Una Francia sin brillo se quita la presi¨®n en el estreno mundialista
Triunfo descafeinado de un Gallo por momentos atenazado y con Dupont desaparecido, que sin embargo condena a Nueva Zelanda a la segunda plaza del grupo.
Los ¨²ltimos rayos de sol ca¨ªan sobre Saint Denis cuando la ceremonia de apertura dio el pistoletazo de salida al Mundial de rugby. Con el coliseo parisino como anfiteatro, una enorme r¨¦plica de la Torre Eiffel dominando la escena, fue un homenaje a la Francia llana y su cultura, la que escribieron Camus, Baudelaire o Victor Hugo, la que filmaron Truffaut, Resnais o Melville. Una exhibici¨®n de grandeur a un a?o de los Juegos de Par¨ªs, presidida por Emmanuel Macron, cabeza pol¨ªtica del hex¨¢gono, y Bill Beaumont, presidente de World Rugby. Son¨® por primera vez, a capela, La Marsellesa durante sus alocuciones (silbada la del primero). El pa¨ªs se gusta en estas ocasiones y disfrut¨® mientras pudo, antes de que la noche cayera sobre la Ciudad de la Luz y llegara el momento de pasar por el dentista, siempre buena met¨¢fora de los All Blacks, que completaron el espect¨¢culo con su ¡®haka¡¯ antes de caer en la que es su primera derrota en una fase de grupos mundialista (27-13).
Mark Telea, que desde ya presenta candidatura a tryman del torneo, y Rieko Ioane, siempre incisivos, fueron las muelas del juicio de una Francia humanizada en unos primeros compases en los que not¨® el peso del contexto. Fruto de una estampida del segundo, tras la primera touch del duelo, lleg¨® el ensayo inaugural del Mundial. Silencio sepulcral en Saint Denis. Poco despu¨¦s Marchand se marchaba tocado, dejando su sitio a Mauvaka. A Francia, que ya perdi¨® a Ntamack, Baille y Willemse antes de comenzar la acci¨®n, le crec¨ªan los enanos, con Dupont, su faro, desaparecido en combate. Si el pie de Ramos les met¨ªa en el partido, despu¨¦s un error de manos del zaguero toulousain dio p¨¢bulo a una incursi¨®n All Black en 22 que solo el compromiso local en el placaje, y el conservadurismo de Savea pidiendo palos, evit¨® que acabara en un segundo posado oce¨¢nico.
Los anfitriones estaban atenazados, incapaces de romper a jugar, encajonados en su campo. Solo la falta de disciplina de Nueva Zelanda les manten¨ªan en el pulso, el m¨¢s repetido de la historia de los mundiales con ocho ediciones ya (con esta tres victorias francesas). La imagen de Dupont aguantando y aguantando en una abierta para que se cumpliera el 40¡ä y poder tirarla fuera fue la imagen de un Gallo inc¨®modo. Lo suyo en la primera mitad fue una huelga ofensiva, y no de chalecos amarillos precisamente.
Quiz¨¢ fue el toque de atenci¨®n que necesitaban los de Galthi¨¦, porque se desplegaron con m¨¢s intenci¨®n nada m¨¢s volver del vestuario, en una buena secuencia malograda por una entrada ilegal en una abierta. Pero el intento redund¨® en bofet¨®n, porque la respuesta neozelandesa s¨ª encontr¨® premio en el doblete de Telea, asistido por un buen salto de Ioane. La estad¨ªstica dice que Francia no gana a Nueva Zelanda cuando anota menos de 20 puntos y a media hora del final la m¨¢xima se cumpl¨ªa. Y dice el viejo adagio rugb¨ªstico que no se puede salir de la 22 rival sin puntos, normativa que los franceses contravinieron constantemente.
Hasta que apareci¨® Jalibert, segund¨®n que siempre dej¨® trazas de titular, favorecido ahora por la lesi¨®n de Ntamack, en una descarga que propuls¨® a Penaud hasta el bander¨ªn. Era el revulsivo que necesitaban los locales, espoleados a¨²n m¨¢s poco despu¨¦s por una amarilla a Jordan, temerario en un lance a¨¦reo.
Francia crec¨ªa y Nueva Zelanda se pixelaba en inferioridad como la se?al televisiva. Pero no estaba todo el pescado vendido, porque hay mucha potencia de fuego en el banquillo ¡®kiwi¡¯ y la entrada en el 9 de Finlay Christie aport¨® nuevos br¨ªos al equipo. Al son del sustituto de Aaron Smith, consiguieron hilar buenas transmisiones que, a veces la precipitaci¨®n, a veces la organizada cortina defensiva francesa, frustraron. Si Nueva Zelanda pr¨¢cticamente no pis¨® la 22 local en los ¨²ltimos 20 minutos hay que concederle mucho cr¨¦dito al gur¨² defensivo del Gallo, el gal¨¦s Shaun Edwards.
Al final el pie de Ramos, el mismo que hab¨ªa abierto la cuenta francesa, sell¨® un triunfo carente de brillo pero con oficio (como tantas otras veces estos a?os), muy importante para los anfitriones, adornado sobre la bocina por Jaminet. Siempre es mejor edificar sobre la victoria que sobre la derrota, m¨¢s a¨²n si esta llega ante la selecci¨®n m¨¢s temida del mundo, y con una versi¨®n muy disminuida de tu mejor jugador. Si este Mundial es efectivamente el de Francia, no pod¨ªa empezar mejor.