El d¨ªa que Sean Connery volvi¨® del retiro para ser ¡®James Bond¡¯ una ¨²ltima vez y se enfrent¨® a Roger Moore

El a?o 1983 fue decisivo para el universo de James Bond. Durante un corto lapso de cuatro meses, dos pel¨ªculas protagonizadas por diferentes int¨¦rpretes del ic¨®nico esp¨ªa se estrenaron en cartelera, generando una ¡°batalla¡± medi¨¢tica y en taquilla realmente ¨²nica. Por un lado, Roger Moore, en la continuidad oficial de Eon Productions, protagoniz¨® ¡®Octopussy¡¯; por el otro, Sean Connery, quien hab¨ªa anunciado su retiro del ic¨®nico papel, regres¨® para encarnar a Bond en la producci¨®n no autorizada ¡®Nunca digas nunca jam¨¢s¡¯.

Un duelo irrepetible

Despu¨¦s de haber interpretado a Bond en seis ocasiones entre 1962 y 1971, Sean Connery hab¨ªa dejado el papel, estableciendo una firme decisi¨®n de retirarse del personaje. Sin embargo, el productor independiente Kevin McClory y el guionista Jack Whittingham, vinculados a la creaci¨®n de la historia de ¡®Thunderball¡¯ (¡¯Operaci¨®n Trueno¡¯), ganaron derechos que les permitieron desarrollar una nueva versi¨®n del universo Bond. Tras a?os de disputas, McClory se sali¨® con la suya y ofreci¨® a Connery un irresistible cheque de 3 millones de d¨®lares para retomar el papel, lo que finalmente lo convenci¨® de regresar. Inicialmente titulado ¡®James Bond of the Secret Service¡¯, la pel¨ªcula fue rebautizada como ¡®Nunca digas nunca jam¨¢s¡¯, en un gui?o ir¨®nico a la supuesta decisi¨®n definitiva del actor de no volver a interpretar a 007.

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Esta circunstancia pon¨ªa al James Bond ¡°no autorizado¡± en choque directo con la decimotercera entrega oficial del agente secreto: ¡®Octopussy¡¯, con un no menos ic¨®nico Roger Moore en el papel. La circunstancia del choque no pas¨® inadvertida a los productores, que hicieron todo lo posible por estirar sus presupuestos y contar con los elementos considerados imprescindibles para hacer una buena pel¨ªcula de James Bond: localizaciones ex¨®ticas, villanos memorables y mujeres despampanantes.

¡®Octopussy¡± contaba con un presupuesto de 27,5 millones y ten¨ªa en la silla del director a un veterano de la saga como John Glen, que llev¨® a la producci¨®n a localizaciones como Udaipur, India o Mosc¨², con un Bond a la caza del playboy multimillonario Kamal Khan y su mano derecha: Octopussy, una contrabandista internacional rodeada de acr¨®batas asesinas. Mientras, ¡®Nunca digas nunca jam¨¢s¡± ten¨ªa algo m¨¢s de presupuesto, unos 36 millones, estaba dirigida por el director de ¡®El Imperio contraataca¡¯, Ivin Kershner, y presentaba su propia colecci¨®n de localizaciones sugerentes como las Bahamas y la Riviera Francesa, adem¨¢s de tener a Sean Connery (aunque uno algo m¨¢s mayor del que seguramente recordaban sus fieles, doce a?os no pasan en balde). Entre sus curiosidades, destaca una joven, Kim Bassinger, en uno de sus papeles destacados antes de que saltara a la fama por ¡®9 Semanas y media¡¯, tres a?os m¨¢s tarde.

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Batalla de los Bonds

La llamada ¡°Batalla de los Bonds¡± se sald¨® con un empate t¨¦cnico. ¡®Octopussy¡¯ tuvo una recepci¨®n fr¨ªa por parte de la cr¨ªtica, pero recaud¨® 187,5 millones en todo el mundo, consolid¨¢ndose como un gran ¨¦xito dentro de la franquicia. ¡®Nunca digas nunca jam¨¢s¡¯ tambi¨¦n recibi¨® algunos palos de la cr¨ªtica por reminiscencia con pel¨ªculas de Bond anteriores, pero recaud¨® unos 160 millones. Lo que no termin¨® es una lucha encarnizada que durar¨ªa d¨¦cadas por parte de Kevin McClory para seguir produciendo cintas no autorizadas de ¡®James Bond¡¯, aunque ya no lograr¨ªa repetir la gesta legal que le hab¨ªa permitido producir ¡®Nunca digas nunca jam¨¢s¡¯, que queda como la rara avis y toda una curiosidad para amantes de la franquicia.

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