Teslagrad 2, an¨¢lisis. Otra d¨¦cada, otro estilo

Gone Home, Rogue Legacy, The Stanley Parable... 2013 fue un a?o maravilloso para el desarrollo de videojuegos independientes. En aquel entonces, probablemente a¨²n no hab¨ªamos evolucionado y muchos a¨²n traz¨¢bamos una l¨ªnea que separaba proyectos menores de grandes producciones. Si tuvi¨¦semos que dar un premio con car¨¢cter retroactivo al ¡®Mejor Indie del A?o¡¯, alguno de esos nombres ser¨ªa el elegido, aunque hay otros que tambi¨¦n merecer¨ªan un reconocimiento y se nos viene a la cabeza, por ejemplo, Teslagrad.

Ahora estamos en pleno 2023 y sab¨¦is perfectamente lo mucho que ha llovido desde entonces; hoy se lanzan juegos menores ¡ªsobre el papel¡ª y nadie pone en tela de juicio su capacidad para sentarse en la mesa de los m¨¢s grandes. Ya no importa si algo es ¡®indie¡¯ o no; son videojuegos, y una d¨¦cada despu¨¦s de la aventura de Rain Games, el Nintendo Indie World del otro d¨ªa nos dej¨® una grata sorpresa: Teslagrad 2 ?Estar¨¢ a la altura de su antecesor?

Un viaje inesperado

Teslagrad 2 no hace demasiado por contarnos su historia, aunque si sois seguidores de la primera entrega, una de las primeras im¨¢genes que vemos en la escena de introducci¨®n ser¨¢ suficiente para que sep¨¢is de d¨®nde venimos. M¨¢s all¨¢ de eso, lo cierto es que sin apenas pensarlo nos embarcamos en un gran viaje sin saber pr¨¢cticamente cu¨¢l es nuestro destino. Encarnamos a Lumina, una joven v¨ªctima de un accidente a¨¦reo que acaba en el reino ficticio de Wyrmheim, ubicado en el norte y habitado por vikingos. Tranquilos: no faltan las criaturas mitol¨®gicas.

?Sois de azul o prefer¨ªs el rojo? Poco importa, porque aqu¨ª es necesario aprovechar al m¨¢ximo ambos colores. Han pasado 10 a?os y todav¨ªa no tenemos claro el origen de esas misteriosas fuentes de luz, pero como Lumina es capaz de interactuar con ellas, habr¨¢ que sacarle provecho, ?no? Como si de polos opuestos se tratasen, un color se adhiere al otro de forma inmediata, mientras que si la superficie es roja y nosotros tambi¨¦n, el efecto ser¨¢ inverso.

Explicarlo es sencillo, aunque es mucho m¨¢s f¨¢cil experimentarlo por uno mismo; si el suelo es rojo y el objetivo es alcanzar una zona elevada a la que no podemos llegar saltando, en cuanto activemos el campo de fuerza azul sobre nuestro cuerpo saldremos disparados hacia el techo. As¨ª funciona todo en Teslagrad 2, porque sin plataformas de colores no ser¨ªa posible superar ni los primeros cinco minutos de juego. Por supuesto, es solo un ejemplo pr¨¢ctico; conforme avanzamos nos topamos con muchas situaciones complejas, donde debemos cambiar de color de forma precisa, combinar las acciones con saltos ajustados y ser muy r¨¢pidos a la hora de movernos.

Las cosas mejoran cuando entran en juego habilidades m¨¢s avanzadas como la capacidad de deslizarnos a gran velocidad, algo que podemos usar pr¨¢cticamente a modo de medio de transporte, junto con el lanzamiento de un martillo muy popular en la mitolog¨ªa n¨®rdica... ?Es necesario que os digamos su nombre? Si el cuerpo de Lumina irradia electricidad, imaginad lo que puede hacer con este peque?o juguete. Por supuesto, hay zonas en las que nos toca combinar todas estas acciones y no siempre es f¨¢cil determinar el orden; son desafiantes y los amantes de los puzles lo agradecer¨¢n, aunque desear¨¢n no haya un mayor n¨²mero de ellos.

Si hay algo que nos ha gustado especialmente de Teslagrad 2 es la decisi¨®n de introducir secciones plataformeras que se suceden a gran velocidad. Podemos pensar en Celeste, Super Meat Boy e incluso en el mism¨ªsimo Sonic the Hedgehog, entre otros; aqu¨ª hay un peque?o toque de todos. El desaf¨ªo es tal que generalmente la ¨²nica recompensa por superar estos niveles es el mero gusto de seguir avanzando. Superficies con formas sinuosas, saltos ajustados, abismos mortales, todo tipo de trampas... Ensayo y error en su m¨¢ximo esplendor, como en los viejos tiempos. Es, probablemente, lo mejor del juego.

Una apuesta demasiado arriesgada

Nos gustar¨ªa decir que Teslagrad 2 es un t¨ªtulo que no est¨¢ lastrado por grandes defectos, pero lamentablemente, no es as¨ª. Porque si bien es cierto que, en efecto, no tenemos una enorme lista de problemas para enumerar, tambi¨¦n lo es que el principal y ¨²nico culpable de que el conjunto sea irregular es algo que no terminamos de entender: la apuesta por un metroidvania m¨¢s grande de lo que deber¨ªa.

Estamos hablando de un juego cuyo ritmo no es precisamente elevado, m¨¢s all¨¢ de las citadas secciones de plataformas. ?D¨®nde est¨¢ el problema? Exactamente en el dise?o de niveles, marcado por las grandes distancias y una distribuci¨®n de los contenidos que no invita demasiado a explorar. Por un lado tenemos un pu?ado de coleccionables ¡ªcasi un centenar¡ª que no aportan demasiado. Por otro, una linealidad mucho m¨¢s acentuada de lo que podemos intuir en los primeros compases del juego.

Los combates tampoco ayudan demasiado, pues no aportan nada de inter¨¦s, la inteligencia artificial es un tanto tramposa y los enemigos ¡ªque no destacan precisamente por su variedad¡ª est¨¢n colocados para que midamos a la perfecci¨®n cada paso y los esquivemos para no caer en un bucle eterno de ensayo y error. Mejor resueltos est¨¢n los jefes finales cuyas peleas son m¨¢s un puzle que una pelea. Eso s¨ª, hay muy pocos y tampoco es que vayan a ser recordados en el futuro... En fin, viendo otras decisiones jugables, si hubiesen eliminado los enfrentamientos no habr¨ªa pasado nada.

A diferencia de otros metroidvania (Hollow Knight, Enter Lilies: Quietus of the Knights, Ori and the Blind Forest...), en Teslagrad 2 conseguimos casi todas las habilidades por exigencias del guion. Es decir, cuando comenzamos a ver un tipo de barrera que no podemos superar, apenas unos minutos despu¨¦s hallamos el poder que nos permite traspasarlas y salvo casos contados como el de alg¨²n coleccionable, no hay demasiados motivos para peinar de nuevo una zona tras hacernos con ella. Tampoco tenemos esa sensaci¨®n habitual en el g¨¦nero de sentirnos m¨¢s poderosos y acordarnos de algo que dejamos atr¨¢s... porque casi nunca hay algo atr¨¢s. La faceta metroidvania est¨¢ m¨¢s cerca del suspenso que de otra cosa.