?Pleno de los RedSticks en Par¨ªs!

Se conoce a la selecci¨®n irlandesa masculina de hockey hierba como la Green Machine. Y encima, en Beter¨® se jugaba con una lluvia incesante, como si fuera Glendalough. Pero grip¨® esa maquinaria ante el engranaje di¨¦sel, de menos a m¨¢s hasta rozar el guion perfecto y un final hasta tranquilo, de una Espa?a que exhibi¨® su superioridad en la semifinal del Preol¨ªmpico de Valencia para adjudicarse el billete a los Juegos. Para acompa?ar a las RedSticks, que lo hab¨ªan conseguido 24 horas antes, igualmente ante Irlanda. Y para hacer so?ar con un combinado que ha estado en todas las citas ol¨ªmpicas desde Roma 1960, un hito en los deportes por equipo espa?oles.

Entr¨® Espa?a muy bien plantada al encuentro, avanzando l¨ªneas de presi¨®n conforme transcurr¨ªan los primeros minutos y se comprobaba que los irlandeses no hab¨ªan irrumpido con fiereza. No en vano, la defensa les fue ahuyentando del ¨¢rea, donde se generan los problemas, como si de un campo magn¨¦tico se tratara. Y a los diez minutos se produjo la primera aproximaci¨®n, que se sald¨® con un resbal¨®n de ?lvaro Iglesias. Enseguida se producir¨ªa el primer tiro a puerta, de Gerard Clap¨¦s, que repeli¨® David Harte. El portero tambi¨¦n abort¨® un peligros¨ªsimo pase de ?lvaro Iglesias para Jos¨¦ Basterra, a cuatro segundos para el fin del primer cuarto.

M¨¢s peliagudo fue el inicio del segundo periodo, en el que forz¨® Irlanda a su favor el primer penalti a c¨®rner del partido, que qued¨® en nada gracias a la oportuna parada de Luis Calzado ante Lee Cole. Una an¨¦cdota en una fase que sigui¨® dominando el combinado de Max Caldas, moviendo la bola mucho m¨¢s y mejor que su oponente, en busca de ese hueco al ¨¢rea para asestar el golpe letal, que sin embargo no llegaba. Tocaba madurarlo a fuego lento.

Cumpl¨ªa al fin en la reanudaci¨®n Espa?a su cometido de penetrar en el ¨¢rea, con la recompensa adem¨¢s del primer penalti c¨®rner favorable, que no logr¨® Marc Miralles colocar entre los tres palos, la otra asignatura pendiente del partido. Tampoco a puerta vac¨ªa pudo rematar Marc Reyn¨¦, completamente solo en el segundo palo, por la mala suerte de que la bola le hab¨ªa impactado primero en un pie.

Tanto iba el c¨¢ntaro a la fuente que, en el minuto 35, lleg¨® al fin el gol de los RedSticks. Otro penalti c¨®rner, este se?alado por el Video Umpire tras un pie claro en el ¨¢rea irlandesa, era rechazado en primera instancia entre Lee Cole y el palo, para que Rafael Vilallonga, incre¨ªblemente atento y perspicaz, introdujera la bola en la porter¨ªa ajena.

Si ya hab¨ªa sido superior Espa?a hasta el 1-0, con ese tanto se rompi¨® definitivamente la semifinal. Enseguida sacaron petr¨®leo los RedSticks de los riesgos que l¨®gicamente iban a tener que asumir los de Neville Rothman, con un nuevo penalti c¨®rner en el que Miralles, el capit¨¢n, esta vez s¨ª, tir¨® a porter¨ªa y consigui¨® introducir la bola casi a c¨¢mara lenta.

Supieron gestionar los de Max Caldas el sufrimiento impl¨ªcito en un rival abocado al ataque por razones obvias. Intervino Luis Calzado para evitar el 2-1 a pocos segundos para que acabara el tercer cuarto, y ni se inmutaron los RedSticks cuando se quedaron dos minutos con uno menos, por la tarjeta verde a Pepe Cunill.

Incluso se vivi¨® el suspense de dos penalti c¨®rner para Irlanda en la recta final, el primero salvado entre un sinf¨ªn de rechaces y el segundo, anulado directamente por el Video Umpire. La Selecci¨®n masculina, que el domingo a¨²n deber¨¢ jugar una intrascendente final del Preol¨ªmpico ante B¨¦lgica (la cual infligi¨® un 4-0 en su semifinal frente a Corea del Sur) ya est¨¢ en sus decimos¨¦ptimos Juegos consecutivos. Haza?a.

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