One Military Camp, impresiones: la cara m¨¢s amena de la guerra

Leon Tolstoi escrib¨ªa en ¡®Guerra y Paz¡¯ que ¡°los dos guerreros m¨¢s importantes son la paciencia y el tiempo¡± y eso es algo que hay que tomar al pie de la letra en One Military Camp, el nuevo juego de gesti¨®n de Abylight Studios, compa?¨ªa veterana con sede en Barcelona bien conocida por sus ports de Ninendo Switch.

One Military Camp es un m¨¢nager de un campamento militar en el que el usuario tiene que hacer frente a multitud de tareas para conseguir que unos simples reclutas consigan la especializaci¨®n suficiente para hacer frente al enemigo que amenaza a su pa¨ªs. Aunque el planteamiento es muy similar a lo que se ve en la primera parte de Full Metal Jacket, su tono humor¨ªstico quita el dramatismo que acompa?a a las guerras, centr¨¢ndose en las rutinas y obviando la dimensi¨®n t¨¢ctica que podr¨ªa haber acompa?ado al juego. Un estilo de gesti¨®n, tanto por su fondo como por su forma, muy similar a los t¨ªtulos de Two Point Studios. (Hospital y Campus).

El dise?o

El juego, que a¨²n est¨¢ en fase de early Access en Steam, presenta un sistema de triple gesti¨®n. Para empezar hay que crear todo tipo de infraestructuras que faciliten la vida en el campamento: casas, barracones, electricidad, comida, almacenes, zonas de entrenamiento, caminos, lugares de entretenimiento, laboratorios, servicios sanitarios¡­ En este nivel es importante dimensionar el crecimiento de las instalaciones porque el dinero es un bien limitado, sobre todo al principio de la partida.

La intendencia

La segunda pata que hay que controlar es la contrataci¨®n de personal para que todo funcione de manera correcta: personal de mantenimiento, de seguridad, cocineros, investigadores y sanitarios. Su sistema de mejora, al igual que pasa con los reclutas, viene determinado por una serie de atributos, tanto positivos como negativos. Colocar a cada personaje en su puesto es clave para aumentar la eficacia de las instalaciones. Tambi¨¦n hay que decidir qu¨¦ parte de la plantilla trabaja de d¨ªa y qu¨¦ parte de noche. A medida que los empleados cogen experiencia sus labores se volver¨¢n m¨¢s eficientes.

La instrucci¨®n

Por ¨²ltimo, est¨¢ el recurso m¨¢s importante, los reclutas. Todos ellos comienzan con unos atributos bastante bajos y tendr¨¢n que especializarse en una determinada ¨¢rea en funci¨®n de sus capacidades en fuerza, velocidad, inteligencia y punter¨ªa. Cada tipo de unidad exige una puntuaci¨®n m¨ªnima en una, dos, tres o cuatro de ellas dependiendo del tipo de especializaci¨®n. Para llegar a los m¨ªnimos no queda otra que entrar y entrenar hasta que consiga elevar los par¨¢metros hasta el list¨®n requerido. En las primeras fases la exigencia ser¨¢ m¨ªnima e incluso solo ser¨¢ necesario trabajar un par¨¢metro. (Fuerza en el caso de las ametralladoras). Pero a medida que se progresa en la partida y las unidades se vuelven m¨¢s complejas, por ejemplo para los comandos es necesario entrenar todas las capacidades y a un nivel muy alto.

La experiencia

Otro factor que incide en el rendimiento de las unidades en las misiones es su experiencia, esta se consigue bien participando en incursiones, bien entrenando en edificios espec¨ªficos. En casi todos los casos la pr¨¢ctica exige consumir municiones y este no es un recurso nada barato. De nuevo hay que estar atento a que el dinero no se evapore, pues no es nada sencillo voltear una partida que se tuerce.

La curva de dificultad de One Military Camp es extra?a porque a medida que se avanza en las partidas estas se vuelven m¨¢s sencillas, aunque problemas triviales como la sobrecarga en los generadores puede convertirse en un obst¨¢culo insalvable, y dar al traste con una partida bien encarrilada. El sistema de ensayo y error es el mejor maestro, ya que el tutorial deja en tierra de nadie algunos conceptos que solo se aprenden con la pr¨¢ctica.

Las misiones

A pesar de que el juego se encuentra en una fase temprana de desarrollo, la campa?a est¨¢ completa. Esta ofrece m¨¢s de cien misiones que abren la puerta a m¨¢s ingresos, necesarios para equilibrar el presupuesto, y a fuentes de suministro m¨¢s baratas que las originales.

Para cumplirlas es necesario enviar un numero determinado de tropas y de una clase espec¨ªfica, hasta que no se cumpla al cien por cien los requisitos no se puede optar a ellas. Luego, en funci¨®n de su nivel, el objetivo se puede cumplir o no e incluso se pueden tener bajas, algo dram¨¢tico cuando se trata de unidades de alta especializaci¨®n que han costado mucho tiempo y dinero entrenar.

Manejo

Uno de los grandes aciertos de One Military Camp es que el manejo de los m¨²ltiples factores que influyen en el juego se ha simplificado al m¨¢ximo como men¨²s bastante accesibles e intuitivos. Todo funciona como deber¨ªa y eso es algo que hace amigable la experiencia. Es cierto que el n¨²mero de rutinas diarias es muy elevado, pero a partir de un determinado punto se pueden automatizar tareas como el abastecimiento y la distribuci¨®n de los almacenes. Una opci¨®n que simplifica mucho la partida y ayuda al jugador a centrarse en lo verdaderamente importante: la mejora de las unidades.

Gr¨¢ficos

Sin ser un alarde art¨ªstico, el juego luce bonito, con una buena representaci¨®n de unidades y edificios que los hace f¨¢cilmente identificables. La perspectiva isom¨¦trica facilita la colocaci¨®n de instalaciones y evita los puntos muertos. Todo es accesible, ¨²til y est¨¢ realizado con bastante cuidado.