Una asturiana, en la NBA del v¨®ley
Mar¨ªa Schlegel, internacional con Espa?a, debut¨® con Columbus Fury en la revolucionaria Pro Volleyball Federation, primera liga profesional en EE UU con grandes condiciones laborales.
Columbus Fury contra Grand Rapids Rise en el Van Andel Arena. Las 19.00 horas en Estados Unidos, 01.00 de la madrugada en Espa?a del viernes 26 de enero. Se iniciaba el segundo partido de la Pro Volleyball Federation y el primero para el Columbus Fury. En sus filas, la espa?ola Mar¨ªa Schlegel.
Pro Volleyball es la primera liga profesional de voleibol femenino en Estados Unidos, antes de ella solo exist¨ªa la liga universitaria, pero esta promete ser una revoluci¨®n. Schlegel (30 a?os) cuenta a AS desde Michigan que se sinti¨® ¡°muy feliz¡±, a pesar de los Fury perdieron (25-17, 25-23, 25-19).
La asturiana ha dedicado toda su vida al deporte: compagin¨® el atletismo y el voleibol hasta los 18 a?os, se especializ¨® en salto de altura y, a los 21, volvi¨® a las canchas. Desde el 2015, se dedica profesionalmente al voleibol, pas¨® por las grandes ligas europeas (Italia, Alemania, Rep¨²blica Checa, Espa?a...) y ahora, se enfrenta a una de sus mayores oportunidades deportivas.
¡°El ambiente es muy bueno. Creo que mi equipo es el mejor de la liga, joven, y van a salir cosas¡±. El primer partido de las de Ohio concluy¨® con la derrota 0-3, pero no se gana por sets, sino por puntos, y tambi¨¦n hay un ranking individual. ¡°Para nosotras es un punto de inicio, para desarrollarnos en los dos primeros partidos¡±, advierte. El tiempo l¨ªmite que se da el Columbus Fury es el 21 de febrero, fecha de su tercer partido, contra Omaha Supernovas. ¡°El foco est¨¢ en empezar a partir de ah¨ª¡±.
¡°Fue una locura. Es incre¨ªble ser titular y estar en una liga regular con casi 10.000 personas vi¨¦ndonos¡±, confiesa la asturiana. El Van Andel Arena, donde se disput¨® el partido, tiene capacidad para 12.000 personas y se vendieron m¨¢s de 8.000 entradas para el segundo enfrentamiento de la liga. El voleibol es un deporte que mueve masas en Estados Unidos, tanto es as¨ª que es el tercer deporte universitario m¨¢s visto en el pa¨ªs, de ah¨ª que no solo llene estadios, sino que rompa r¨¦cords mundiales de asistencia.
La afici¨®n al voleibol no es solo medible con los asistentes presenciales, sino que hay que sumarle la audiencia de los encuentros que se ofrecen en streaming. El Columbus Fury contra el Grand Rapids Rise se retransmiti¨® hasta en nueve canales distintos. ¡°Solo en YouTube hubo 8.000 personas¡±, comenta Schegel. Como ella misma calific¨®, es algo ¡°inaudito¡± si se observa desde la perspectiva del voleibol europeo o espa?ol.
No solo es diferente en la audiencia que capta, sino tambi¨¦n en el trato a las jugadoras. La Pro Volleyball se muestra orgullosa de ofrecer trato de estrellas. Schlegel explica: ¡°Es diferente a Europa. Aqu¨ª hay grandes nombres (procedentes del voleibol universitario), el resto se va formando. Si hay una extranjera que viene aqu¨ª, se va a forjar un nombre¡±. Es su caso. Pretende ser una de las grandes. Como ya lo son Nootsara Tomkom (San Diego Mojo), la colocadora tailandesa que causa clamor en su pa¨ªs, o Bethania de la Cruz (Omaha Supernovas), la receptora dominicana.
La ¡®NBA del v¨®ley¡¯ debe la similitud al sistema de captaci¨®n de jugadoras mediante un draft, con el que los equipos suman a sus listas a las grandes figuras del deporte universitario. Fue el caso de la n¨²mero uno, Asjia O¡¯Neal, que juega con Schlegel en el Columbus Fury. Pero tambi¨¦n se hacen fichajes del mercado de jugadoras. ¡°La gran diferencia es que hay playoffs, convocan, por ejemplo, a 25 jugadoras y el equipo final se queda con 14¡å, informa la espa?ola.
Las condiciones que ofrece la liga son ¡®REALES¡¯, dicen desde la organizaci¨®n. Las jugadoras reciben un salario similar al de la WNBA, alrededor de 60.000 d¨®lares anuales (55.115 euros). ¡°Pero tiene letra peque?a. Cobras por partido y en funci¨®n de si est¨¢s, o no, convocada¡±, aclara Mar¨ªa Schlegel. ¡°Quieren que crezca (el sueldo)¡±, advierte. Adem¨¢s del salario, las jugadoras reciben alojamiento y un veh¨ªculo para los desplazamientos, unas condiciones inusuales. ¡°Hay condiciones muy buenas, estamos muy bien valoradas¡±, reconoce.
Este tratamiento y su funcionamiento choca con el de las ligas de voleibol en Espa?a y Europa, que tienen fama de ofrecer un panorama precario. El estadounidense se trata de un modelo deportivo dif¨ªcil de comprender desde la ¨®ptica europea, ajena a la nebulosa del deporte universitario o de los ¡®drafts¡¯. ¡°Creo que la forma en la que funciona el business en Estados Unidos y Europa es diferente. Una liga similar a la Pro Volleyball ser¨ªa posible en la medida en la que se adoptase el modelo de negocio estadounidense a nivel europeo¡±, opina Mar¨ªa.
Sin duda es una liga que a¨²n tiene mucho que ofrecer. Pretende aumentar en tama?o, pasando de siete a diez equipos para 2025, pero tambi¨¦n en popularidad. Todav¨ªa es una competici¨®n ¡®joven¡¯ y ya ofrece unas condiciones atractivas para las jugadoras, el equipo t¨¦cnico y el p¨²blico. El espect¨¢culo deportivo solo tiene las miras en mejorar. ¡°Todos (los equipos) queremos lo mejor para el deporte, somos pioneros¡±, afirma Schlegel. Los equipos son conscientes de la responsabilidad que cargan por ser un precedente a nivel mundial. ¡°Estamos creando historia para el deporte¡±.