Un show con 150 millones de euros en las cuadras
Madrid Horse Week re¨²ne a la ¨¦lite de la h¨ªpica en la capital espa?ola. Contar¨¢ con una infraestructura preparada para recibir a m¨¢s de 300 caballos.
Madrid Horse Week cada a?o mejora el escenario de un fin de semana largo (24 al 26 de noviembre) dedicado al caballo. Las pistas cuidadas y perfectas, con la arena especial para que no sufran las patas de equipos, para evitar lesiones, con una luz especial que permita una visibilidad perfecta sin zonas grises u oscuras que pudiese molestar a los animales. Incluso la grada en los pabellones del IFEMA madrile?o est¨¢ ideada de manera confortable y pantallas de televisi¨®n donde se pueden seguir las pruebas.
En las bambalinas, sin embargo, queda un apartado que s¨®lo los escogidos pueden disfrutar, aunque la mayor¨ªa no lo aprecia por la costumbre de encontrarse con lo que considera la normalidad: las cuadras en los Grandes Premios. En Madrid, a un costado exterior de los pabellones de la competici¨®n se habr¨¢ durante cuatro d¨ªas m¨¢s de 300 caballos en estabulaci¨®n fija, con un peque?o recinto donde descansar¨¢ de los entrenamientos y la competici¨®n. Dado que estos animales son la flor y nata mundial, que el mercado est¨¢ en ascenso y su valor fluct¨²a al alza, a medio mill¨®n de euros de media cada caballo o yegua, habr¨¢ m¨¢s de 150 millones de euros de la s¨²per ¨¦lite.
Pese a ese dineral nunca ha habido un robo. Y desde OXER (M¨¦lanie Arag¨®n), empresa organizadora, dan razones para ellos: ¡°Resultar¨ªa muy complicado llevarse un caballo, porque all¨ª est¨¢n los mozos de cuadras, los responsables de cada animal, y adem¨¢s la vigilancia de Madrid Hourse Week, y adem¨¢s el propio servicio del IFEMA. Y, la otra parte, son reconocidos y reconocibles, con lo cual no hay posibilidad de mercado¡±.
Durante estos d¨ªas que est¨¦n en Madrid, quien tenga la oportunidad de pasar por las cuadras, observar¨¢ que la colocaci¨®n no es arbitraria, que se estudia y decide d¨®nde poner a las yeguas, a los castrados y a los enteros, y luego tutelar a los m¨¢s nerviosos ¡°para que no haya heridas¡±.
La organizaci¨®n proporciona heno, virutas y paja para todos, y luego los piensos y las zanahorias ya llegan con los propios caballos especiales para transportar a estos atletas de cuadro patas. Sabiendo todo esto, el afortunado aficionado que puede entrar es posible que haya momentos que extas¨ªe viendo el porte y la gallard¨ªa, y m¨¢s al saber que puede darse de bruces con machos de diez millones de euros, como el de Athina Onassis.
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