Season: A letter to the future, an¨¢lisis de uno de los indies m¨¢s bonitos del a?o

Los indies de hoy en d¨ªa lo tienen muy complicado. La competencia es feroz y el ritmo de lanzamientos insostenible. Son demasiados. Hasta compa?¨ªas multimillonarias y con m¨¢s de 200 empleados, como es el caso de Obsidian, ahora destinan una peque?a parte de su personal a desarrollar¡­ efectivamente, m¨¢s indies. Aseguran que es para experimentar y permitir airearse a sus creadores, pero tambi¨¦n hay otra raz¨®n. Son juegos cortos que apenas les consumen recursos y que pueden sacar r¨¢pido entre un proyecto principal y otro. Es aqu¨ª donde hace acto de aparici¨®n un concepto clave para la problem¨¢tica del g¨¦nero y para Season: A letter to the future, el protagonista de nuestro an¨¢lisis de hoy. Aqu¨ª entra en juego EL TIEMPO.

Una experiencia contemplativa

El tempo al que se mece la sociedad contempor¨¢nea ha llevado a las ideas a tener fecha de caducidad. Ahora cualquier ramalazo de genialidad debe materializarse r¨¢pido o vivir¨¢ para ver c¨®mo surgen tres alternativas con su mismo concepto. Por eso tanto lanzamiento a medias. Por eso tanto juego de final abrupto y propuesta sin desarrollar. No hay TIEMPO que perder. En un mundo de est¨ªmulos constantes, lectura espartana y nula voluntad para la paciencia y la atenci¨®n, si te paras est¨¢s muerto. Pero es precisamente a eso a lo que nos anima Season. A detenernos y respirar hondo.

En Season no existen los QUICK time events. Tampoco hay acci¨®n desenfrenada y el mayor momento de tensi¨®n surge cuando seguimos a alguien en bicicleta y nos da miedo quedarnos atr¨¢s y perdernos. Entonces la persona en cuesti¨®n reduce, nos espera y vuelve la paz interior. Todo est¨¢ bien. Por no haber, ni siquiera hay un misterio al que seguir la pista. Ni siquiera encontramos una trama que debamos avanzar. Season: A letter to the future es un juego contemplativo para pasear, relajarse y reflexionar sobre la vida. Bien podr¨ªa llamarse A letter to the present.

Contradici¨¦ndolo todo

El juego nos da una c¨¢mara de fotos, una grabadora y un ¨¢lbum donde escribir y dibujar. Despu¨¦s nos regala una bicicleta y nos invita a explorar un precioso valle a orillas de una presa que est¨¢ a punto de ser demolida. Nadie nos lo ha pedido, pero nuestra misi¨®n es retratar ese lugar y convertir en recuerdos lo que creamos que debe ser rescatado antes de que el agua lo arrase todo. Pero que no os enga?e esto ¨²ltimo. No hay prisa. No vamos a morir ahogados si no nos damos vida. La presa caer¨¢ cuando nos demos por satisfechos y decidamos marcharnos. As¨ª pues, Season es un paseo por el bosque.

T¨² decides a qu¨¦ tirar fotos. T¨² seleccionas los sonidos dignos de pasar a la posteridad. Incluso est¨¢ en tu mano no llevarte nada y dejar que sus im¨¢genes duren en tu memoria lo que tengan que durar. Sin objetivos, sin presiones. Season carece de drama, de conflicto, y contradice as¨ª todas las recomendaciones narrativas habidas y por haber. Sacar¨ªa de quicio a cualquier equipo de marketing con una propuesta que obliga al jugador a entrar en su ritmo aletargado. Nos pide olvidar el m¨®vil y el reloj durante unas horas y en ning¨²n momento garantiza que el TIEMPO invertido vaya a merecer la pena o servir de algo. De nuevo, depende de ti. Depende de lo que valores sacar la cabeza del avispero y escuchar el silencio.

La cr¨ªtica menos subjetiva que se nos ocurre es que su controles son terribles. Hasta subiendo la sensibilidad al m¨¢ximo, la c¨¢mara parece pesar una tonelada y cada giro nos cuesta la vida. Lo mismo con la protagonista. Se desplaza a la velocidad de un caracol y parece tropezar con cada escal¨®n del camino. Y por tropezar nos referimos a chocar con muros invisibles y quedar atrapada. El movimiento es un suplicio y nos atascaremos donde parec¨ªa no haber nada. Apenas se libran los momentos en bici, pero ni los controles de la misma convencer¨¢n a todos. Es hasta debatible la resistencia en los gatillos con la que PlayStation 5 ha planteado cada pedalada. Nos result¨® m¨¢s complicado hacernos a su jugabilidad que al adaggio de su mundo.

Hay un poco de postureo en mi plato

Entrando ya en terreno subjetivo, a nosotros tal ausencia de trama ha terminado pes¨¢ndonos. Season es el t¨ªpico juego con aires de walking simulator en que te encuentras un televisor y escuchas a la protagonista decir ¡°Antes la gente estaba enganchada a estas cosas y se perd¨ªa la vida¡±. Sus intervenciones son frases de Twitter, t¨®picos y esl¨®ganes para manuales de autoayuda. Hay algo de papel cart¨®n en todo. Algo falso y vac¨ªo. Y por desgracia, nunca hemos terminado de sacudirnos esta impresi¨®n de encima.

No nos malinterpret¨¦is, nos encanta que se centre en la exploraci¨®n y la contemplaci¨®n. Nos encanta que grite pausa y libertad. Pero odiamos que lo haga como si de Instagram se tratara. Se pone a a?adir hashtags y frases pseudo filos¨®ficas para ara?ar cuatro likes. Mirando a la nada y pensando en todo. A veces, tanto postureo nos hac¨ªa replantearnos si de verdad est¨¢bamos ante un canto a otro tipo de vida. Lo mismo son todo desvar¨ªos nuestros y Season no deja de ser otro producto de su tiempo que finge no serlo. Cada cual dir¨¢.

Gr¨¢ficos y duraci¨®n

A¨²n con la sombra de la duda sobre sus paisajes, hemos disfrutado de nuestro paseo por el valle. Es imposible no hacerlo con semejante apartado art¨ªstico. Season es un nuevo baluarte del cel shading. Repleto de color, pol¨ªgonos y luces hermosas, recuerda a The Legend of Zelda: Wind Waker y estamos seguros de que envejecer¨¢ igual de bien. Dudamos de que este 2023 vayan a pasar muchos indies m¨¢s bonitos por nuestra consola.

Embriagados por su aspecto y adormecidos por su ritmo, las cinco horas que dura nos han sabido a poco. No queremos un rinconcito en el que perdernos un par de tardes. Queremos el mundo. La historia de la protagonista parec¨ªa ir mucho m¨¢s all¨¢ de lo que hemos visto, ?por qu¨¦ no se nos ha dejado acompa?arla? Ah, s¨ª. Por lo mismo de lo que llevamos hablando todo el an¨¢lisis. EL TIEMPO.