Otra vez Portugal
Espa?a, por cuarta vez consecutiva, cae ante el conjunto luso, que vence en los penaltis y se convierte en el primer campe¨®n de la historia de la Finalissima.
¡°Estamos a un pasito¡±, se escuchaba en el corro de la selecci¨®n espa?ola, antes de la tanda de penaltis. Hab¨ªa ganas de revancha, pero, de nuevo, el pasito lo dio Portugal (1-1 en el partido y 2-4 en la loter¨ªa). Chino fallaba primero y Ra¨²l Campos, desafortunado, negaba la ¨²ltima esperanza. Por el otro lado, cartilla impoluta, sin necesitar el ¨²ltimo lanzamiento. Ese plus. Esa pizca de suerte que termina siendo la diferencia. En el deporte, de repente, hay rivales que se vuelven invencibles. Y te golpean de la forma m¨¢s cruel. Ogro, coco, bestia negra, se suelen bautizar. Portugal, hist¨®ricamente un enfrentamiento amable para Espa?a, ya es ese rival para la Selecci¨®n, que alarga la mayor sequ¨ªa de su historia. En el polo opuesto, el conjunto luso, que suma su tercer t¨ªtulo en apenas un a?o. En todos, dejando por el camino a Espa?a. La Finalissima, torneo de nueva creaci¨®n que enfrenta a finalistas de Eurocopa y Copa Am¨¦rica, ya tiene su primer campe¨®n. Se repite la historia, que entra en un bucle aciago.
Primero pas¨® en Eslovenia. Luego, en Lituania. Recientemente, en Pa¨ªses Bajos. Ahora, en Buenos Aires. Espa?a, con 27 victorias a su favor, s¨®lo ha perdido en seis ocasiones frente a Portugal. Las cuatro ¨²ltimas, sin embargo, han sido de forma consecutiva, en grandes escenarios y de forma muy dolorosa. En la final de la Eurocopa de Liubliana (2018) y en los cuartos del pasado Mundial, la pr¨®rroga se termin¨® inclinando hacia el lado portugu¨¦s. En febrero, el equipo luso remont¨® un 0-2 al descanso para pasar a la final y proclamarse, de nuevo, campe¨®n continental. Este domingo, penaltis, la crueldad en su m¨¢xima expresi¨®n. Una derrota que mantiene el contador de t¨ªtulos espa?oles en pause. Desde 2016, la Selecci¨®n no ha conseguido sumar ning¨²n trofeo m¨¢s a su brillante curr¨ªculum, que cuenta con siete Europeos y dos Mundiales.
De nuevo, agua, pese a que parec¨ªa el momento. Sobre el parqu¨¦ argentino, a¨²n dolido por la derrota en semifinales, Espa?a empezaba creyendo. Agresiva en ataque y en defensa. Sobre todo, a trav¨¦s del impulso de Antonio P¨¦rez, el m¨¢s activo en una primera parte esperanzadora. El nuevo jugador del Bar?a, heredero del ¡®2¡ä de Ortiz, acaparaba bal¨®n en unos primeros compases de presentaci¨®n, como si ambos equipos no se conocieran (Portugal sali¨® con el mismo cinco que en febrero). Ahora t¨², ahora yo, pero sin molestar. T¨ªmidos, con respeto. La Selecci¨®n crec¨ªa desde la retaguardia, al nivel mostrado ante Argentina, y Portugal buscaba la verticalidad. Generaba peligro, pero con menos continuidad que una Espa?a m¨¢s mandona, con el deber de hacerse valer.
El final m¨¢s cruel
Fede Vidal y Jorge Braz, que hace apenas una semana presenciaban desde el palco la victoria continental de la sub-19 espa?ola sobre la portuguesa, lo viv¨ªan de forma similar en los banquillos. Mismos nervios, final contrario. ¡°La clave pasa por mantener el nivel competitivo los 40 minutos. El aspecto competitivo va a ser fundamental. Va a ser clave entrar bien en la pista y adelantarnos¡±, hab¨ªa advertido el seleccionador espa?ol durante la previa. Antonio, que segu¨ªa insistiendo entre intentos de Sergio Lozano, que termin¨® con molestias por una acci¨®n desafortunada con Pany Varela, Ra¨²l G¨®mez o Adolfo, ejerc¨ªa de alumno aplicado. Tiempo muerto, indicaciones del m¨ªster y c¨®rner servido de forma magistral. Raso, esperando que alguien llegara desde segunda l¨ªnea. Mellado, sigiloso, lo hac¨ªa para rematar con sutileza, eligiendo muy bien el momento (¨²ltimo minuto de la primera mitad) y cumpliendo con la primera parte de la ecuaci¨®n: adelantarse en el marcador.
Se despejaba la primera inc¨®gnita, pero la segunda golpeaba. Y romp¨ªa de un plumazo esa solidez defensiva. Afonso Jes¨²s, tras una mala salida de Pol Pacheco, pon¨ªa el empate y despertaba los fantasmas. El jugador del Inter, v¨ªctima de los mismos, ced¨ªa el bal¨®n al ala portugu¨¦s, que tambi¨¦n pon¨ªa su parte de m¨¦rito con una definici¨®n preciosa, picando por encima de un D¨ªdac Plana vital para mantener a Espa?a a flote. Como en semifinales, entraba por Jes¨²s Herrero tras el descanso. Esta vez, para forzar una pr¨®rroga muy trabajada, pero tambi¨¦n habitual. Y de malos presagios. Eslovenia y Lituania se hac¨ªan presentes. Y se manten¨ªan en la tanda de penaltis que lo decid¨ªa todo. Otra vez, para Portugal.