An¨¢lisis de Helldivers 2, un cooperativo a la altura de leyendas como Left 4 Dead

Ni siquiera los propios responsables de Helldivers 2 pudieron predecir el ¨¦xito que se les avecinaba. A los veteranos de la primera entrega no les toma por sorpresa que la franquicia rebose calidad. Era en otra perspectiva, cierto, pero la estructura del original destacaba por ir un poco m¨¢s all¨¢ del est¨¢ndar del g¨¦nero. Ahora el campo de batalla se traslada a la perspectiva en tercera persona, un shooter puro donde la magia reside en transmitir al jugador la incapacidad de poder controlar lo que ocurre a su alrededor.

Una buena parte de su popularidad reside en esa idea. Cada partida es una f¨¢brica de momentazos que luego poder contar a tus amigos o desconocidos por internet. El boca a boca ha sido el culpable de que los servidores hayan alcanzado el l¨ªmite de su capacidad durante sus primeros fines de semana en el mercado. Y es que no te lo crees hasta que lo pruebas.

La curva de aprendizaje perfecta

Nosotros mismos pasamos por varios estados hasta descubrir realmente lo que hace ¨²nico a Helldivers 2. Las primeras partidas en solitario fueron poco atractivas, para qu¨¦ enga?arnos. Entre que comienzas en la dificultad m¨¢s baja y que los objetivos eran muy b¨¢sicos, tuvimos incluso la sensaci¨®n de que tampoco era para tanto. Un juego con indudable potencial cooperativo, pero hasta ah¨ª.

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Dimos un giro de 180 grados cuando comenzamos a subir escalones en desaf¨ªo y formando grupos con otros jugadores. Arrowhead ha sido inteligente a la hora de crear la curva de aprendizaje. Comienzas enfrent¨¢ndote a las hordas de enemigos teniendo en cuenta muy pocos elementos. No es hasta que llegas a la dificultad previa a dif¨ªcil cuando comienzas a ver que tus adversarios comienzan a comportarse diferente. Introducen nuevos arquetipos, aparecen con mayor asiduidad y siempre buscan crear emboscadas en los momentos comprometidos.

En muy poco tiempo te ves animado a adaptarte a las situaciones analizando tu entorno y sabiendo en qu¨¦ momento hacer uso de las estratagemas. Se trata del apoyo ofensivo o defensivo que puedes pedir a tu nave mientras est¨¢s en plena incursi¨®n. Antes de lanzarte en tu c¨¢psula puedes elegir entre un surtido de ataques a¨¦reos o recursos espec¨ªficos, como mochilas de munici¨®n o ca?ones l¨¢ser, previamente desbloqueados en el puente de mando con el dinero que hayas recibido de las misiones completadas con ¨¦xito.

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Es impecable. El nivel de coordinaci¨®n que exige con tu grupo (hasta cuatro jugadores simult¨¢neos) se puede ver en muy pocos cooperativos de este corte ah¨ª fuera. Y ahi est¨¢ la gracia. El saber que un compa?ero lanza un PEM que aturde a la docena de bichos frente a ti, para luego t¨² llamar a la caballer¨ªa a¨¦rea que les haga explotar por los aires. Cu¨¢ndo dar munici¨®n a tus aliados, qu¨¦ arma necesita un compa?ero frente a un enemigo especial¡­ son muchas las situaciones que surgen de manera din¨¢mica entre las partidas.

Una jugabilidad a prueba de bombas

Para nuestra sorpresa, pasar de la vista cenital al shooter en tercera persona no le ha venido grande al equipo. Es m¨¢s: se nota especial cuidado a la manera en la que se trasladan las mec¨¢nicas jugables al movimiento en espacios de tres dimensiones. Su calidad parte precisamente desde el control del personaje. Sientes la inercia de tu helldiver de manera coherente seg¨²n la situaci¨®n en la que te encuentras. Porque el juego aprovecha muy bien la forma en la que convierten al escenario en un adversario m¨¢s.

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Un planeta arenoso, por ejemplo, reduce nuestra velocidad al mismo tiempo aumenta la fatiga en cada sprint. Hay dunas en las que un salto hacia delante nos puede ayudar a salvar distancias que en otros lugares recorrer¨ªamos simplemente a pie. Que te ataque una escolta en un momento as¨ª te har¨¢ picadillo. En niveles de dificultad superiores terminas convirtiendo una peque?a piedra en un parapeto que te salva de los l¨¢seres de las hordas de robots enemigas.

Por si no fuera poco lo logrado hasta el momento, Arrowhead tambi¨¦n lo clava a nivel de gunplay. Es exquisito apretar el gatillo. Las armas se sienten contundentes y diversas por cada tipo de calibre o familia a la que pertenezca. El retroceso es predecible y a?ade un margen de influido por tus movimientos. Si apuntamos desde el hombro, por ejemplo, veremos en el centro de la pantalla un punto que indica la direcci¨®n a la que vas disparar, y a su alrededor un c¨ªrculo que cambia en tiempo real en funci¨®n de lo que est¨¢s haciendo mientras mantienes esa acci¨®n.

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Si queremos ganar en precisi¨®n se a?ade una opci¨®n m¨¢s al control. Si apretamos el stick derecho mientras apuntamos entraremos en la c¨¢mara en primera persona, que har¨¢ que siempre dispares desde la mira de tu arma cada vez que aprietes el bot¨®n de apuntado. Para armas de larga distancia, como francotiradores, es de obligado cumplimiento. Y funciona. Los amantes del shooter se encuentran en su salsa.

Guerra intergal¨¢ctica en constante expansi¨®n

En el universo de Helldivers 2 la humanidad vive una guerra constante contra las fuerzas alien¨ªgenas que ponen en jaque nuestro modo de vida. M¨¢s all¨¢ de la s¨¢tira sobre el capitalismo y la democracia, el contexto argumental nos invita a participar en la liberaci¨®n de sectores de la galaxia planeta a planeta. De ah¨ª uno de los motivos por los que requiera conexi¨®n permanente. Cada misi¨®n cumplida con ¨¦xito suma al porcentaje de liberaci¨®n que compartimos con el resto de la comunidad. Y si un planeta cae en manos del enemigo, lo sufriremos igual.

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De lanzamiento tan solo encontramos dos tipos de facci¨®n. La primera es la t¨ªpica formaci¨®n enemiga repleta de formas org¨¢nicas alien¨ªgenas. Tienen formas similares a bichos que podr¨ªas ver con un microscopio, solo que a escala mucho mayor. Los objetivos al enfrentarnos a ellas suelen girar alrededor de sus puntos de origen. Viven en nidos donde se anidan huevos capaces de triplicar sus filas en cuesti¨®n de minutos.

La segunda suele ser la que m¨¢s aprietos pone a la mayor¨ªa de jugadores. Son enemigos aut¨®matas que bien podr¨ªan salir de un cap¨ªtulo de Warhammer 40K. Utilizan todo tipo de m¨¢quinas (b¨ªpedos, tanques¡­) y munici¨®n explosiva para acabar con nuestra presencia. En vez de en nidos, los aut¨®matas surgen de sus potentes f¨¢bricas altamente custodiadas. La muerte sobrevuela el campo de batalla cuando aparecen. El color se apaga y el humo de los misiles agolpa la fotograf¨ªa.

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Como dec¨ªamos anteriormente, conforme subimos de dificultad aparecen nuevos tipos de enemigos y amenazas que requieren de mayor capacidad ofensiva. Eso s¨ª, echamos en falta una tercera en discordia que aporte equilibrio a las apariciones de ambos. Es una meta presente en el equipo durante el apoyo postlanzamiento, pero durante los primeros meses puede terminar lastrando un poco la experiencia una vez los domines por completo.

?Y qu¨¦ hay de la monetizaci¨®n?

Son sorprendentes las decisiones de sus responsables a la hora de construir su sistema de monetizaci¨®n. Para empezar, el progreso del juego a nivel de equipamiento parte de un pase de batalla sin coste adicional en el que desbloqueas nuevas armas, equipo y cosm¨¦ticos gastando medallas, una divisa gratuita que conseguimos al finalizar las partidas cumpliendo los objetivos principales y secundarios. Existe un pase de batalla premium que complementa con equipamiento alternativo, pero ninguno de los dos caduca: puedes ir consigui¨¦ndolos al ritmo que quieras.

Por otro lado, la divisa premium se puede conseguir explorando el entorno de cada misi¨®n. Durante las partidas puedes encontrar puntos de luz latentes que al acercarte se?alan la localizaci¨®n de una c¨¢psula humana. La mayor¨ªa de ellas ofrecen una peque?a suma de estos cr¨¦ditos, con los que comprar equipo en la tienda de la nave (que rota con periodicidad diaria). Como puedes leer, el sistema es bastante laxo y siempre permite una alternativa gratuita.

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Ecosistema online no tan s¨®lido

Los principales problemas de Helldivers 2 no tienen que ver con su jugabilidad. Es excelente. El tema es que un juego que pide conexi¨®n permanente no puede tener la cantidad de errores que pueden sufrirse en su ecosistema online. El matchmaking falla m¨¢s veces de las que funciona. Insistiendo terminas encontrando partida, pero a lo mejor te tiras 10 minutos intentando conectar con otras naves.

Luego encontramos la capacidad de los servidores. Si en fin de semana entras en horario americano est¨¢s jodido. En nuestro caso nos ha sido imposible jugar en s¨¢bado o domingo por la tarde en Espa?a. Algunas veces te tira jugando una misi¨®n; en otras, simplemente te quedas en una pantalla de espera mientras esperas a que la capacidad de los servidores tome ox¨ªgeno. Cabe destacar que la respuesta del equipo ha sido muy buena desde el primer momento. La comunicaci¨®n con los jugadores es fluida y los parches llegan en cascada.

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