Bloodroots, An¨¢lisis

Bloodroots irrumpe con fuerza entre la oferta indie de este primer trimestre de a?o, un videojuego de acci¨®n fren¨¦tica al m¨¢s puro estilo Hotline Miami que apuesta por la diversi¨®n directa m¨¢s bestial y que plasma en pantalla aut¨¦nticas coreograf¨ªas de sangre y desmembramientos en un Lejano Oeste muy particular. As¨ª es la propuesta del estudio canadiense Paper Cult Games en formato multiplataforma, es decir, para PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch, un t¨ªtulo que nos sumerge en la venganza y la necesidad de despachar enemigos con cualquier tipo de arma a nuestro alcance, todo ello bajo un estilo cartoon que contrasta con las constantes salpicaduras de sangre y las escenas m¨¢s gore que podamos imaginar. Veamos si Bloodroots logra hacerse un hueco entre los arcade de acci¨®n m¨¢s celebrados del g¨¦nero.

Una historia de venganza que firmar¨ªa Tarantino

Encarnamos a Mr. Wolf, el ¨²nico superviviente de un pueblo arrasado por los Blood Beasts, una banda de maleantes liderado por Mr. Black Wolf y sus tres compinches; dados por muertos, despertamos medio moribundos con un ¨²nico objetivo: consumar la venganza y acabar con todos los componentes de dicha pandilla de bandidos, del primero al ¨²ltimo. Con esta premisa un tanto manida empieza una historia de vendetta que nos llevar¨¢ a dar caza a los cuatro componentes de la banda, uno por uno, a la vez que arrasamos con sus filas de bandidos repartidos a lo largo y ancho de los numerosos niveles que tendremos que ¡°limpiar¡± para acceder a las siguientes zonas, sucesivamente.

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El verdadero atractivo de Bloodroots reside en su jugabilidad y experiencia a los mandos, verdaderamente fren¨¦tica y adictiva, con la mec¨¢nica ensayo-error muy presente aunque m¨¢s equilibrada que en otros t¨ªtulos de mec¨¢nicas similares. Y es que la historia se queda en un segundo plano, alimentada por di¨¢logos de texto (en castellano b¨¢sico, eso s¨ª) en el campamento del protagonista entre grupos de niveles y que incluso podemos pasar por alto si lo que queremos es centrarnos en su f¨®rmula de juego, el verdadero eje central de Bloodroots.

Y es que el t¨ªtulo de Paper Cult Games apuesta sin concesiones por la jugabilidad directa y accesible, dejando de lado otros aspectos que en este caso no pasan de secundarios. As¨ª, el objetivo del jugador es acabar con todos los enemigos de cada nivel al m¨¢s puro estilo Hotline Miami y similares; una vez acabemos con todos pasaremos al siguiente nivel. Y as¨ª hasta llegar a los jefes finales de cada grupo de niveles. La gracia del asunto reside en que podremos usar cualquier elemento del escenario a modo de arma para acabar con los rivales, armados tambi¨¦n con sus propias armas.

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Desde diferentes espadas a hachas, pasando por pistolas l¨¢ser, pescados, sillas, zanahorias, palos, remos, garfios, escaleras, jarrones... Casi cualquier objeto del escenario ser¨¢ susceptible de ser empu?ado para despachar enemigos; menci¨®n especial para los gui?os a ciertas armas de cl¨¢sicos del videojuego. Eso s¨ª, cada tipo de arma tendr¨¢ un n¨²mero limitado de usos, desde uno a tres, lo que nos obligar¨¢ a cambiar de objeto o arma continuamente si no queremos morder el polvo a manos de nuestros enemigos. Y es que un toque significa la muerte, lo que nos llevar¨¢ al punto de control inmediatamente anterior para volver a intentarlo, una y otra vez hasta acabar con todos los enemigos y pasar al siguiente nivel.

Desde luego, uno de los mayores atractivos de Bloodroots reside en las diferentes estrategias que podemos adoptar para superar cada conjunto de escenarios; y es que dependiendo de nuestras acciones tendremos que afrontar un desaf¨ªo u otro, haciendo de cada partida o intento un nuevo reto. En ello tiene mucho que decir el efecto de cada arma, dando como resultado aut¨¦nticas org¨ªas de sangre y desmembramientos. Eso s¨ª, a medida que avanzamos en la historia, la curva de dificultad se dispara hasta niveles casi desesperantes, solo al alcance de los jugadores m¨¢s h¨¢biles; y pacientes. Y ello incluye las batallas contra jefes finales, que proponen mec¨¢nicas propias. Adem¨¢s, los niveles est¨¢ndar se alternan con otras fases m¨¢s de plataformas, manteniendo el ensayo-error como leitmotiv, aunque no tan bien resueltos, por norma general.

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Por otro lado, contamos con la posibilidad de equipar diferentes gorros de nuestros enemigos ca¨ªdos, lo que nos otorgar¨¢ diferentes ventajas en el campo de batalla, eso s¨ª, solo disponibles en niveles ya superados. Adem¨¢s, podremos obtener mejores puntuaciones y escalar posiciones en las tablas de clasificaci¨®n online. La exploraci¨®n de los escenarios tambi¨¦n se potencia con la presencia de coleccionables como las estatuas de lobo, muy bien escondidas, por cierto. La duraci¨®n total del t¨ªtulo puede extenderse hasta las ocho o diez horas, dependiendo de nuestra habilidad; aunque si pretendemos conseguir las mejores marcas y desbloquear logros y trofeos, la duraci¨®n puede duplicarse e incluso triplicarse.

Su puesta en escena destila personalidad por los cuatro costados; y es que al estilo gr¨¢fico al m¨¢s puro estilo Samurai Jack debemos sumar un nivel de violencia y gore bastante elevado, incluyendo escenas tipo fatality para cada arma al acabar con el ¨²ltimo rival de cada nivel. El motor de f¨ªsicas se desenvuelve con bastante soltura, aunque los saltos del protagonista dejan bastante que desear, especialmente cuando dan al traste con todo el avance de un nivel especialmente complicado mediante un movimiento en falso. Eso s¨ª, los modelados son bastante planos y no reparan en muchas florituras. Menci¨®n especial para una banda sonora basada en cl¨¢sicos del western con un toque electr¨®nico que nos anima a seguir repartiendo estopa una y otra vez, junto a unos efectos de sonido decididamente acertados por contundentes y, hasta cierto punto, graciosos.

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