Elderand
- PlataformaPC6.8
- G¨¦neroAcci¨®n, RPG
- DesarrolladorMantra
- Lanzamiento16/02/2023
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorGraffiti Games
An¨¢lisis
Elderand, an¨¢lisis. Un buen metroidvania con aroma demasiado cl¨¢sico
Mantra no se sale de la l¨ªnea y nos ofrece un t¨ªtulo debut solvente, pero sin apenas innovaciones en un g¨¦nero ya de por s¨ª muy manido.
El repertorio de juegos de tipo metroidvania se ha ampliado a lo largo de todos estos a?os. No es solo que muchos t¨ªtulos de alto presupuesto hayan tomado prestadas estas mec¨¢nicas para construir sus propuestas, sino que la escena indie se ha nutrido especialmente del g¨¦nero. A mayor oferta, m¨¢s dif¨ªcil es discernir lo bueno, lo malo y lo regular, ya que a primera vista todos siguen un patr¨®n similar: sprites, elementos RPG, acci¨®n, exploraci¨®n y backtracking. Elderand se nutre de todo ello para dar forma a un producto que no inventa nada nuevo, pero que proporciona horas de diversi¨®n y de desaf¨ªo.
Elderand se abre ante tierras in¨®spitas y ruinosas, en las que el peligro se agazapa en cada esquina. Monstruos y bestias custodian cada recodo de los escenarios, ¨¢vidos de sangre y de v¨ªsceras. Los pocos ciudadanos supervivientes se re¨²nen fuera de las ciudades, ahora a merced de las criaturas y de un misterioso culto. En ese contexto, el h¨¦roe deber¨¢ internarse en las tripas del mundo, descubrir sus secretos y hallar las herramientas para sanarlo.
Historia a lo Souls: leer documentos y buscarse la vida
Mantra ha escrito un argumento que fluye a trav¨¦s de di¨¢logos breves y de pergaminos que encontramos desperdigados por el escenario. Leer estos documentos es necesario para comprender los entresijos del guion, pues la historia en s¨ª se narra de manera bastante superficial, inconexa, escueta y abrupta. Est¨¢ claro que pocos van a jugar a este titulo solo por la trama (sin segundas intenciones, nos referimos a la historia). Los textos est¨¢n debidamente traducidos al espa?ol, aunque eso s¨ª, al espa?ol de Latinoam¨¦rica.
No hay un h¨¦roe predefinido como tal. El jugador puede personalizar al protagonista, si bien las opciones son bastante parcas y se limitan a la apariencia (el tipo de cuerpo), el color del cabello y el color de la piel, as¨ª como la voz. Desde el primer momento, el rudo mercenario tiene que abrirse paso a las malas, con el arma entre los dientes.
Castlevania, influencia clara
Elderand bebe de la herencia de Castlevania a todos los niveles. En el ¨¢mbito art¨ªstico presenta un pixel art bastante s¨®lido, con sprites de personajes y enemigos muy variados. Los distintos biomas marcan contrastes interesantes entre escenarios: desde castillos hasta bosques, pasando por entornos m¨¢s des¨¦rticos y ciudades ruinosas. Cabe destacar que se nutre de una est¨¦tica lovecraftiana tanto en el dise?o de los monstruos como en la visceralidad grotesca de las batallas. La sangre mana de las heridas y los enemigos se deshacen hasta las entra?as cuando mueren, lo que le dota de cierto toque gore.
Las reminiscencias a la obra de Konami no se articulan solo en lo que vemos, tambi¨¦n en lo que escuchamos. La banda sonora de Alan Monteiro es uno de los puntos fuertes del videojuego, un buen trabajo inspirado en las partituras de Michiru Yamane, la legendaria compositora de Castlevania.
En la vertiente jugable, la obra de Mantra se amolda a los c¨¢nones del g¨¦nero. Al principio, nuestro h¨¦roe cuenta con las habilidades b¨¢sicas, por lo que el comienzo es bastante duro. Los enemigos no necesitan muchos golpes para hacernos morder el polvo, as¨ª que hay que ir con mucho cuidado. Es como si estuvi¨¦ramos subiendo por una pendiente muy empinada: lleva esfuerzo, pero cuando por fin logramos subir, el resto del trayecto no es tan tortuoso. Eso no significa que los monstruos dejen de ser peligrosos, pero a medida que subes de nivel y que mejoras tus atributos el camino se allana un poco.
El juego funciona en scroll lateral, de forma que la jugabilidad siempre juega bajo las normas de la horizontalidad. Como todo metroidvania, la interacci¨®n del personaje con los escenarios permite abrir nuevas sendas, pero todo depende de que el h¨¦roe haya conseguido una habilidad concreta. Desafortunadamente, estos poderes son los t¨ªpicos, no hay espacio para la innovaci¨®n o la frescura.
Las convenciones del g¨¦nero son ampliamente conocidas, pero por si hubiera alguna duda, visitamos las localizaciones en distintos orden, yendo y viniendo. Nos orientamos a trav¨¦s de un mapa muy claro en su estructura, pese a que le vendr¨ªan bien algunas indicaciones adicionales para distinguir tesoros, caminos cerrados, etc.
Cada clase de enemigo posee sus propios patrones, que var¨ªan en funci¨®n de su tama?o, de sus armas y de sus habilidades. Esto obliga al jugador a explotar sus debilidades, esquivar y golpear en el momento preciso. El sistema de combate funciona bien, invita al jugador a utilizar distintas combinaciones de armas para construir una o varias builds: espadas y escudos, hachas, bastones de mago, cuchillos, arcos... De todos modos, el sistema de progresi¨®n encamina al mercenario hacia un tipo concreto de build (mago, guerrero, etc), si bien es posible reasignar los puntos de experiencia que obtenemos al subir de nivel ¡ªno desde el principio¡ª. El cambio entre armas nos ha parecido un poco inc¨®modo, ya que es f¨¢cil equivocarse de bot¨®n en el fragor de la batalla.
Los jefes finales son clave en cualquier metroidvania. No es diferente en Elderand, juego que nos pone frente a varios bosses muy peleones. Algunos pueden frustrar en un primer momento, pero durante el transcurso de la partida nos hemos dado cuenta de que en la mayor¨ªa de casos podemos intentar pillarlos de espaldas para asestar nuestras estocadas (las pociones ayudan mucho). Las luchas son r¨¢pidas y nos valemos del dash, limitado por una barra de resistencia. Salvo en las ocasiones en las que nos juega una mala pasada o calculamos mal, resulta bastante ¨¢gil. Lo mismo ocurre con los saltos, que usamos en batallas o en los instantes m¨¢s plataformeros.
Los puntos de guardado son frecuentes y siempre hay uno al lado de un jefe final. Avanzada la partida, podemos usar el viaje r¨¢pido para ahorrar tiempo y desplazarnos a los distintos destinos, de modo que es muy ¨²til en ese sentido. All¨ª curamos nuestras heridas y recuperemos puntos de magia, un aspecto a tener en cuenta antes de la batalla contra un jefe final.
Elderand est¨¢ disponible en PC y Nintendo Switch. Este an¨¢lisis se ha realizado con una copia de la versi¨®n PC (Steam) cedida por la editora.
Conclusi¨®n
Elderand es un metroidvania que no innova en nada. Las pocas habilidades especiales que aprendemos son las habituales, las de siempre, las que hemos visto en mil juegos. Por otro lado, la explotaci¨®n sigue los convencionalismos del g¨¦nero, y la historia est¨¢ desperdiga en documentos secretos, de modo que es complicado seguirla sin perderse. Pese a todo ello, la ¨®pera prima de Graffiti Games dispone de un sistema de combate s¨®lido, un buen acabado audiovisual y un conjunto de mec¨¢nicas que funciona. Es uno entre tantos, m¨¢s de lo mismo, pero al menos est¨¢ entre los buenos.
Lo mejor
- Mucha variedad de enemigos
- Bastantes escenarios diferentes, cada uno con sus peculiaridades
- Posibilidad de crear y alternar entre distintas builds
- La banda sonora
Lo peor
- Un buen metroidvania, pero un metroidvania m¨¢s
- Historia inconexa que te obliga a leer documentos para enterarte
- Habilidades escasas y t¨ªpicas del g¨¦nero
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.