Un Masters por Seve

El tiempo es caprichoso y ha querido que Jon Rahm se coronara este domingo campe¨®n del Masters de Augusta. Un 9 de abril en el que Seve Ballesteros, su gran referente, habr¨ªa cumplido 66 a?os. Un 9 de abril como el de 2017, en el que Sergio Garc¨ªa se enfund¨® la que hasta ahora era la ¨²ltima chaqueta verde espa?ola. Un 9 de abril que a este paso habr¨¢ que declarar el D¨ªa Nacional del Golf, en el que se coron¨® el vizca¨ªno con un -3 en la ¨²ltima ronda para -12 en el acumulado.

Fue un mano a mano a 30 hoyos: los 12 que hubo que recuperar de la tercera vuelta, suspendida por mal tiempo en la tarde del s¨¢bado, y los 18 del ¨²ltimo recorrido. En una esquina, una de las grandes estrellas del PGA; en la otra Brooks Koepka, uno de los fichajes de post¨ªn del disruptor LIV, que solt¨® un cheque en el entorno de los 100 millones de d¨®lares para atraerle a su parque de atracciones golf¨ªstico. La madre de todas las batallas en el contexto actual.

No era el negocio ideal, a priori, para Rahmbo, enfrente un cu¨¢druple campe¨®n de majors (US Open en 2017 y 2018 y PGA en 2018 y 2019). Bien es cierto que venido a menos, solo una victoria entre 2019 y la semana pasada, cuando se adjudic¨® el LIV de Orlando, pero un ganador nato. Uno de esos golfistas que entra en ¡®modo t¨²nel¡¯ los domingos, un aut¨®mata que solo tiene ojos para la bola cuando hay metal (y parn¨¦) en juego, y que nunca hab¨ªa rendido la plaza en un grande comandando tras 54 hoyos.

Ser¨¢ la falta de costumbre, o la ausencia de tensi¨®n que trasluce en los torneos de su nueva casa, o el inquietante aliento de Rahm en el cogote, pero lo cierto es que Koepka se quebr¨®. Retom¨® la tercera vuelta con cuatro golpes de ventaja y lo primero que hizo fue un bogey. Le caer¨ªan otros dos, que solo pudo corregir con un birdie: +1 para +13 y dos de renta. Jon, en cambio, hab¨ªa salido como un depredador oliendo presa, birdies seguidos en el 7 y en el 8. Habr¨ªa arrancado el partido estelar en cabeza de no ser por un chip t¨ªmido que le cost¨® el bogey en el 13 y uno largo que puso otro borr¨®n en su tarjeta en el 16.

Ese final de vuelta le habr¨ªa costado el torneo hace no mucho, cuando no encajaba el fallo, cuando le desbordaban las emociones. Pero el tiempo, el trabajo con Joseba del Carmen, el matrimonio, la paternidad... Todo junto ha configurado un golfista maduro, tranquilo, que acepta lo que viene con la sencillez del que ya ha asumido que este es un deporte en el que nunca se tiene el control total de la situaci¨®n. Eso, y la hoja de servicios que lleva por delante, 18 triunfos antes de este, tres de ellos este a?o, achanta ya a cualquiera. Hasta a otro impasible como Koepka, que empez¨® torcido el desenlace: se cruz¨® de salida a la calle del 9 el de Florida y no rest¨® en el par 5 del 2.

Rahm le dio tregua hasta el 3, primer dardo. Le puso nervioso. Bogey al 4 de Koepka, empate en cabeza. Otro bogey al 6, l¨ªder en solitario. Otro birdie de Rahm en el 8, dos de ventaja. Era un partido de match play en un domingo de Masters. Un escenario id¨ªlico llegado el punto de inflexi¨®n, Amen Corner, el rinc¨®n que forman el 11, 12 y 13 de Augusta. Jon le hizo par al 11, jug¨® inteligente al centro del green para sacar otro par en el 12 y le hizo birdie al par 5 del 13. Ileso. Igual¨® ese ¨²ltimo Koepka, que sin embargo se hab¨ªa enredado en el 12, dando m¨¢s margen al espa?ol, que le sentenci¨® con un golpazo desde fuera de calle en el 14 para dejarse otro birdie dado. Cuatro pares seguidos fueron sus ¨²ltimos pasos camino a la gloria.

Desde este lunes Rahm, el primer europeo campe¨®n en Augusta y el US Open, y el primer jugador desde Sam Snead en 1952 que gana el Masters tras hacer doble bogey en el primer hoyo, volver¨¢ a figurar en el primer puesto del ranking mundial. Pero este ya hist¨®rico domingo de abril no iba ni de eso, ni de los 3,25 millones de d¨®lares (2,9 de euros) que pasar¨¢n a engrosar su ya de por s¨ª bien nutrida cuenta. Esto iba de una tradici¨®n y de un legado de los que un vasco de Barrika formar¨¢ parte ya hasta el fin de los d¨ªas. Si Seve estaba mirando desde arriba, estar¨¢ orgulloso.