¡®Oppenheimer¡¯ se estrena en Jap¨®n y los historiadores del pa¨ªs remarcan el gran problema de la pel¨ªcula

Ocho meses despu¨¦s de su estreno en el resto del mundo y dos despu¨¦s de ganar el Oscar, ¡®Oppenheimer¡¯ ha llegado a los cines de Jap¨®n y hab¨ªa muchas preguntas sobre c¨®mo ser¨ªa recibida entre la sociedad nipona. Los n¨²meros no han sido malos (dos millones y medio de d¨®lares en taquilla en su primer fin de semana, coron¨¢ndose como el mejor estreno de Hollywood all¨ª en lo que va de 2024), pero la cr¨ªtica ha sido dispar y muchos han reparado en que vuelve a ser una tergiversaci¨®n de la historia por parte de Estados Unidos.

¡°Hay algo en lo que la ¡®Oppenheimer¡¯ no se mete: la decisi¨®n de usar una bomba contra civiles de Jap¨®n¡±, explicaba la periodista Anna Kook. ¡°Va contra la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos. Rehuyen aceptar los cr¨ªmenes cometidos contra mi pa¨ªs y lo justifican diciendo que las bombas eran necesarias para acabar la guerra¡±.

¡°La pel¨ªcula ofrece una visi¨®n muy limitada¡±, coincide la historiadora Naoko Wake. ¡°Es s¨®lo una peque?a parte de toda la historia de la bomba. Desde Estados Unidos nunca se dan pie a ciertas preguntas y promueven la sensaci¨®n de que la Segunda Guerra Mundial fue una guerra que acab¨® bien cuando esos dos ataques nucleares ser¨ªan cr¨ªmenes de guerra seg¨²n las definiciones actuales del derecho internacional¡±.

¡°La mayor¨ªa de las v¨ªctimas de Hiroshima y Nagasaki eran civiles¡±, explica Naoko Wake. ¡°Las bombas mataron a cerca de 200.00 personas y provocaron que mucha m¨¢s sufriera efectos a largo plazo por culpa de la radiaci¨®n. Provocaron c¨¢nceres que no se detectaron hasta muchas d¨¦cadas despu¨¦s y debido al miedo a tener hijos con deformidades, mucha gente opt¨® por no tener descendencia¡±.

¡°Estados Unidos es el ¨²nico pa¨ªs que ha usado un arma nuclear en una guerra y m¨¢s de 78 a?os despu¨¦s, ning¨²n presidente norteamericano se ha disculpado todav¨ªa con las v¨ªctimas¡±, retoma Anna Kook. ¡°Parece que pueden ir a Jap¨®n y a Hiroshima, que mientras no se disculpen, para su poblaci¨®n est¨¢ bien. Aceptar lo que pedimos ser¨ªa reconocer que su visi¨®n de la Segunda Guerra Mundial como un conflicto glorioso es falsa y atentar¨ªa contra el inter¨¦s y la seguridad nacional. Tampoco se han disculpado demasiado por las 67 pr¨¢cticas nucleares en las Islas Marshall ni compensaci¨®n por los efectos posteriores. Es algo muy americano bombardear a otros y luego preguntarles c¨®mo se sienten¡±, sentencia.

¡°As¨ª que s¨ª, ¡®Oppenheimer¡¯ es una pel¨ªcula hist¨®rica, pero la amenaza con las armas nucleares sigue siendo muy real . Nueve pa¨ªses las poseen y Estados Unidos y Rusia tienen el 90% del total. Entonces, ?qu¨¦ importa que Estados Unidos hable de Hiroshima, Nagasaki y la bomba at¨®mica si luego perpet¨²a el problema?¡±, concluye Wake.

Entre los estadounidenses las impresiones y cr¨ªticas han causado algo de revuelo y muchos han se?alado que Jap¨®n tambi¨¦n se ha negado a admitir cr¨ªmenes de guerra como la masacre Nanjing o la unidad 731. Desde luego, en esta clase de conflictos nunca hay ganadores.