Una final que vale por 1.000
Carolina Mar¨ªn supera a Intanon en el Indonesia Open, uno de los Grand Slam, y luchar¨¢ por un t¨ªtulo que le falta, el m¨¢s importante desde su lesi¨®n
En Indonesia, Carolina Mar¨ªn es como Messi. Todo el mundo la conoce, todas las marcas quieren trabajar con ella. Este s¨¢bado, en el Open del pa¨ªs asi¨¢tico, uno de los grandes torneos del circuito internacional (Super 1.000, como si fuera un Grand Slam en tenis), el p¨²blico vibr¨® con la espa?ola. Y ella les devolvi¨® todo el amor con una versi¨®n suprema. La Carolina que recordaban antes de que se destrozara la rodilla. Tras arrollar (21-12 y 21-11 en 43 minutos) a la tailandesa Ratchanok Intanon, 8? en el ranking mundial, la onubense ya est¨¢ en la final del major, la m¨¢s importante desde que se rompiera el ligamento cruzado y los meniscos interno y externo de su rodilla izquierda, antes de ese viaje frustrado a Tokio, a su segundo oro ol¨ªmpico. Es uno de los pocos t¨ªtulos que le faltan. Este domingo, precisamente, lo perseguir¨¢ ante la campeona de esos Juegos que se le escaparon, la china Chen Yu Fei.
Est¨¢ preparada. Desde diciembre, tras un cambio de plantillas y varias infiltraciones, ya no siente ning¨²n tipo de dolor. ¡°Su regreso a este nivel es un milagro¡±, dec¨ªan los narradores de la retransmisi¨®n internacional durante la exhibici¨®n de Carolina ante Intanon, doble medallista mundial y una de las jugadoras que m¨¢s se le suelen atragantar. Antes de hoy, se hab¨ªan enfrentado en once ocasiones, con seis victorias para la tailandesa. Este s¨¢bado, no hubo color. El partido dur¨® lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks. Hasta el 8-8 del primer parcial. Justo en ese momento, y tras unos signos de calma de su entrenador, Fernando Rivas, Carolina aceleraba sin mirar atr¨¢s. De ah¨ª al 11-8, al 19-11 y al primera paso hacia una final in¨¦dita para ella.
¡°Sabes que te est¨¢ haciendo da?o con los picados. Trabajamos y retomamos la iniciativa desde la red. En el centro, estamos muy bien. Y en el saque, el plan de juego es el mismo. Jugamos profundo y evitamos tener que jugar con lobs (globos) muy altos¡±, le repet¨ªa Rivas a Carolina al final de ese parcial y en medio del segundo, tan imponente como el primero. Seguramente, la campeona ol¨ªmpica ni siquiera necesitaba las indicaciones. Eran una formalidad, un mecanismo para comprobar que todo estaba yendo bien, seg¨²n lo previsto. De confianza, iba sobrada. Con 8-3, ced¨ªa en uno de los intercambios m¨¢s largos del partido. Tras ello, se le escapaba una sonrisa. Despu¨¦s, recuperaba el mando con un gran ataque cerca de la red, con tres movimientos simples. Tal y como se le hab¨ªa pedido. Resto, aproximaci¨®n y remate, con un gran juego de pies. Un baile con m¨²sica asesina.
Primera final Grand Slam desde 2021
Con un toque suave, ¡°lovely¡± para los narradores, Carolina dejaba clavada a Intanon para tener nueve puntos de partido. Provocando el error de la tailandesa, que mandaba el volante a la red, lograba su primera final en Indonesia. La primera en un Super 1.000 desde 2021, la cuarta en total desde la lesi¨®n, con t¨ªtulos en los Europeos de Madrid y en Orleans (en abril), y la tercera de este a?o, el de su recuperaci¨®n definitiva. ¡°Muy, muy contenta. Ya no s¨®lo por alcanzar la final, tambi¨¦n por el estado en el que me estoy encontrando, recuperando la confianza a trav¨¦s de lo que estoy haciendo en la pista y viendo que funciona¡±, celebraba tras el partido. Antes, se agachaba y gritaba. Se levantaba, saludaba a la rival, apretaba los pu?os y volv¨ªa a gritar. Toda la tensi¨®n fuera, todos los malos recuerdos al limbo. Carolina volvi¨® para jugar partidos como este. Y est¨¢ en este nivel, con la ¨¦lite m¨¢s absoluta del b¨¢dminton mundial, de la que no deber¨ªa haberse marchado nunca.