Tiger Woods y la necesidad de ¡°estar en este Open¡±
Pese a sus problemas f¨ªsicos, el Tigre siempre tuvo este major marcado en rojo: ¡°Qui¨¦n sabe si ser¨¢ mi ¨²ltima vez en St. Andrews¡±.
Un cuerpo cosido a retales, lleno de hardware como dice ¨¦l, no iba a apartar a Tiger Woods de la que quiz¨¢ sea la cita m¨¢s se?alada de la historia reciente del golf: la 150? edici¨®n del British Open que arranca el jueves en St. Andrews, la catedral de esta disciplina. El Tigre est¨¢ cojo desde el accidente de coche en febrero del a?o pasado que casi deja inoperante su pierna derecha. Sufri¨® lo indecible en el Masters y a¨²n m¨¢s en el PGA (los dos ¨²nicos torneos que ha jugado esta temporada). Pero el Old Course no es Augusta ni Southern Hills a nivel de exigencia f¨ªsica. Y la ocasi¨®n bien merece el viaje, sea en las condiciones que sea.
¡°La mayor parte de mi recuperaci¨®n trataba de si podr¨ªa volver a caminar y llevar una vida normal o no. Una vez me di cuenta de que pod¨ªa volver a jugar a alto nivel, el foco ha estado en poder volver a St. Andrews y participar en el campeonato m¨¢s hist¨®rico que hemos tenido. Simplemente no quer¨ªa perderme un Open en la casa del golf¡±, explic¨® el californiano en una sala de prensa abarrotada, con reporteros colapsando incluso los accesos. Ya con 46 a?os, 15 grandes (entre ellos tres British, dos en St. Andrews) y un historial m¨¦dico que ha producido casi tantos titulares como el deportivo, Woods trata de apurar cualquier sorbito de gloria que le pueda ofrecer a¨²n la alta competici¨®n: ¡°No s¨¦ c¨®mo va a ser el resto de mi carrera. S¨¦ que nunca m¨¢s voy a volver a tener un calendario extenso. Mi cuerpo no me deja. No s¨¦ cu¨¢ntos Open m¨¢s me quedan aqu¨ª, pero quer¨ªa este. Todo comenz¨® para m¨ª en el 95 y si termina en el 22, pues termina. Si no, pues no. Si tengo la oportunidad de jugar otra vez ser¨¢ genial, pero no hay garant¨ªa de ello¡±.
Es curioso como Tiger ha encontrado la paz mental en uno de los momentos m¨¢s duros de su carrera. Un hombre que construy¨® parcialmente su dominio sobre un poder¨ªo f¨ªsico nunca antes visto, y que ahora se mueve con unas dificultades propias de una edad m¨¢s avanzada, ya no es el gru?¨®n que ren¨ªa a periodistas o evitaba la conversaci¨®n con sus compa?eros de partido. Se ha serenado y ha asumido que, si su carrera termina como est¨¢, no tendr¨¢ nada que reprocharse. Ahora disfruta de peque?os detalles como la foto que se hizo el lunes en el m¨ªtico Swilcan Bridge con Jack Nicklaus, escuchar las batallitas de Lee Trevino... ¡°Estas cosas, o la cena de esta noche (por la Cena de Campeones de este martes), son las que hacen todo esto tan especial, hacen que se sienta m¨¢s hist¨®rico. Y por eso tengo tantas ganas de este desaf¨ªo¡±.
Pero, yendo a lo puramente deportivo, ?hay alguna posibilidad de ver a Tiger peleando por el triunfo el domingo? ?l alude a la singularidad de los links, que siguen siendo asequibles pasada la cincuentena. ¡°Vimos a Tom (Watson) tener un putt para ganar al final de sus 50 (en Turnberry en 2009, ya con 59 a?os). Se puede hacer. Lo que necesitas es un gran conocimiento y entender c¨®mo se juega este tipo de golf. Si las calles est¨¢n firmes y r¨¢pidas, permiten a los jugadores mayores hacer distancias y tener una oportunidad¡±, apunt¨® en ese sentido, aunque lamenta no poder testarse con m¨¢s rondas competitivas: ¡°Lo peor es que no estoy pegando golpes en torneos para saber lo que est¨¢ bien y lo que no. Tendr¨¦ que averiguar c¨®mo practicar bien en casa y llegar a los torneos algo antes para coger mejor el pulso al campo, adem¨¢s de creer realmente en lo que hago¡±. Rory McIlroy, que la semana pasada estuvo con ¨¦l en el Pro-Am de JP McManus y despu¨¦s jugaron juntos Ballybunion, en Irlanda, cree que ¡°el problema no es golpear la bola, no est¨¢ en su swing; est¨¢ en andar¡±. ¡°Parece que se mueve bien y que todo est¨¢ en su sitio. Es alentador¡±, a?ade el norirland¨¦s.
Las probabilidades de un triunfo del Tigre esta semana son inversamente proporcionales a la magnitud que tendr¨ªa. Una dimensi¨®n hist¨®rica a la que el de Cypress no entiende que renuncien quienes estos d¨ªas cambian legado por los petrod¨®lares del LIV. ¡°Han dado la espalda a algo que les ha permitido estar donde est¨¢n (...) Algunos quiz¨¢ no tengan la oportunidad de jugar un grande. Es una posibilidad que no puedan experimentar lo que se siente al estar aqu¨ª, o al caminar por las calles de Augusta. Es incomprensible¡±, se?al¨® Woods, que comparte la decisi¨®n del British de no invitar a Greg Norman, CEO del nuevo circuito, a los fastos del 150 aniversario. ?l, que conoce como pocos la historia de este deporte, considera importante ¡°apreciar todo de este juego, c¨®mo se ha desarrollado, las personas que han pavimentado el camino para los que vinieron detr¨¢s, que crearon la energ¨ªa detr¨¢s deste tipo de eventos¡±. ?l forma parte de todo esto.