Estar¨ªa all¨ª hasta el 67 y volver¨ªa para una segunda etapa en el 74. Despu¨¦s pasar¨ªa por DC y Marvel, donde dio vida a la revista ¡®Epic Illustrated¡¯.

Grandes talentos

La buena fama de Goodwin fue clave para que muchos de los viejos colaborades de EC se subieran a un proyecto al que se unieron j¨®venes talentos que utilizaron sus p¨¢ginas como un trampol¨ªn. Steve Ditko, Alex Toth, Neal Adams se sumaban a Reed Crandall, Fran Frazetta, Angelo Torres, Joe Orlando¡­ La clave del ¨¦xito de la revista, adem¨¢s de su excelente material, fue la capacidad de Goodwin para atraer talento y dar luego a los autores la importancia que merec¨ªan. En Estados Unidos se iniciar¨ªa una lucha en el mundo del c¨®mic entre las editoriales y los creadores y en las que grandes figuras como Jack Kirby manten¨ªan una posici¨®n beligerante por el reconocimiento de sus derechos.

Las revistas fueron un refugio para los artistas m¨¢s innovadores, no estaban sujetas a las duras normas del CCA y sus autores ten¨ªan un reconocimiento.

¡®Creepy¡¯ se convirti¨® pronto en un fen¨®meno de masas que llegar¨ªa a vender 3 millones de ejemplares al mes. Entre sus se?as de identidad estar¨ªa el T¨ªo Creepy, que hac¨ªa una introducci¨®n de cada una de las historias. La fama de la publicaci¨®n trascendi¨® al mundo de las vi?etas y en 1982 George A. Romero, director de ¡®La noche de los muertos vivientes¡¯ llev¨® el proyecto al cine que cont¨® con figuras como Ed, Harris, Leslie Nielsen, Ted Danson, Hal Hlbrook.. e incluso reclut¨® a Stephen King y su hijo Joe Hill.

Crisis y espa?olizaci¨®n de la revista

La mayor¨ªa de los autores iniciales abandon¨® el proyecto durante 1967 al no recibir dinero por sus creaciones, as¨ª que la revista tir¨® de autores espa?oles que eran tan buenos como los estadounidenses, pero mucho m¨¢s baratos. Por sus p¨¢ginas pasaron Esteban Maroto (Wolff) , Pepe Gonz¨¢lez (¡®Vampirella¡¯), Jos¨¦ Ortiz (¡®Hombre¡¯), Josep Maria Be¨¤ (¡®The Accursed Flowers¡¯)¡­

Este desembarco conllev¨® algunas quejas entre los lectores estadounidenses, fen¨®meno que se repiti¨® a la inversa en la edici¨®n espa?ola que fue llevada a cabo por Toutain Editor a partir de 1979.

Edici¨®n de Planeta

Planeta Comics recupera una publicaci¨®n que inici¨® hace una d¨¦cada y que se qued¨® en el tomo 14. Ahora publicar¨¢ desde el 15 en adelante, con el mismo estilo, a la vez que republicar¨¢ todos los tomos ya editados desde el 1. Esta operaci¨®n se repetir¨¢ con la revista gemela ¡®Eeire¡¯, que en su d¨ªa se qued¨® en el 11.

Cada tomo incluye cinco n¨²meros, se incluyen las portadas originales y las secciones de art¨ªculos y correos que tra¨ªa la revista.

Conclusi¨®n

Planeta brinda una oportunidad de oro para conocer una de las revistas m¨¢s emblem¨¢ticas de la historia del c¨®mic. Por sus p¨¢ginas desfilaron muchos de los grandes talentos del c¨®mic americano y casi todas las estrellas del nacional. Eran historias cortas, brillantes y con un final sorprendente. Todas ellas ten¨ªan el com¨²n denominador de un dibujo sobresaliente.

Ficha

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