An¨¢lisis de Lunark, coloridos flashbacks del pasado

El veterano del mundillo independiente Johan Vinet, fundador de Canari Games, se ha llevado cuatro a?os trabajando en este sentido homenaje a las aventuras cinem¨¢ticas con base en la rotoscopia. Prince of Persia (Jordan Mechner, 1989), Another World (?ric Chahi, 1991) y, sobre todo, Flashback (Paul Cuisset, 1992), reviven en Lunark a trav¨¦s de im¨¢genes reales en movimiento, pixeladas fotograma a fotograma para el videojuego.

El juego resulta cercano a sus influencias incluso en los m¨¦todos caseros utilizados. Si Mechner film¨® a su hermano saltando y dando brincos por ah¨ª para dar vida posteriormente al pr¨ªncipe de Persia, Vinet hace lo propio m¨¢s de 30 a?os despu¨¦s grabando de forma amateur las escenas que aparecer¨¢n en Lunark. El v¨ªdeo que os dejamos a continuaci¨®n, adem¨¢s de hacernos esbozar una sonrisa, resulta de lo m¨¢s ilustrativo.

La magia de la rotoscopia es que nunca deja de impresionar

Disney populariz¨® mundialmente la rotoscopia en 1937 a trav¨¦s del arrollador ¨¦xito de Blancanieves y los siete enanitos. La gracilidad y realismo de la joven resaltaba sobre la m¨¢s tradicional de sus compa?eros bajitos, algo que se repiti¨® desde entonces, sin ir m¨¢s lejos, en Los viajes de Gulliver, de la Paramount, estrenada dos a?os despu¨¦s. Con el paso de las d¨¦cadas, la rotoscopia encontr¨® en la animaci¨®n adulta un incomprendido lugar (muy efectivo est¨¦ticamente pero parco en taquilla, al no casar en la mente del p¨²blico animaci¨®n y adulto). Portentos de enorme dramatismo como El se?or de los anillos (1978) o la comiquera Heavy Metal (1981) mantuvieron con fuerza esto de dibujar sobre personajes de imagen real.

No errar¨ªamos demasiado si mencionamos como evoluci¨®n natural de esta t¨¦cnica el ya habitual motion capture que se utiliza tanto en cine y series como en videojuegos. Igualmente, se filma a los personajes en imagen real, solo que la ardua labor posterior de dibujar a mano fotograma a fotograma se traduce en la traslaci¨®n directa a animaci¨®n CGI. Aun as¨ª, siguen fascinando tanto aquellas viejas producciones de Disney para la gran pantalla como su remedo en ciertos videojuegos retro como los ya mencionados al principio de este texto.

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La herencia de los plataformas cinem¨¢ticos 2D: la evoluci¨®n narrativa y el homenaje directo

La huella de estos ¨²ltimos se puede rastrear en dos v¨ªas bien distintas. Por un lado, la profundizaci¨®n en el car¨¢cter narrativo, muy cinematogr¨¢fico por momentos, que ha dado de s¨ª toda una corriente con la explosi¨®n indie. Ah¨ª tendr¨ªamos a Limbo, Inside, Planet of Lana, Little Nigthmare, The Artful Scape, Planet Alpha... Ya ahondaremos en esta v¨ªa, que pide a gritos un art¨ªculo propio.

Por otro lado, tenemos una tendencia m¨¢s arcade, con mec¨¢nicas centradas en los saltos, los disparos y un enrevesado mapeado, pero tambi¨¦n con una narrativa m¨¢s directa, sencilla y sin evolucionar, porque su foco est¨¢ en la rememoraci¨®n y la nostalgia. Y ah¨ª es donde encuentra su espacio Lunark.

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La cin¨¦tica de Lunark y sus pixeles como pu?os

Lunark, bien podr¨ªa pasar a simple vista por un juego de principio de los 90. De hecho, sus gr¨¢ficos enarbolan de forma consciente la escasez de pixeles para dar forma a los personajes. Todo es incluso m¨¢s grueso que en el propio Flashback, juego al que homenajea principalmente, apareciendo aqu¨ª su protagonista mucho menos definido.

El realismo del movimiento, que sigue los mismos par¨¢metros rotosc¨®picos de anta?o, empapa el gameplay. No disponemos pues de doble salto, las ca¨ªdas desde las alturas son mortales, puedes ser abatido de un disparo y correr implica inercia, por lo que debemos anticiparnos a los cambios de ritmo o direcci¨®n.

Las m¨ªticas escenas de corte cinem¨¢tico de Another World y Flashback aparecen multiplicadas en Lunark. Y como ya comentamos, dicha t¨¦cnica sigue ejerciendo su magnetismo. Tumbar una trampilla de una patada, recoger algo importante, colocar ese algo en el lugar al que pertenece, rodar por el suelo y carreras varias, son todas recopiladas bajo los cr¨¦ditos finales tras sus, aproximadamente, cinco horas de juego.

Pero no solo de influencias videojueguiles vive Lunark, tambi¨¦n las encontramos cinematogr¨¢ficas. Las hay a Indiana Jones, Desaf¨ªo Total, Regreso al futuro... Se nota en el mimo puesto en cada frame que el juego es un sue?o personal hecho realidad. Uno que apareci¨® en la mente de Johan Vinet cuando hace m¨¢s de un lustro empez¨® a experimentar con demakes pixelados de sus t¨ªtulos favoritos.

El sue?o cumplido que es un regalo casi perfecto

La alegr¨ªa que desprende este sue?o cumplido se muestra en pantalla a trav¨¦s del maravilloso uso del color, del tono aventurero y desenfadado a pesar de lo grave del argumento, de los afables y carism¨¢ticos secundarios... En este sentido, Lunark se aleja de la oscuridad de distopias ciberpunk al estilo Blade Runner para coger fuerte la mano de luminosas y desprejuiciadas aventuras SciFi como El Quinto Elemento.

El juego se siente amable a los mandos en cuanto nos hacemos a lo din¨¢mico del movimiento, y su jugabilidad, a pesar de la dificultad m¨¢s que medida, se muestra fresca y de nuestro tiempo. Solo hay que echar una partida al cl¨¢sico Flashback para comprobar las grandes diferencias en el control a pesar de las similitudes.

En lo que imita sobremanera a sus antecesores es en ciertos problemas con algunos checkpoints. Y es que, hacia el final de la aventura, puede volverse tedioso el tener que enfrentar de nuevo todo un nivel por un paso en falso en el ¨²ltimo momento. Los enemigos finales, por su parte, enormes o peque?os, son igualmente variados y retantes, as¨ª que sentir¨¢s la satisfacci¨®n por cada victoria conseguida.

Resulta curioso que est¨¦ de estreno reciente Flashback 2 y que no haya estado, ni de lejos, a la altura de su predecesor. Nuestro an¨¢lisis comenzaba as¨ª: ¡°Hay nombres en esta industria cuyo legado es pesado, siendo una tarea complicada estar a la altura del mismo. Flashback es uno de esos nombres de culto¡±... para terminar con una nota de 5.8. Y resulta curioso, decimos, porque Lunark, en su origen humilde en el coraz¨®n de un fan, s¨ª que es digno sucesor de aquel mito de hace m¨¢s de tres d¨¦cadas.

Estamos seguros de que, para cuando aparezcan los t¨ªtulos de cr¨¦dito finales del juego, no pensar¨¢s en otra cosa que en emprender otra ronda en busca de los items que hayas dejado atr¨¢s. Y no importa si no es as¨ª y pasas a otra cosa porque, aunque la partida termin¨¦, la sonrisa que te deja Lunark es permanente.