Whitelock ya es leyenda en unos All Blacks de candidatura
El segunda l¨ªnea se convierte en el jugador con m¨¢s internacionalidades con Nueva Zelanda, que barre a Italia cuando estaba obligada a responder.
La ¨²ltima vez que Nueva Zelanda e Italia deb¨ªan enfrentarse en un Mundial, hace cuatro a?os, el tif¨®n Hagibis, en Jap¨®n, oblig¨® a cancelar el partido. Este viernes, en el OL Stadium de Lyon, los All Blacks, al l¨ªmite de una eliminaci¨®n nunca vista, fueron el cicl¨®n y los azzurri, una casa de papel. Durante la previa, los m¨¢s atrevidos, con las sensaciones en la mano, otorgaban cierto margen de fe a los transalpinos, invictos hasta la haka maor¨ª. Al descanso, el marcador era de 49-3. Al final del duelo, fue de 96-17. Todo volvi¨® a su cauce en el d¨ªa en el que Sam Whitelock, superando a Richie McCaw como All Black con m¨¢s internacionalidades, agrand¨® su leyenda. Su 149? partido vestido de negro. Su 22? en Copa del Mundo, igualando tambi¨¦n en la cumbre a McCaw y al ingl¨¦s Jason Leonard.
Una fiesta a la altura. La historia dejaba poco margen de error, pero el presente, ciertamente, planteaba interrogantes remotos. En 15 enfrentamientos oficiales, ahora ya 16, Italia no hab¨ªa conseguido sumar ninguna victoria contra Nueva Zelanda. En los 36 a?os de envites mutuos, desde que ambos combinados jugaran el partido inaugural del primer Mundial de rugby, en 1987, sin embargo, los azurri nunca hab¨ªan tenido tantos motivos para so?ar. Si ha habido unos All Blacks con debilidades a las que aferrarse son los actuales; si ha habido un combinado italiano en el que creer, tambi¨¦n es el de ahora. Narrativas con picante para un partido al que Nueva Zelanda le quit¨® la emoci¨®n con grandeza. Sus peores d¨ªas son los mejores de casi todos.
El primero en espantar fantasmas fue Will Jordan, al m¨¢s puro estilo Air. En el minuto seis, flotando, sin tocar el suelo y tras cazar un desplazamiento en diagonal, posaba el oval al l¨ªmite. El inicio del fin. El detonante de unos nubarrones oscuros, valor seguro de tormenta, con ganas de descargar. Aaron Smith, en el 17, sumaba el segundo ensayo para los All Blacks. Faltaba mucha artiller¨ªa. Y cuando se acerca la hora de la verdad, parece afinada. Los propios Smith y Jordan, junto a Richie Mo¡¯unga o Jordie Barrett, volv¨ªan a un XV de relumbr¨®n que no se dej¨® intimidar por una Italia suelta en los primeros minutos. Su alegr¨ªa dur¨® lo mismo que un verano en Venecia. Fue fugaz. Sin posesi¨®n, sin defensa, tremendamente fr¨¢gil y con acciones ofensivas muy aisladas. En su mayor¨ªa, m¨¢s peligrosas para los intereses propios que ajenos. Desde la calma o con ramalazos, el hurac¨¢n era imparable.
Un golpe sobre la mesa
El ¨²ltimo precedente entre neozelandeses e italianos, hace dos a?os en el Ol¨ªmpico de Roma, termin¨® con un 47-9 en el marcador. En Lyon, al descanso, el correctivo ya era mayor (49-3). Entonces, en 2021, Kieran Crowley, campe¨®n mundial con Nueva Zelanda en ese recordado 87, tomaba las riendas de una Italia a la deriva, que enlazaba 36 derrotas seguidas en el Seis Naciones. Poco que ver con el actual equipo transalpino. ¡°Son un equipo con confianza, no es una sorpresa. Se han ganado este estatus con su crecimiento en los ¨²ltimos a?os y son verdaderamente competitivos¡±, les hab¨ªa dedicado Ian Foster antes del partido. En la segunda parte, en medio del homenaje a Whitelock, rascaron algo de ese nuevo orgullo, a leguas de lo necesario. Los azzurri, a d¨ªa de hoy, pueden ser otros, pero los All Blacks, pese a las dudas, son los mismos de siempre. En total, 14 ensayos, m¨¢s que contra Namibia, que toman forma de candidatura.