An¨¢lisis de Lorelei and the Laser Eyes, un aut¨¦ntico survival horror de papel y boli

Cuando uno habla de survival horror, no necesariamente habla sobre videojuegos de terror. Sobre el papel, dichas palabras no dejan lugar a dudas, pero obras como Parasite Eve o Dino Crisis sirven para probar que no siempre es as¨ª. En otras palabras, hay muchos jugadores que emplean al t¨¦rmino para definir a un conjunto jugable.

Explorar, encontrar pistas y objetos clave, resolver acertijos, volver a zonas ya visitadas... Ingredientes que, al reunirse, dan lugar a una experiencia ¨²nica en su especie, sin importar si la tem¨¢tica es tan retorcida como la de Crow Country o ni siquiera pertenece al g¨¦nero de terror, como es el caso de Onimusha: Warlords.

Con menos intenci¨®n de hacernos pasar miedo, pero con la convicci¨®n de que hallar la verdad ser¨¢ una prueba de fuego, Simogo nos presenta Lorelei and the Laser Eyes, un juego repleto de puzles en el que no llegar¨¢s muy lejos si no juegas con una agenda y un bol¨ªgrafo a mano.

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Un hotel muy particular

Aunque la historia del juego es m¨¢s compleja de lo que parece, lo cierto es que la premisa argumental es tan escueta como llamativa, ya que el jugador se pone en la piel de una mujer que, a saber por qu¨¦ raz¨®n, decide aceptar la invitaci¨®n de un artista llamado Renzo Nero, al cual ni siquiera conoce y con el que, en principio, debe encontrarse en un lujoso hotel situado en alg¨²n lugar del centro de Europa.

Lo primero que llama la atenci¨®n es que en los primeros compases del t¨ªtulo apenas se dan explicaciones; simplemente nos dicen que debemos acercarnos a la ostentosa finca y encontrar la manera de entrar. Espera, ?nos invitan pero luego nos desaf¨ªan a hallar la forma de acceder? Toda una declaraci¨®n de intenciones, pues nada m¨¢s empezar queda claro que debemos jugar a un juego... o que alguien trata de jugar con nosotros.

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Una experiencia de papel y boli

Esta expresi¨®n se suele emplear cuando uno se pone a los mandos de un videojuego y al cabo de unos minutos se encuentra con una serie de puertas bloqueadas, objetos que nadie sabe para qu¨¦ sirven y alg¨²n que otro rompecabezas. Pues bien, pr¨¢cticamente cualquier otro t¨ªtulo que se haya definido de tal manera queda en an¨¦cdota si se compara con Lorelei and the Laser Eyes, un juego en el que es pr¨¢cticamente imposible avanzar sin tomar anotaciones a menudo.

Por ejemplo, hemos dicho que el juego se ambienta en un hotel, ?verdad? Pues bien, en los escasos minutos que hay desde la introducci¨®n hasta la puerta principal ya es necesario consultar algunos documentos en el inventario y hacer un par de c¨¢lculos num¨¦ricos. Una breve muestra de lo que nos espera dentro, que no es otra cosa sino un gigantesco rompecabezas formado por decenas de peque?os ¡ªy no tan peque?os¡ª acertijos.

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Una de las cosas que m¨¢s nos ha gustado es la variedad de dichos puzles, ya que no se limitan a encontrar una combinaci¨®n o a presentar el cl¨¢sico juego de bloques que debemos ordenar para formar una imagen. En su lugar, lo que realmente hace de Lorelei and the Laser Eyes un t¨ªtulo muy especial es la manera en la que combina los rompecabezas con algunos de los elementos habituales en la vertiente m¨¢s a?eja del g¨¦nero survival horror.

Lo que queremos decir es que no solo debemos tomar anotaciones sobre pistas o detalles que consideremos que pueden ser la clave para resolver un puzle; tambi¨¦n es preciso dejar constancia de numerosos elementos que ni siquiera sabemos de qu¨¦ modo podr¨ªan ser de ayuda en el futuro. Entramos a una estancia, vemos que hay m¨²ltiples caminos y cada uno de ellos se ramifica en otros tantos. Y cada dos pasos, un acertijo. Sin ir m¨¢s lejos, durante nuestra partida hemos apuntado cosas como ¡°habitaci¨®n derecha mecanismo ?, s¨®tano dibujo estanter¨ªa¡±, adem¨¢s de adjuntar alguna que otra foto captura de pantalla para consultarla m¨¢s adelante.

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Estamos convencidos de que cualquier amante de los videojuegos de puzles alucinar¨¢ con la experiencia que el t¨ªtulo de Simogo pone sobre la mesa, pero tambi¨¦n creemos que los amantes del survival horror tradicional se sentir¨¢n atra¨ªdos al ver que la propuesta es muy similar a la del primer Resident Evil, pero cambiando los enemigos y las armas por acertijos, una libreta y un bol¨ªgrafo.

Lo ¨²nico que no nos ha gustado es que no hay un bot¨®n para volver atr¨¢s o salir del inventario, sino que debemos navegar hacia el icono de salida, ya sea la t¨ªpica cruz para cerrar una ventana u otros elementos visuales. Nos ha resultado algo engorroso en m¨¢s de una ocasi¨®n, especialmente a la hora de consultar documentos en busca de pitas. Tambi¨¦n creemos que hay cierto desequilibrio en lo que a la distribuci¨®n de puntos de guardado se refiere; echamos en falta alguno m¨¢s en ciertos tramos del juego en los que no vendr¨ªa nada mal poder tomarnos un respiro.

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