Cr¨ªtica de ¡®Los Pecadores¡¯. Vampiros a ritmo de Blues en el EE.UU. profundo de los a?os 30

Las ra¨ªces se hunden en lo m¨¢s profundo de la tierra para desenterrar las leyendas ancestrales de la cultura de los pueblos, las criaturas de la mitolog¨ªa y los terrores nocturnos que acechan en la oscuridad. Entre lo profano y lo sagrado, la nueva pel¨ªcula de Ryan Coogler (¡®Black Panther¡¯) es una pel¨ªcula dif¨ªcil de catalogar. Sutil, brutal, visualmente deslumbrante y un deleite para los o¨ªdos. Es po¨¦tica y reivindicativa, sangrienta y bella, toda una mezcla de elementos contradictorios que no casan por separado, pero que juntos conforman un todo con sentido. La m¨²sica, y m¨¢s concretamente el Blues, articula la narraci¨®n y enraiza el ¨¢rbol geneal¨®gico del pueblo afroamericano. En su esencial, ¡®Los Pecadores¡¯ es un filme que retrata el racismo y sus consecuencias, la crudeza y el sentimiento de odio que ello genera.

Ambientada en los a?os 30, la Ley Seca impera en los Estados Unidos, pero eso no impide el contrabando de alcohol ni su consumo. Las comunidades afroamericanas son perseguidas por el Ku Klux Klan y los trabajadores cultivan el algod¨®n en las plantaciones. En los estados sure?os, Misisipi concretamente, la vida no es sencilla para estas personas, que viven con lo poco que tienen. Superstici¨®n y religi¨®n, vud¨² y chamanes, tradici¨®n y creencias... una cultura que bulle en sus venas y que se trasmite de generaci¨®n a generaci¨®n. Sammie Moore (Miles Caton), el hijo del pastor, quiere ser m¨²sico, un camino que no todos ven con buenos ojos. Y as¨ª empieza la historia, en una iglesia y con una guitarra en las manos. ?Es el diablo, o quiz¨¢ la libertad?

Dos partes de una misma pel¨ªcula

La pel¨ªcula se divide en dos partes bien diferenciadas. En la primera, Sammie y sus primos, Smoke y Stake ¡ªambos interpretados por Michael B. Jordan¡ª, deciden asociarse. Los gemelos se han hecho ricos y han invertido parte de su fortuna en la apertura de un club nocturno. El debut del joven Sammie se produce en ese contexto, pero la vida de todos ellos est¨¢ a punto de cambiar para siempre. Hay una escena espectacular en la que el m¨²sico entona una canci¨®n y la secuencia cruza la sala de baile mezclando sonidos de distintas ¨¦pocas y pueblos. ¡®Los Pecadores¡¯ no es un musical propiamente dicho, pero este componente es intr¨ªnseco a la historia y a los personajes.

En la segunda parte, los sobrenatural se adue?a del filme y se produce un cambio de g¨¦nero. La llegada de un extra?o m¨²sico irland¨¦s (Jack O¡¯Connell) lo cambia todo. M¨¢s terror, sexo y acci¨®n, aunque sin olvidar nunca el componente social. ¡®Los Pecadores¡¯ deja atr¨¢s un reguero de sangre y se empapa de la mitolog¨ªa y de las leyendas de las criaturas de la noche, sin que la m¨²sica deje de sonar casi en ning¨²n momento.

La aparici¨®n de vampiros da un giro dram¨¢tico, tenso y descarnado a la situaci¨®n, deja en evidencia las contradicciones de algunos personajes y refuerza las emociones de todos ellos. Destacan las historias de amor de Smoke y Stake con Annie (Wunmi Mosaku) y Mary (Hailee Steinfeld) respectivamente, ambas con un tinte tr¨¢gico.

No es un spoiler decir que el cl¨ªmax es sangriento, pero Coogler desarrolla a los personajes y los dota de humanidad mucho antes de que el festival de muerte ti?a el suelo de carmes¨ª. En cierto modo, ¡®Los Pecadores¡¯ es una alegor¨ªa de la ¨¦poca, aunque los temas resuenan con situaciones del mundo contempor¨¢neo. Quiz¨¢ algunos fragmentos se hagan un poco largos, pero el conjunto brilla como el sol que nunca querr¨¢n ver los chupasangre.

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