La suscripci¨®n tiene su lugar

The Elder Scrolls Online ya lleva unos d¨ªas en la calle en lo que ha sido un lanzamiento muy bueno para un MMO, sin grandes problemas t¨¦cnicos m¨¢s all¨¢ de algunos bugs en misiones y algunos mantenimientos largos. No hace falta insistir en que el juego ha gustado al que escribe estas l¨ªneas y tambi¨¦n consta que hay jugadores lo est¨¢n disfrutando -incluso m¨¢s de lo que pensaban que iban a hacerlo-, mientras que a otros no les ha convencido. Pero gran parte del debate en Espa?a sobre el proyecto de Zenimax Online no gira alrededor del propio contenido sino a dos factores importantes: idioma y precio, o m¨¢s que precio habr¨ªa que decir ¡°modelo de pago¡±. Sobre lo primero no hay mucho que decir y es algo que depende en gran medida de cada uno, de lo que domine el ingl¨¦s y tambi¨¦n de lo que le importe personalmente como consumidor si un juego llegue o no en castellano. El otro factor es del modelo de suscripci¨®n, que muchos consideran desfasado, caro y fuera de lugar en un mundo de constantes ofertas F2P.

Es habitual ver aparecer un juego con suscripci¨®n y que algunos comentarios sean algo parecido a ¡°le doy X meses para verlo en F2P¡±. Ni siquiera hace falta que un juego haya salido, simplemente con el anuncio de que un proyecto intentar¨¢ la suscripci¨®n mensual ya empiezan a surgir esa clase de respuestas, aunque queden a?os para que se produzca su lanzamiento. Por un lado sorprende, por otro lado no se puede negar que ha sido la norma durante este tiempo en el que el MMO ha dejado de ser ¡°El Dorado¡± al que todos los estudios quer¨ªan llegar. Ciertamente, si repasamos la lista vemos que hay motivos fundados para soltar ese comentario con poco miedo a equivocarse: El Se?or de los Anillos Online, Warhammer, Tabula Rasa, DC Universe¡­ todos estos juegos empezaron con un modelo de suscripci¨®n y muchas esperanzas, pero ahora simplemente no existen o son juegos F2P. Incluso Caballeros de la Antigua Rep¨²blica, el mega proyecto de EA con una inversi¨®n masiva y que parec¨ªa el m¨¢s serio candidato a competir con World of Warcraft tuvo que pasarse al Free To Play para poder mantenerse. El juego de Blizzard tampoco se libra aunque est¨¦ firmemente sentado en el trono, su considerable p¨¦rdida de usuarios en los ¨²ltimos tiempos es constantemente interpretada como ¡°el principio del fin¡± y como un argumento para apoyar su ¡°inevitable¡± paso a un modelo gratuito, algo que est¨¢ por ver todav¨ªa (personalmente, yo esperar¨ªa sentado).

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Para empezar, debo decir que no soy el mayor aficionado de ciertas ejecuciones del modelo F2P. Como aficionado al MMO, una parte fundamental de la experiencia es la de ¡°vivir¡± en un nuevo mundo, y para creerme esa ilusi¨®n es necesario que el juego no me est¨¦ recordando constantemente que es un servicio. Esto es un problema en varios F2P con sus tiendas in-game, sus limitaciones y ¡°amistosos¡± recordatorios de que eres un usuario de segunda y que tienes que apoquinar si quieres dejar de serlo. La lista de limitaciones de Caballeros de la Antigua Rep¨²blica es un escaparate de las cosas que echan para atr¨¢s de esta clase de planteamientos, cosas como que los jugadores ¡°gratuitos¡± no pueden empezar a esprintar hasta que llegan a nivel 10, mientras que los que est¨¦n suscritos o sean ¡°preferentes¡± s¨ª, son cosas que no tienen sentido o explicaci¨®n. S¨ª, podr¨ªa pagar y yo no tendr¨ªa esa limitaci¨®n, pero el mero hecho de que exista hace que me crea menos este universo virtual.

Sin embargo, ese ideal de mantener el dinero y los servicios lo m¨¢s alejado posible de la experiencia de juego va en contra de la tendencia actual, y ni los juegos con suscripici¨®n obligatoria parecen librarse. Guild Wars 2 mantiene el equilibrio con su tienda en el juego, que sirve de balance al hecho de que no tenga suscripci¨®n; World of Warcraft acaba de a?adir algo tan artificial como poder subir personajes por una suma de dinero; EVE Online tiene el sistema de PLEX que en la pr¨¢ctica permite inyectar dinero real en la econom¨ªa del sandbox espacial. Ya incluso resulta dif¨ªcil diferenciar entre lo que es ¡°Pay to Win¡± ?pagar con dinero real un aumento temporal de tu ritmo de experiencia es ¡°Pay to Win¡±? Hay quien dice que s¨ª, hay quien dice que no. En todo caso, la realidad actual dicta que los juegos online -y no s¨®lo los masivos- tienen que aprovechar la oportunidad de que los jugadores se gasten constantemente dinero en ellos. Los m¨¢s amables y aceptados son aquellos que piden dinero s¨®lo para comprar complementos est¨¦ticos, los m¨¢s cuestionables se enredan en nociones como permitir el privilegio de cambiar tiempo por dinero.

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Con todo esto sobre la mesa, al final la cuesti¨®n principal es que el modelo de pago no es lo importante aqu¨ª, sino el c¨®mo se utiliza y en c¨®mo afecta al juego. Es una negociaci¨®n entre estudios y jugadores, un toma y daca en el que ambos tienen que buscar la forma de salir ganando. Si el estudio quiere apostar por una suscripci¨®n obligatoria, el juego tiene que ser muy s¨®lido desde el principio y tiene que tener un ritmo de actualizaci¨®n alto en el que se vea que ese dinero est¨¢ siendo aprovechado. Si el estudio quiere apostar por el Free to Play, tambi¨¦n debe de hacerlo bien, con sensibilidad y tratando de crear un escenario atractivo que haga deseable el querer gastarse el dinero sin que parezca que est¨¢s comprando el juego a plazos. No me parece que un modelo sea inherentemente mejor que el otro y me parecer¨ªa preocupante que se abandonara la suscripci¨®n obligatoria como una alternativa v¨¢lida. Las compa?¨ªas est¨¢n en su derecho de, por lo menos, intentarlo. Si piensan que su juego lo vale y consideran que est¨¢n en posici¨®n de justificar ese pago constante, deben de intentarlo con todas las consecuencias. A fin de cuentas no son todo fracasos, A Realm Reborn sin ir m¨¢s lejos, con todas las dificultades que ha tenido, lo est¨¢ haciendo muy bien como juego de suscripci¨®n obligatoria en estos momentos. Por ello considero que no hay que enterrar esta opci¨®n ni quedarse en la idea de que est¨¢ acabada, sigue siendo una opci¨®n v¨¢lida que merece ser tenida en cuenta.