EA Sports PGA Tour, an¨¢lisis. Buscando emular las haza?as de Jon Rahm

Casi una d¨¦cada ha durado el hiato que Electronic Arts se ha tomado con su anta?o franquicia anual de golf; 8 largos a?os en los que HB Studios, ahora propiedad de 2K, ha sabido rentabilizar el hueco dejado por la multinacional californiana. Pero la competencia siempre es buena, especialmente para el usuario final, y este EA SPORTS PGA TOUR aporta una presentaci¨®n y una experiencia de simulaci¨®n de golf tan s¨®lida que va a merecer que los fans le echen m¨¢s de un vistazo.

Una presentaci¨®n ejemplar

Una de las principales bazas con las que el t¨ªtulo saca m¨²sculo es en lo bien presentado que est¨¢. 30 campos licenciados, incluyendo el Masters de Augusta (en el que recientemente triunf¨® el espa?ol Jon Rahm) y otros legendarios como St. Andrews entre muchos otros, est¨¢n recreados perfectamente hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle. Cada tee, cada bunker o incluso las condiciones atmosf¨¦ricas propias de cada una de las localizaciones aparecen representadas con total fidelidad. Es con toda probabilidad el juego que mejor lo ha hecho hasta la fecha y esto se nota.

Apoyado adem¨¢s en la tecnolog¨ªa de Trackman, el sistema de radar Doppler que desde hace alg¨²n tiempo acompa?a las retransmisiones de golf, podemos seguir el trazo del palo durante el golpeo y la trayectoria de la pelota durante su vuelo tal y como se ve por televisi¨®n. EA SPORTS PGA TOUR consigue una experiencia visual completamente inmersiva en ese sentido, a la que se le suman detalles como un p¨²blico bastante mejorado en aspecto y reacciones. Nos ha gustado mucho, por ejemplo, el detalle de c¨®mo los espectadores est¨¢n murmurando antes de cada golpe pero en el momento en el que nos aproximamos al tee para preparar el swing se hace el silencio. Son peque?as cosas, cierto, pero que ayudan mucho al conjunto global.

Los comentarios de los analistas que nos acompa?an durante nuestros recorridos son, con mucha diferencia, de lo mejor que hemos escuchado en ning¨²n otro t¨ªtulo deportivo hasta la fecha. Rich Lerner y Frank Nobilo intercambian impresiones y an¨¦cdotas de una forma tan natural y con tanta variedad que da gusto sumergirse en ellas; incluso jugando los 18 hoyos los 4 d¨ªas de competici¨®n, rar¨ªsima vez escuchamos repetirse un comentario o un an¨¢lisis, siendo esta pareja los verdaderos acompa?antes que tenemos durante nuestra carrera. Notah Begay III e Iona Stephen complementan el elenco principal ofreciendo detalles t¨¦cnicos a pie de green, en lo que suponemos que son muchas horas de conversaci¨®n grabada y una inversi¨®n que suponemos que Electronic Arts querr¨¢ amortizar para futuras entregas.

Los dos grandes obst¨¢culos

Este PGA TOUR es un buen simulador de golf, esto vaya por delante. Pero es un buen simulador en especial si uno tiene ya experiencia con el g¨¦nero o con la franquicia, porque EA SPORTS ha puesto poco de su parte para que la curva de aprendizaje sea m¨¢s benevolente con el jugador novel. No es que se requieran estudios de postgrado para aprender las reglas del deporte pero hay una buena cantidad de golpes a utilizar, algunos mucho m¨¢s ¨²tiles que otros en seg¨²n qu¨¦ circunstancias, que en ning¨²n momento se te insta a aprender m¨¢s all¨¢ de unos m¨ªseros apuntes en los primeros torneos. Es en verdad un ejercicio de ensayo y error para los principiantes antes de poderle sacar todo el jugo al t¨ªtulo.

Cierto que hay una serie de desaf¨ªos y retos accesibles desde el men¨² principal en los que tenemos que seguir los pasos de alg¨²n profesional, realizar una serie de ejercicios o bien superar alguna prueba. Pero nunca se nos explica el razonamiento de estas rutinas y conf¨ªan en la propia capacidad del jugador para encontrar respuestas. Y en cierto sentido es verdad que todos tenemos nuestra manera de jugar al golf: unos prefieren el pitch y nosotros nos desenvolvemos mejor con el flop, pero estar¨ªa bien que ya que tanto se ha invertido en una presentaci¨®n tan top hubiera un tutorial o una academia a la altura.

La otra gran decepci¨®n es la escasa faceta multijugador; a d¨ªa de hoy apenas podemos jugar el Amen Corner (3 dif¨ªciles hoyos ic¨®nicos de Augusta) y un torneo menor. Es incomprensible como se ha descuidado tanto este detalle al lanzamiento cuando el golf, incluso a nivel profesional, se juega con emparejamientos. Es un deporte individual, cierto, pero tiene un factor social que es indisoluble de su apartado puramente competitivo. Suponemos que es algo que mejorar¨¢ con el tiempo, como se ha prometido desde la desarrolladora, pero en estos momentos es sin duda un apartado que no est¨¢ al nivel del resto del juego.

Carrera a medio gas

La caracter¨ªstica estrella de este PGA TOUR es tal vez el modo carrera; requiere conexi¨®n permanente a internet (si no estamos limitados a una partida r¨¢pida) y la creaci¨®n de nuestro golfista con un limitado abanico de opciones pero que cumple su funci¨®n. A partir de ah¨ª podemos decidir si participar en torneos menores para intentar conseguir la licencia PGA o ir directamente al circuito profesional. Para mejorar como golfista es necesaria experiencia, tanto virtual como real, as¨ª que aunque el juego permite jugar ¡°los hoyos m¨¢s importantes de cada torneo¡± (unos 18-20 a lo largo de los 4 d¨ªas de competici¨®n) recomendamos encarecidamente jugar todos los recorridos por completo. Eso s¨ª, eso significa jugar 72 hoyos por semana y se tarda entre 2 horas y media y 3 horas por torneo. La temporada ¡°corta¡± es de 24 semanas, os dejamos las matem¨¢ticas para vosotros.

Durante el a?o natural podremos disputar los 4 Majors, el torneo propio de EA Sports y la FedEx Cup, para la cual deberemos estar bien clasificados y que consiste en un playoff y una final disputados a lo largo de 3 semanas. Una vez terminado el a?o, la carrera concluye y debemos volver a empezar pero con todas las mejoras acumuladas del a?o anterior. Durante el transcurso de la temporada los comentaristas recordar¨¢n nuestros ¨¦xitos o fracasos de las semanas pasadas, dando una sensaci¨®n de continuidad en la narrativa de nuestro golfista que se agradece pero que destaca con la tabula rasa que se realiza al terminar el ¨²ltimo torneo.

A medida que disputemos partidos, hagamos desaf¨ªos o completemos torneos - independientemente de nuestra clasificaci¨®n - todo ir¨¢ sumando experiencia que sumar a nuestro avatar. Algunos torneos o pruebas dan tambi¨¦n mejoras de estad¨ªsticas o cosm¨¦ticas, aunque tambi¨¦n se podr¨¢n comprar con moneda virtual o real en la tienda del juego. Es posible ganar alrededor de 20k EXP por ronda jugada, pero para subir de nivel una vez estamos alrededor del 40 se requieren m¨¢s de 100k para ganar dos m¨ªseros puntos que asignar a las estad¨ªsticas, as¨ª que es posible que sea necesario invertir docenas o cientos de horas si se quiere subir al m¨¢ximo nivel para jugar online.

F¨ªsica bajo sospecha

M¨¢s all¨¢ de nuestro golfista, profesional o creado por nosotros, el verdadero protagonista de un juego de golf es el campo. Con 28 campos licenciados hay golf para mucho rato y como anot¨¢bamos antes nos ha resultado formidable explorar cada rinc¨®n de ellos. En ocasiones de forma involuntaria, al calcular mal la potencia del viento o con un swing insatisfactorio. En este sentido PGA TOUR no innova en nada: palanca anal¨®gica atr¨¢s para el backswing y hacia delante para proyectarlo. A pesar de ser una mec¨¢nica conocida, no acaba de resultar 100% fluida. Hay cierta demora entre el backswing y el propio swing al que uno tarda en acostumbrarse, e incluso a menudo suele suceder que no se sabe exactamente qu¨¦ ha pasado para que el golpe haya salido de una manera o de otra. En la mayor¨ªa de ocasiones puede ser unos metros aqu¨ª o all¨¢ en el fairway pero con tantas banderas rodeadas de agua, es f¨¢cil mandarla directamente al lago y tener la sensaci¨®n de que no es culpa nuestra. Tal vez s¨ª lo sea que en consolas el motor Frostbite se mueve exclusivamente a 30 cuadros por segundo (los 60 llegar¨¢n en un futuro parche, se ha dicho), algo imperdonable en t¨ªtulos donde el timing es importante.

Otra sensaci¨®n extra?a ocurre con algunas de las interacciones de la bola con los distintos tipos de hierba; el sistema se apoya en los datos de Trackman y en Pure Strike para el seguimiento y estimaci¨®n de la f¨ªsica de la bola pero en ocasiones (que no son muchas pero las suficientes para que lo mencionemos) el comportamiento es contraintuitivo una vez rebota en la superficie. Siendo el golf un deporte ¨²nico en el que cuatro d¨ªas de buen juego pueden irse al traste con un desliz en un par 5, la consistencia en los resultados del swing ayudar¨ªan mucho a eliminar la frustraci¨®n que en ocasiones hemos sufrido. Tal vez eso mejore con la llegada del sistema de swing en tres clicks que inexplicablemente llegar¨¢ en otra actualizaci¨®n prevista para mayo, junto con alg¨²n golfista m¨¢s aparte de las dos docenas entre hombres y mujeres que ya hay incluidos. Da la sensaci¨®n de que hab¨ªa un poco de prisa por llegar a la ventana de lanzamiento del Masters de Augusta y se han dejado algunas cosas para a?adir un poco m¨¢s tarde: una tendencia en nuestro sector que no podemos aplaudir.