
Diablo IV
- PlataformaPS49XBO9PS59XBS9PC9
- G¨¦neroAcci¨®n, RPG
- DesarrolladorBlizzard Entertainment
- Lanzamiento06/06/2023
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorBlizzard Entertainment
An¨¢lisis
Diablo IV, an¨¢lisis en progreso. El infierno apunta alto
Tras decenas de horas con la versi¨®n review de Diablo IV, os contamos todo lo que propone el retorno de un mito. ?A la altura del legado?
Nota: este texto es un an¨¢lisis en progreso libre de spoilers de la trama. Hay funcionalidades que no estaban disponibles durante el per¨ªodo de review y que pueden impactar en la valoraci¨®n del t¨ªtulo.
Vivimos unos tiempos en los que Activision viene necesitada de buenas noticias y parece ser que estas buenas noticias est¨¢n a la vuelta de la esquina. Y puede que hasta pasen de ser buenas y sean muy buenas, incluso. Durante estos ¨²ltimos d¨ªas hemos estado metidos de lleno en la versi¨®n para an¨¢lisis de Diablo IV y aunque fue desactivada el pasado viernes d¨ªa 26 de mayo y nos han quedado por probar algunas de sus funcionalidades, estamos contando las horas hasta poder tener acceso de nuevo. Y este es tal vez el mejor de los piropos que puede lanzarse a cualquier producto de entretenimiento en general, pero en especial a una saga tan emblem¨¢tica como Diablo, otra de esas licencias videojueguiles que de manera inexplicable Blizzard ha tratado con una dejadez impropia del calibre de su nombre. Pero Reaper of Souls, lo ¨²ltimo de Diablo 3, es ya pasado y esperamos que esta cuarta entrega numerada reciba el aprecio que merece por parte de todos.

El Diablo de esta d¨¦cada
Una de los comentarios m¨¢s recurrentes con respecto a la vieja Blizzard es que nunca inventaban nada pero siempre presentaban productos bien presentados y que refinaban la experiencia de juego del t¨ªtulo que ¡°imitaban¡±. No crearon el MMO pero World of Warcraft fue muchos a?os la referencia absoluta; no crearon la estrategia en tiempo real pero Starcraft est¨¢ considerado uno de los padres del deporte electr¨®nico. Desde luego no crearon el juego de acci¨®n y rol, pero nadie duda de la popularidad de Diablo hasta convertirse en el adjetivo que define el g¨¦nero. Y desde 1996 cuando se lanz¨® el primero, Blizzard ha ido aportando su granazo de arena al ARPG: en el a?o 2000 su segunda parte, en 2012 la tercera y ahora, mitad de 2023, la ¨²ltima. Y todo parece indicar que esta es la apuesta para la presente d¨¦cada, el juego con el que quiere volver a posicionarse como rey indiscutible del sector. Y escribimos ¡°volver¡± porque el panorama actual no es el mismo que hace unos a?os: ahora hay otras apuestas firmes sobre la mesa, tanto de pago como gratuitas, con la intenci¨®n y la capacidad de pintarle la cara si no presenta un producto premium desde el primer d¨ªa.
Y conocedores de esta circunstancia, la puesta en escena es sencillamente brutal. La presentaci¨®n en sociedad del juego nada m¨¢s iniciarlo es exactamente del nivel que elev¨® el nombre de Blizzard hasta el olimpo de las desarrolladoras. Desde el primer momento se es consciente de la magnitud del evento del que vamos a ser part¨ªcipes y al mismo tiempo sit¨²a el tono de la aventura que est¨¢ por venir: Diablo IV es un juego mucho m¨¢s oscuro que su predecesor, m¨¢s turbio y m¨¢s perturbador, que transmite de mejor forma la decadencia de Santuario, ese mundo a caballo entre el los cielos y el inframundo. Argumentalmente situado treinta a?os despu¨¦s de los acontecimientos de Diablo 3, Santuario es una tierra hostil en la que los humanos deben luchar simplemente para existir, siendo part¨ªcipes involuntarios de una guerra en la que son meros accidentes. Y nosotros somos un accidente m¨¢s, cierto, pero el juego intenta darnos una participaci¨®n mayor en los acontecimientos de la trama que lo que hac¨ªan sus predecesores.

Viejos conocidos
Cinco son los avatares posibles que podemos utilizar en nuestra pelea contra los seres del infierno y los veteranos de la franquicia los reconocer¨¢n a todos: b¨¢rbaro, p¨ªcaro, hechicera, druida y nigromante. Cada uno de ellos es personalizable al gusto y las posibilidades cosm¨¦ticas son bastante amplias, pero siempre manteniendo el esp¨ªritu de la clase. Cada uno de ellos consta tambi¨¦n con su propio ¨¢rbol de habilidades de donde tendremos que escoger, a medida que subamos de nivel, aquellas seis que nos acompa?ar¨¢n en todo momento pero que podremos cambiar sin mucha dificultad dependiendo de las necesidades de cada encuentro. Es un sistema que requiere cierto criterio para organizarse pero es lo suficientemente flexible para modificarlo y penaliza en casi nada los cambios a realizar.
La selecci¨®n de cada personaje y su manejo cambian bastante la experiencia de juego de Diablo IV; incluso dentro de cada clase, por ejemplo un nigromante, es muy distinto depender de unas habilidades o de otras y esa dependencia afecta radicalmente a la jugabilidad. Dependiendo de nuestra build, hay encuentros que pueden hacerse muy cuesta arriba incluso durante nuestra primera partida; y esto debe entenderse como algo muy bueno, porque la progresi¨®n de un personaje no debe resumirse en equipar simplemente la habilidad m¨¢s potente y avanzar como un toro hacia adelante. El juego premia la configuraci¨®n consciente de tu ¨¢rbol personal y la b¨²squeda de sinergias que mejor se adapten a tu estilo y a la realidad de cada combate. Un p¨ªcaro puede hacerse cuerpo a cuerpo o a distancia, con da?o sostenido o con estilo asesino, y ese tipo de decisi¨®n afectar¨¢ no solamente a su forma de jugarse sino a qu¨¦ enemigos puedes enfrentarte con menores posibilidades de morir.

El juego utiliza un astuto sistema que combina la generaci¨®n de recursos y su uso: un ataque generalmente d¨¦bil aumenta tu ¡°man¨¢¡± por llamarlo de alguna forma y otros ataques m¨¢s poderosos lo gastan. Hay habilidades de escape, hay potenciadores y debilitantes, hay incluso magias que tienen un enfriamiento que provoca que solamente puedas usarlas cada minuto o m¨¢s¡ La f¨®rmula se entiende r¨¢pidamente (en el b¨¢rbaro, un arsenal viviente, cuesta un poco m¨¢s) pero deja mucho espacio para la reflexi¨®n: ?es tal vez mejor aumentar la cantidad de man¨¢ o hacer que se regenere m¨¢s r¨¢pido? ?O tal vez hacer que las habilidades gasten menos o que lo gasten todo de una vez y sea m¨¢s letal nuestro ataque? Y a medida que pasan los niveles se van a?adiendo m¨¢s y m¨¢s capas a la cebolla, m¨¢s cantidad de cosas que se pueden ¡°optimizar¡±. Porque Diablo IV no es un juego dif¨ªcil si no se desea que as¨ª sea, al fin y al cabo es un hack n slash de los de toda la vida, pero si se le quiere sacar todo el jugo hay bastante espacio para que as¨ª sea.
Multitud de enemigos, a veces en grupos peque?os pero otras ocasiones por docenas, pondr¨¢n a prueba nuestras habilidades a los mandos o al rat¨®n; los hay de todo tipo, de todos los colores y de todas las calidades. A medida que nos movamos por las cinco regiones del mapa y por sus mazmorras derrotaremos a cientos o miles de ellos, suponiendo algunos un aut¨¦ntico reto y otros un mero tr¨¢mite pero todos ellos dibujados con una generosa cantidad de detalle y unos efectos impresionantes. Desde luego la inteligencia artificial que los gobierna no superar¨¢ el test de Turing pero tampoco estamos ante un juego de puzzles: cumple perfectamente su funci¨®n y en el caso de algunos jefes habr¨¢ que aprenderse los patrones si se quiere superar con ¨¦xito el enfrentamiento.

M¨¢s all¨¢ del mapa general, Diablo IV est¨¢ dividido en multitud de mazmorras repartidas por todo el recorrido, que son instancias generadas proceduralmente y separadas del resto del mundo. Su localizaci¨®n es casi siempre fija, su disposici¨®n es aleatoria y completarlas por lo menos una vez otorga un beneficio perenne a todos los personajes de ese tipo en nuestra cuenta. A diferencia de las mazmorras de la historia o c¨¢non por as¨ª llamarlas, el resto tienen cierto parecido y completarlas no siempre supone el mayor de los alicientes, en lo que viene siendo uno de los mayores peros que le encontramos al contenido que hemos visto hasta el momento. Por supuesto hay adem¨¢s multitud de eventos en los que participar generados de manera ¡°org¨¢nica¡± por as¨ª decirlo e incluso fortalezas que batir en lo que suponen algunas de las batallas m¨¢s dif¨ªciles antes de llegar al endgame.
Uno de los aspectos que han definido al g¨¦nero del ARPG, m¨¢s all¨¢ de la build que uno se puede hacer, es el lote mediante el cual equipar a nuestro personaje. Y como era de esperar en Diablo IV hay multitud de objetos con los que vestir al avatar y de todas las calidades posibles. Algunos de ellos con modificadores que pueden ser muy buscados dependiendo de c¨®mo queramos construirnos y la mayor¨ªa simple chatarra que vender o desencantar para obtener materiales con los que fabricarnos nuevos objetos. Y es que uno tiene la sensaci¨®n de que Blizzard viene con la letra de la canci¨®n bien aprendida en este sentido y hay mucho, mucho que el juego permite toquetear ¡°de serie¡±. Esto es, antes de la expansi¨®n que inevitablemente nos visitar¨¢ el a?o que viene o el pr¨®ximo.

Y es que hay much¨ªsimas mec¨¢nicas y contenido a priori opcional que se puede explorar si uno quiere; desde el apartado cosm¨¦tico de las armas y armaduras, la reputaci¨®n, misiones secundarias, monturas, farmeo de recursos, pociones, joyas, runas¡ Todo un contenido que est¨¢ ah¨ª para quien quiera jugar al llamado ¡°min/maxing¡± pero que no afecta al jugador casual del t¨ªtulo, que a¨²n as¨ª encontrar¨¢ docenas de horas de contenido antes de llegar al encuentro con el jefe final. Puede parecer abrumador y de hecho lo es al principio, pero generar¨¢ un cosquilleo de deleite a los fans de este tipo de juegos, porque las posibilidades son muchas.
Ser¨ªa injusto hablar de mec¨¢nicas, de personajes y de mazmorras y solamente pincelar el impresionante apartado t¨¦cnico de Diablo IV a lo largo de las 5 zonas (m¨¢s bonus) jugables. No solamente el juego luce espectacular a nivel de dise?o sino que se mueve estupendamente, al contrario de lo que pas¨® durante las primeras betas. No hemos tenido ni un problema de rendimiento en todo este tiempo, incluso con multitud de enemigos en pantalla y montones de efectos simult¨¢neos y ¨²nicamente un bug en una secundaria que se solucion¨® al abandonarla y volverla a hacer; y a nivel de sonido es completamente top, exactamente lo que se espera de la leyenda de la franquicia, con un nivel de interpretaci¨®n absolutamente brutal.

Cosas por ver en Diablo 4
Buena parte del aspecto social de Diablo IV est¨¢ todav¨ªa por descubrir en esta versi¨®n final. Por ejemplo no hemos tenido acceso a la tienda (sabemos de las microtransacciones para objetos de cosm¨¦tica y del pase de batalla) y el tema de creaci¨®n, gesti¨®n de clanes y multijugador en ninguna de sus variantes no se ha podido probar. Tampoco se ha podido testear el cross-play: a priori el juego guarda personajes en servidores propios - se requiere conexi¨®n permanente a internet incluso para la campa?a para un s¨®lo jugador - con lo que la participaci¨®n conjunta con usuarios de otras plataformas deber¨ªa ser posible sin problemas. Al terminar el juego con un personaje, el juego permite subir de nivel el mundo para acceder al mayor rango de objetos pero por una cuesti¨®n f¨ªsica de tiempo, explorar el contenido final con todos los personajes no entraba dentro de las posibilidades reales.
Conclusiones
Hasta el momento, todo lo que hemos visto de Diablo IV nos ha dado muy buena impresi¨®n. Las docenas de horas invertidas han dado la sensaci¨®n de ser el pico del gigantesco iceberg que aguarda descubrirse y honestamente emitir un veredicto final con tanto por ver suena muy prematuro. Pero si sirve de algo, hay muchas ganas de seguir jugando y puede que eso sea lo mejor que se pueda decir del t¨ªtulo ahora mismo. Quedan apenas unos pocos d¨ªas hasta que oficialmente salga a la venta (incluso menos si uno dispone de la versi¨®n m¨¢s cara) y queremos apurar hasta el final para ofreceros la opini¨®n mejor fundamentada. Y ojal¨¢ Blizzard decida tratar Santuario algo mejor de lo que lo trat¨® en su versi¨®n anterior.
Excelente
Un t¨ªtulo referente en su g¨¦nero, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutar¨¢s de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en cl¨¢sico con el paso de los a?os. C¨®mpralo sin pesta?ear.