Tiritas para el coraz¨®n partido de Rory McIlroy
El norirland¨¦s cede a DeChambeau un US Open que llega a acariciar en un desenlace desgarrador. Sergio Garc¨ªa firma su mejor grande desde 2017.
A los grandes hay que celebrarles mientras est¨¢n entre nosotros, porque por unas o por otras al final la vida te los arrebata. A veces, como en el caso de Payne Stewart o Seve, repentinamente. Otras es el inexorable paso del tiempo, como con Bobby Jones y Gene Sarazen, con Ben Hogan, con Arnold Palmer, con Jack Nicklaus... Por eso la causa de Rory McIlroy en este 124? US Open, romper con una sequ¨ªa de diez a?os en el Grand Slam, desde que el reloj se detuvo en el PGA Championship de 2014, su cuarta muesca, era la causa del golf. Rory es todo lo que deber¨ªa ser un atleta profesional. Un trabajador dedicado, un estudioso de su deporte, el abogado de sus compa?eros ante el PGA (que a veces cuenta menos con ellos de lo que deber¨ªa una organizaci¨®n que en teor¨ªa les pertenece), siempre atento con la prensa. Un diamante como ¨¦l se tiene entre manos como mucho una vez por generaci¨®n, y una carrera competitiva en este deporte son 30 a?os. As¨ª que, mal que le pese, la historia del triunfo de DeChambeau este domingo en Pinehurst N¨²mero 2 ser¨¢ m¨¢s bien la historia de otro desgarro en el coraz¨®n de Rors y el de los que convierten en propios sus triunfos y sus miserias. No hay tiritas en el mundo entero.
El desenlace fue de puro US Open, a ver qui¨¦n hace menos bogeys y no qui¨¦n hace m¨¢s birdies. Los nueve primeros hoyos separaron la paja del grano y dictaron que fuera mano a mano entre estadounidense y norirland¨¦s. En la cuneta qued¨® r¨¢pido el sueco Aberg, que pareci¨® el caballo ganador durante buena parte de la semana en su primera aparici¨®n. Acab¨® viviendo la experiencia completa del grande m¨¢s emocional, el que te eleva a los cielos en un hoyo y te arrastra por un rough de 15 cent¨ªmetros al siguiente. Un triple bogey en el 13 el s¨¢bado y otro en el 2 este domingo enterraron sus opciones. Acab¨® en +1 para +3, fuera del top-10 incluso. Nunca terminaron de convertirse en un factor de la ecuaci¨®n ni Hideki Matsuyama (par para -2), que persegu¨ªa su segundo major, ni Patrick Cantlay (par para -4) ni Tony Finau (-3 para -4) ni Matthieu Pavon (+1 para -3), que olisqueaban el primero.
Rory se destac¨® con cuatro birdies del 9 al 13 que le dieron dos impactos de ventaja a falta de cinco hoyos. El putt ha sido su caballo de batalla en la traves¨ªa por el desierto, porque de tee a green siempre ha sido una constante, llueva o haga un sol abrasador, con los greenes como el velcro o como el granito, entre los mejores (cuando no el mejor) del mundo. Pero esta vez parec¨ªa que funcionaba, que al fin iba a dar frutos la ayuda del gur¨² Brad Faxon, con el que trabaja desde hace meses. Hab¨ªan entrado lejanos en el 9, en el 10 y en el 12. Acariciaba el triunfo con la yema de los dedos otra vez, la en¨¦sima. Y entonces produjo un colapso que le perseguir¨¢: tres bogeys en los ¨²ltimos cuatro hoyos. En el 16 con un putt fallado de menos de un metro; en el 18, cuando le val¨ªa el par para forzar el playoff, desde algo m¨¢s de un metro. -1 para -5 al final en una secuencia desoladora. Como su cara en la carpa de entrega de tarjetas, entre la amargura y la inocencia, esperando un bogey en el ¨²ltimo hoyo de DeChambeau que no llegar¨ªa. El destino ten¨ªa prioridades y no eran las suyas. Quer¨ªa un homenaje al bueno de Payne Stewart, 25 a?os despu¨¦s de su recordado triunfo en esta plaza y de aquella foto con el pu?o al viento que tiene hasta su propia estatua, de manos del jugador que mejor ha encarnado su esp¨ªritu, sin pretenderlo con esa personalidad exc¨¦ntrica, y pretendidamente con esa boina que dej¨® de utilizar tras la Ryder Cup de 2021.
DeChambeau, que hab¨ªa tripateado el 15 para bogey, roz¨® el birdie en el 17 tras un hierro 8 fabuloso y sell¨® un par trabajado en el 18 desde la arena. +1 para par, suficiente para confirmarse como el que mejor ha somatizado el cambio de casa (adem¨¢s fue segundo en el PGA) de las grandes estrellas ¡®fugadas¡¯ al LIV, el segundo de la superliga saud¨ª que gana un grande tras Koepka en el PGA el a?o pasado, de ¡®bicho raro¡¯ a uno de los favoritos de la afici¨®n norteamericana. ¡°Esto va para Payne Stewart y para la universidad de SMU, este es un lugar muy especial para m¨ª. Gracias al p¨²blico, ha sido impresionante. No puedo agradecer m¨¢s a mi equipo, no estar¨ªa aqu¨ª de no ser por su ayuda. Recordar¨¦ este final de torneo toda mi vida. A¨²n no me lo creo¡±, dir¨ªa al final entre sonoras ovaciones, prueba de que la gente ya se ha cansado del cisma y ans¨ªa una paz que podr¨ªa confirmarse tan pronto como esta pr¨®xima semana. Ya tiene dos de estos ¡®bichos¡¯. Uno puede ser casualidad, el segundo y sucesivos son para unos pocos elegidos.
Sergio Garc¨ªa firma su mejor grande en casi una d¨¦cada
Desde que se enfund¨® la chaqueta verde en 2017 y salv¨® una carrera que de no ser por aquello habr¨ªa quedado irremediablamente empa?ada, uno de los mejores golfistas de su generaci¨®n incapaz de abrochar un grande, no se hab¨ªa visto al Sergio Garc¨ªa que ha hecho aflorar esta edici¨®n, el mejor major del castellonense desde aquella cat¨¢rtica semana en Augusta. Ramalazos de ¡®El Ni?o¡¯, de aquel jugador al que antes de los 20 ya le auguraban una carrera repleta de piezas del Grand Slam. Quiz¨¢ a¨²n quede un ¨²ltimo cap¨ªtulo por escribir en su leyenda. En Pinehurst N¨²mero 2, desde luego, ofreci¨® argumentos a la fe. Esa vuelta can¨®nica del jueves, cuando la USGA dio cuartel; un superviviente nato viernes y s¨¢bado, cuando la cosa se puso peliaguda; un 70 final este domingo, para para +1, 12?.
Gran broche, en el ¨²ltimo grande que jugar¨¢, salvo que saque billete para el British Open en las previas, esta temporada, la que m¨¢s cerca ha estado de mejorar su curriculum desde que gan¨® el Sanderson Farms en 2020, cuando a¨²n era miembro del PGA. Roz¨® el triunfo en la apertura del LIV en Mayakoba y despu¨¦s ha sido top-10 en Miami y Houston. Este es un paso m¨¢s en direcci¨®n a otra victoria tras entrar como reserva, tr¨¢mite que se habr¨ªa ahorrado para el a?o que viene de haber acabado finalmente en el top-10. Le habr¨ªa venido de perlas para engrosar su agenda de majors, pues su ca¨ªda en el ranking ya solo le deja la garant¨ªa anual del Masters, como campe¨®n. David Puig, desquiciado, concluy¨® en +8 para +11, 55?, su tercer grande, el de su clasificaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos. Scottie Scheffler, n¨²mero uno del mundo, dej¨® en un +2 para +8, 41?, su peor semana del a?o. Solo ocho jugadores, para sorpresa de nadie, jugaron bajo par.
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