Análisis de Lost Records: Bloom & Rage Cinta 1, un Life is Strange con algunos toques innovadores

Un pueblo rural de los Estados Unidos, un grupo de amigas que buscan su lugar en el mundo, un misterio que se esconde entre la frondosidad de un misterioso bosque. Lost Records: Bloom & Rage mantiene los arquetipos de los videojuegos de Don’t Nod Entertainment, su se?a de identidad, un conjunto de elementos reconocibles de sus anteriores trabajos. En muchos sentidos, bien podría ser una nueva entrega de Life is Strange, aunque los poderes no se imbriquen en las mecánicas jugables. Es más sutil, se arrima más a la trama y menos a los botones del mando.

La nueva producción de los creadores de Vampyr, Tell me Why y Banishers: Ghosts of New Eden sucede en dos líneas temporales diferentes. Swann Holloway, una mujer de cuarenta y tantos, llega al pueblo de Velvet Cove tras más de dos décadas de ausencia. Allí ha quedado con las amigas que conoció muchos veranos atrás, justo el a?o en el que sus padres decidieron mudarse a Canadá. Algo ocurrió durante aquel nostálgico y fatídico a?o 1995, algo que obligó al grupo a sellar una pacto: no volverse a ver nunca más.

Dos líneas temporales: recordando un pasado feliz pero traumático

Las mujeres se disponen a romper su promesa y se citan en un acogedor bar de Velvet Cove. A?o 2022, recuerdos de un pasado que parecía borrado, pero que reemerge a medida que las historias vuelven a cobrar vida. El juego intercala estas dos líneas temporales, conversación a conversación, recuerdo a recuerdo. Con una bebida en la mesa y un extra?o paquete que lleva la etiqueta de Lost Records en una de sus caras, las amigas recuerdan aquellas insólitas vacaciones. Swann, Nora, Autumn y Kat, adolescentes a mediados de los noventa, hicieron un descubrimiento tan fascinante como perturbador.

Lost Records: Bloom & Rage Cinta 1 narra la primera mitad de la historia, ya que la segunda parte llegará el 15 de abril con la Cinta 2 (gratis para los que tengan el juego). Al igual que en Life is Strange, el plantel protagonista tiene características no normativas, distan mucho de ser populares y van a su rollo. La música sigue siendo un componente central, hasta el punto de que Nora y Autumn forman su propia banda de punk. En el pasado, manejamos a Swann en tercera persona, mientras que en el presente lo hacemos en primera, una decisión que por supuesto no es casual.

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Mientras Max Caufield usa la cámara de fotos en LIS, Swann porta una cámara de vídeo, en torno a la cual se articula la jugabilidad. Los recuerdos son como proyectos cinematográficos, una serie de tomas que necesitaremos hacer para crear películas independientes.

La mecánica es sencilla: basta con entrar en el modo cámara y filmar los puntos destacados. Las tomas son libres y se pueden hacer de forma más o menos creativa, aunque no se implementan opciones que a?adan una capa de profundidad a la misma. En otras palabras, no es un modo foto personalizable. En la fase de edición es posible elegir las tomas que configuran el filme, así como cambiarlas de posición. Al final, el producto resultante es una sucesión de tomas con la voz narrada de la protagonista.

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?Se abusa de la cámara de vídeo?

La idea de la cámara no está mal de por sí, pero se abusa tanto de ella que termina resultando un poco pesada. Pese a que acompa?a a la narración y a la exploración, da la sensación de que el mero hecho de sacarla y de guardarla interrumpe el devenir de la acción. Bien es verdad que el ritmo de la historia es más pausado que en otras aventuras narrativas, se centra más en el desarrollo de los personajes que en el marco general de la trama argumental, que se toma su tiempo para mostrar sus cartas.

Lo que el juego hace muy bien es, sin embargo, el modo en el que se desenvuelven las conversaciones, que a?ade algún elemento distintivo con respecto a otros juegos del género. En otros títulos es habitual que mientras se exploran los elementos del escenario, los personajes dejen de hablar. En Lost Records da la impresión de que siempre hay una nueva línea de diálogo, de manera que la historia se desarrolla de manera muy orgánica.

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Como las chicas adultas están recordando su pasado, a menudo se las escucha comentando y a?adiendo matices de contexto en la línea temporal de 1995. El sistema de decisiones también permite moldear la relación con los otros personajes, porque hay algunos comentarios que les gustarán y otros que no. Además, se les puede interrumpir antes de que completen la frase o directamente no responderles, lo que abre nuevas posibilidades. Además de la excelente ambientación, lo mejor de Lost Records es la evolución de sus protagonistas, complejas y muy bien escritas.

Gráficamente, un paso adelante

En el apartado artístico, las protagonistas tienen el dise?o reconocible de Don’t Nod, que mezcla realismo con un toque cartoon. Gráficamente, Lost Records luce bastante bien, se nota el paso a Unreal Engine 5, si bien la carga de texturas en la versión de PS5 es mejorable. Salvo en momentos puntuales, las expresiones faciales nos han sorprendido para bien, mientras que los escenarios están repletos de detalles. El rendimiento, por lo demás, es bueno, pero está capado a 30 FPS.

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Otro de los aspectos de las obras de este estudio es su cuidada banda sonora y aquí tampoco decepcionan. Indie, rock, punk y sonidos más atmosféricos configuran un ambiente musical que encaja perfectamente con los personajes y la historia que narra. El juego no está doblado al espa?ol, pero su traducción es más que satisfactoria.

Análisis de la versión PS5. Código proporcionado por Don’t Nod Entertinment.

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