Se cumple medio siglo de la final m芍s ic車nica de la historia del ajedrez
El 11 de julio de 1972 empez車 en Reikiavik la guerra en los mundos sobre un tablero, Boris Spasasky frente a Bobby Fischer, la URRS contra Estados Unidos
Julio de 1972. Hotel Euromar (Zarautz). Pello, con el tiempo el doctor Zulaica, esperaba con avidez que llegase El Correo Vasco. Llevaba algunas semanas agitado por aquella final de ajedrez que se iba a disputar casi en el Polo Norte, en Islandia, destino de los pescadores de la zona, de Guetaria, de Orio, a la captura del bacalao. Le recuerdo todo el verano con el peri車dico doblado y repasando las jugadas que recog赤a en la p芍gina de deportes con el gr芍fico ya colocado en un movimiento casi definitivo. Est芍bamos aprendiendo a la vez a identificar las coordenadas de las posiciones el los 64 escaques, blancos y negros, aficion芍ndonos en la preadolescencia a un juego tal vez milenario, como tantos millones de personas de todo el mundo. Lo que desconoc赤amos en aquel momento es que tambi谷n interven赤amos de manera pasiva en lo que ocurr赤a en Reikiavik, el encuentro por el t赤tulo mundial entre el campe車n, el sovi谷tico Boris Spassky, y el retador, el estadounidense Bobby Fischer. Ni pod赤amos intuir que se estaba escribiendo una p芍gina legendaria y sin duda la m芍s ic車nica del ajedrez con aquella guerra entre dos mundos, las dos potencias en plena Guerra Fr赤a, que les hab赤a traspasado a dos mentes privilegiadas decidir cual de las dos era m芍s brillante (el dramaturgo espa?ol Juan Mayorga tiene una obra inspirada en aquel encuentro precisamente, Reikiavik) .
La final entre Boris y Bobby arranc車 el 11 de julio pero plagada de incertidumbre porque el estadounidense no apareci車 en los primeros d赤as a la presentaci車n oficial y manten赤a algunas extravagancias que, con el paso de los a?os, se ir赤an haciendo constantes en su personalidad. En el fondo estiraba de la manta, ped赤a un mejor reparto econ車mico: 125.000 d車lares a dividir: 80..000 para el ganador y 45,.000 para el perdedor, m芍s un tercio de los ingresos por las entradas y m芍s un tercio tambi谷n de lo que se pagase en los cines por ver las partidas.
Estados Unidos nunca hab赤a tenido un campe車n del Mundo nacido en el pa赤s, mientras que la URSS dominaba el ajedrez mundial con veinte a?os sin perder la primac赤a. El ELO de Fischer era ligeramente m芍s alto que el de Spassky, pero en sus duelos directos, s車lo cinco, dos acabaron en tablas y los otros tres los gan車 el sovi谷tico. Boris ten赤a 36 a?os, y en 1969 hab赤a derrotado a Petrosian (compatriota) en la final anterior; Bobby, de 29, un pipiolo en aquella 谷poca, hab赤a superado a Petrosian el a?o antes, en la final del Torneo de Candidatos del que sal赤a, como ahora, el retador. (La competici車n se jugaba entre los ocho mejores, pero en eliminatorias de dos en diferentes partes del Mundo, y Sevilla y Las Palmas fueron sedes de cuartos de final, de ah赤 a las semifinales y a la final).
Pero lo que subyac赤a en aquel duelo entre esas dos cabezas privilegiadas del ajedrez era algo m芍s que lo meramente deportivo lo quisieran ellos o no, era la supremac赤a entre dos modelos, y as赤 se plante車 entre bambalinas y as赤 ha trascendido.
La final la gan車 Fischer, que logr車 la victoria decisiva (12,5 frente a 8,5) el 31 de agosto, aunque Spasski pidiera a 迆ltima hora el aplazamiento para el d赤a siguiente, y ya no se present車: llam車 por tel谷fono para entregar su rey (se jugaban tres partidas a las semana, con posibilidad de aplazamiento al d赤a siguiente). Fue la 迆ltima partida oficial de Fischer#hasta 20 a?os despu谷s. Estudiada tantas veces y por tantos, en la final, cuando los jugadores y sus analistas no contaban con la inteligencia artificial hoy en d赤a imprescindible y el estudio era meramente artesanal, se pudo comprobar c車mo Fischer apenas repiti車 sus salida habituales, que siempre las variaba para desestabilizar al de Sant Petersburgo, que hab赤a creado su propio sistema de seguridad para sorprender, y que fue la estrategia para remontar el mal inicio.
Bobby regres車 a casa convertido en un h谷roe, y Boris no tuvo recibimiento, y pas車 a ser en un proscrito social que hab赤a deshonrado a la naci車n, y poco a poco fue arrinconado hasta el punto de emigrar a Francia donde solicit車 la ciudadan赤a.
El estadounidense, sin embargo, inicio su guerra particular para cambiar el sistema de juego en las finales. Pleiteaba por el sistema de medio punto en los empates. Dec赤a que eso corromp赤a el juego, que era necesario puntuar s車lo con las victorias para evitar la especulaci車n (hace dos semanas se ha comprobado en Madrid que a lo mejor 谷l ten赤a raz車n) y aseguraba que los sovi谷ticos ama?aban las partidas entre ellos.
Fischer fue despose赤do del t赤tulo, y tres a?os despu谷s le suceder赤a Karpov, el duod谷cimo campe車n oficial del Ajedrez. Pero es otra historia. La de nuestros protagonistas es ya de por s赤 bastante lastimosa y turbulenta para evitar invitados, porque uno se recluy車 en su soledad y el otro en su destierro voluntario.
En un mundo tan cambiante los dos finalistas se volver赤an a encontrar frente a frente cuando menos se esperava, y fuera de la oficialidad. En 1992, en Yugoslavia, y con la mayor bolsa de la historia: 5 millones de d車lares, con 3,36 para ganador y 1,64 para el derrotado. Volvi車 a ganar Fischer, pero la partida le sali車 mal.
El caso es que Estados Unidos hab赤a prohibido a sus ciudadanos cualquier relaci車n con Yugoslavia en plena guerra de los Balcanes, con lo que Fischer se convirti車 en una pesadilla perseguida por su propio pa赤s que le coloc車 en busca y captura. Con el tiempo el campe車n fue detenido en Jap車n (2004) por usar un pasaporte irregular, se dijo. Ocho meses en un hotel recluido en un hotel de Tokio para emigrantes sin papels, y viaje a Islandia, porque el pa赤s se sent赤a en deuda con aquel tipo que hab赤a hecho tanto por los vikingos. Muri車 en el pa赤s y como island谷s el 17 de enero de 2008 a los 64 a?os, aunque en realidad llevaba varios a?os con graves problemas mentales, por lo menos para la normalidad. Sus restos se guardan en un cementerio local.
Spassky, convertido en el otro, en la figura menor de este duelo hist車rico s車lo para ganadores, intent車 sin fortuna recuperar la corona, se radic車 en Par赤s, y en la d谷cada pasada fue protagonista de un episodio no resuelto: estaba en un hospital de Francia, desapareci車 de un d赤a para otro, y reapareci車 en Rusia. Su hijo denunci車 el secuestro de su padre, pero Boris dijo que se encontraba bien. La historia no dio para m芍s, se ech車 silencio encima de ella, y apagaron los rescoldos sobre la vejez de un campe車n sin gloria.
(Hoy, el campe車n vigente, Magnus Carlssen, pod赤a no defender su t赤tulo mundial enfrascado en su pol谷mica con la Federaci車n Internacional para que haga algunos cambios en esas finales. Como se aprecia, el tiempo pasa pero las diferencias contin迆an. La historia del presente sigue en deuda con aquellas partidas de hace 50 a?os.)