Peaky Blinders: The King¡¯s Ransom, an¨¢lisis. La mejor versi¨®n del Pub Garrison

A las grandes series les cuesta mantenerse dentro del marco televisivo. Edici¨®n de bandas sonoras, novelas, juegos de mesa, series spin off o, a veces, incluso una pel¨ªcula, redondean los modernos universos transmedia para gusto de un aguerrido, activo y numeroso grupo de fans en todo el mundo.

Peaky Blinders es una de esas series. Con un err¨¢tico bagaje entre a?os y plataformas, su periplo televisivo se prolong¨® durante casi una d¨¦cada, entre 2013 y 2022. Y en lo que nos toca, no es la primera vez que sus personajes saltan al medio interactivo. Si en 2020 se estrenaba Peaky Blinders:? Mastermind con una propuesta modesta que no acab¨® de enamorar, en 2023 la serie da el salto nada menos que a la realidad virtual con Peaky Blinders: The King¡¯s Ransom, ambicioso t¨ªtulo que apuesta por colocarse en los m¨¢s altos puestos de calidad gr¨¢fica en dispositivos Standalone como Quest 2 y Pico 4

Peaky Blinders: The King¡¯s Ransom, bienvenidos a casa

La introducci¨®n de Peaky Blinders: The King¡¯s Ransom sigue punto por punto un par de v¨ªas en lo que a arranque de un juego se refiere. Una m¨¢s nueva, heredada del n¨²mero uno de la VR que es Half-Life: Alyx, y otro de sobra conocido, el Hello World que nos recibe pasadas primeras horas en titulazos como Oblivion, Fallout 3 o los mism¨ªsimos Zelda.

En el primer caso estamos ya casi ante una exigencia. Peaky Blinders: The King¡¯s Ransom se sabe en un medio a¨²n novedoso como la realidad virtual y reconoce qui¨¦n es el Rey o, m¨¢s bien, la Reina: Alyx. Por tanto, nada mejor que imitar pudiendo coger, por ejemplo, unas tizas de distintos colores para escribir o dibujar sobre una pizarra. All¨¢ un grifo que abrir, ac¨¢ unos dardos que lanzar. La VR se hizo para esto, para poder sentirnos en otra realidad y, por tanto, pensar, aunque sea una ilusi¨®n, que podemos tocarlo todo.

En el segundo caso se trata de constre?ir nuestros sentidos durante un tiempo inicial en un lugar reducido, esto es, el limitado bosque Kokiri, las oscuras mazmorras de un castillo, un asfixiante refugio nuclear¡­ para que, en un momento dado, el mundo se abra ante nosotros de forma majestuosa. Un stendhalazo en toda regla, vaya. Si en Zelda es la pradera de Hyrule, en Oblivion la provincia de Cyrodiil y en Fallout el Yermo, aqu¨ª es Birmingham¡­ o por lo menos una peque?a parte de ella.

Y es que en realidad virtual no hace falta m¨¢s. Un callej¨®n entre altos edificios, en la RV se nos obliga a levantar la vista en busca del cielo. La presentaci¨®n de exteriores cumple a rajatabla con lo esperado, el s¨ªndrome de Stendhal entre los muros te?idos de tonos ocres por poluci¨®n de la revoluci¨®n industrial.

Y sorprende porque estamos ante consolas VR standalone como Pico 4 y Quest 2, que tienen que apa?arse por ellas mismas para poner en pie esos mundos tirando de su, supuestamente, limitado hardware. Como no pod¨ªa ser de otra forma, los personajes dan el cante con respecto a los edificios y su presencia en las distancias largas, pero eso da igual cuando empezamos a caminar por la calle mientras suenan las notas del Red Right Hand de Nick Cave y sus malas semillas, tema principal de Peaky Blinders. Bienvenido a casa.

De la an¨¦cdota al infinito

Los seguidores de la serie adorar¨¢n entrar en el Pub Garrison que sirve como reuni¨®n habitual, y flipar¨¢n haciendo chin chin con un vaso de ginebra mientras aspiran el humo virtual de un cigarrillo. Y aunque hay que realizar un esfuerzo para reconocer a Tommy Shelby, sin rastro del carisma que desprenden la mirada taciturna y los gestos de Cillian Murphy, s¨ª que podemos intuir su personalidad en sus palabras y actitud. Rowena Fox, Arthur Shelby, Polly Gray¡­ El elenco principal, el propio Tommy incluido, cuenta con las voces originales siempre que ha sido posible (los fans de la serie entender¨¢n bien esa frase). Y es que hay un tremendo mimo por los detalles que es visible en toda la obra, aunque este se vea inevitablemente traicionado en ciertos puntos por lo limitado de la tecnolog¨ªa.

El argumento nos pone de nuevo sobre el mantel a Churchill, pero aqu¨ª no es un cargamento gubernamental de armas que hemos robado por equivocaci¨®n, el que desata la trama como en la primera temporada de la serie, sino una cartera robada que contiene una valiosa informaci¨®n que puede poner en jaque la seguridad del pa¨ªs de caer en malas manos. The King¡¯s Ransom pone el peso en lo narrativo como mejor forma de amortizar la tecnolog¨ªa, pero no elude los elementos que se han convertido en lugar com¨²n de la realidad virtual.

As¨ª, entre idas y venidas y mucho texto (el juego est¨¢ traducido, aunque no localizado, algo que en RV es una pega, en este caso, teniendo que levantar la mirada para leer los subt¨ªtulos sobre los personajes), las variadas situaciones basadas en los tiros y la acci¨®n est¨¢n a la orden del d¨ªa. Asaltos, ametralladoras, pistolas, los siempre socorridos c¨®cteles molotov¡­ Salvando las distancias en lo que a ambientaci¨®n temporal se refiere, nos vienen reminiscencias en esos momentos del estupendo Blood & Truth.

Las paredes perfectas que miran los ojos sin vida

El juego es en conjunto notable, y supone una pena el choque de emociones que transmiten los escenarios perfectos en contraposici¨®n a unos rostros y unos cuerpos demasiado artificiales. Una de sus mayores bazas, ser una buena adaptaci¨®n de una excelente serie, juega en su contra al tener que lidiar, precisamente, con la memoria que tenemos de los actores reales. Si en The Walking Dead: Saints & Sinners esto se solventaba por un estilo m¨¢s cartoon que pon¨ªa tierra de por medio, en The King¡¯s Ransom el realismo conseguido en su arquitectura camina junto al torpe quiero y no puedo de unos npcs rob¨®ticos muy lejos de su remedo real.

Peaky Blinders: The King¡¯s Ransom est¨¢ ambientado en 1928 en la inevitable Birmingham para despu¨¦s saltar a Londres. Nos muestra de forma monocrom¨¢tica los estertores de la ¨¦poca victoriana, con una revoluci¨®n industrial a toda m¨¢quina ensombreciendo los cielos all¨¢ arriba, y las miradas en almacenes y callejones aqu¨ª abajo. En esas calles de ladrillo se da el choque de trenes entre nuevas formas sociales y pol¨ªticas. En medio de todo, esta familia de maleantes que ha sabido hacerse un hueco a base de p¨®lvora e insano talento. Ah¨ª te dejamos, querido lector. Press Start.