Tecnolog¨ªa
Ni SSD ni HDD: esta tecnolog¨ªa de hace 100 a?os compite para ser la mejor opci¨®n de almacenamiento de datos
Las cintas magn¨¦ticas fueron creadas en 1928, pero siguen teniendo usos espec¨ªficos casi cien a?os despu¨¦s de su invenci¨®n.

Aunque naci¨® hace casi un siglo como tecnolog¨ªa de grabaci¨®n de audio, con el paso de los a?os, la cinta magn¨¦tica evolucion¨® hasta convertirse en una soluci¨®n pr¨¢ctica para el almacenamiento de datos a partir de mediados del siglo pasado. Aunque parezca inveros¨ªmil, las cintas magn¨¦ticas se siguen utilizando en pleno 2025, e incluso en los entornos m¨¢s punteros y ciertos nichos industriales, siguen siendo una opci¨®n preferida ante los discos duros HDD o SSD m¨¢s modernos.
Por qu¨¦ la cinta magn¨¦tica sigue siendo ¨²til casi 100 a?os despu¨¦s
La cinta magn¨¦tica fue inventada en 1928 por el ingeniero alem¨¢n Fritz Pfleumer como un medio para grabar sonido, utilizando una tira de papel recubierta de polvo de ¨®xido de hierro. En las d¨¦cadas siguientes, su uso se extendi¨® en el ¨¢mbito del audio, pero no fue hasta 1951 cuando se adapt¨® por primera vez como soporte de almacenamiento de datos digitales con la computadora UNIVAC I. Desde entonces, ha evolucionado constantemente en paralelo a otros formatos f¨ªsicos, representando la base de tecnolog¨ªas como las cintas de cassette y las cintas VHS, y manteni¨¦ndose como una tecnolog¨ªa de almacenamiento viable y especializada, incluso en pleno 2025.

En sus primeras etapas como medio digital, la cinta magn¨¦tica ofrec¨ªa capacidades limitadas y velocidades modestas en comparaci¨®n con lo que hoy consideramos est¨¢ndar. Sin embargo, la evoluci¨®n del formato ha sido constante: las cintas LTO de ¨²ltima generaci¨®n, como la LTO-9, alcanzan hasta 18 terabytes de capacidad por cartucho (o 45 TB comprimidos) y velocidades de lectura de hasta 400 MB por segundo. Aunque su acceso es secuencial y no tan ¨¢gil como el de un disco duro o una unidad SSD, su fiabilidad y escalabilidad la hacen una opci¨®n id¨®nea para ciertos casos de uso.
Es precisamente por su naturaleza secuencial y su bajo coste por terabyte que la cinta magn¨¦tica sigue siendo la opci¨®n preferida para el almacenamiento en fr¨ªo: es decir, para guardar grandes vol¨²menes de datos que no se consultan con frecuencia, como copias de seguridad a largo plazo, archivos hist¨®ricos, o contenido multimedia sin uso inmediato. Empresas como IBM, HP o Quantum contin¨²an desarrollando sistemas basados en cinta, y gigantes tecnol¨®gicos como Google, Meta o la NASA la emplean regularmente para archivar informaci¨®n crucial de forma segura y duradera.

La cinta magn¨¦tica no solo es un vestigio de ¨¦pocas pasadas, sino que es la prueba viviente de que las tecnolog¨ªas m¨¢s modernas no son necesariamente mejores o m¨¢s robustas. Tras su aparente obsolescencia ¡ªno en vano, en 2028 cumplir¨¢ un siglo de antig¨¹edad¡ª, se esconden virtudes clave: su resistencia al paso del tiempo y su bajo riesgo de fallo en entornos bien controlados han hecho de ella una opci¨®n muy atractiva para cuando todo lo dem¨¢s falla. Frente a SSD ultrarr¨¢pidos pero propensos a fallos el¨¦ctricos o HDD mec¨¢nicos pero vulnerables al desgaste f¨ªsico, las cintas magn¨¦ticas ofrecen una alternativa que, adem¨¢s de robusta, es econ¨®mica. En ocasiones, lo m¨¢s inteligente no es reemplazar sin m¨¢s lo antiguo, sino entender por qu¨¦ lleva d¨¦cadas utiliz¨¢ndose, y qu¨¦ ventajas sigue aportando.