Makhachev somete a Poirier en un duelo de boxeo

El final m¨¢s amargo para una pelea que permiti¨® a Dustin Poirier so?ar. Tras un tremendo duelo de boxeo, en el que abri¨® una brecha en la frente de Islam Makhachev, el ruso retuvo su cintur¨®n del peso ligero al someterle en el quinto asalto con un D¡¯arce en el combate estelar del UFC 302 en Newark, Nueva Jersey. El Diamante revel¨® que esa podr¨ªa haber sido su ¨²ltima pelea, pero que tendr¨¢ que pensarlo antes de tomar una decisi¨®n. ¡°Tengo que mirar, puede que sea la ¨²ltima pelea esta¡±, explic¨® el estadounidense.

Makhachev se hizo r¨¢pido con el control del encuentro. Conect¨® unas manos en los primeros compases y llev¨® el combate al suelo al atraparle la pierna a Poirier cuando lanz¨® una patada. El daguestan¨ª le cogi¨® la espalda y le pas¨® las piernas por el abdomen, buscando la finalizaci¨®n. Intent¨® someterle y le conect¨® varias manos al rostro, trabajando desde su posici¨®n de ventaja. El dominio del ruso era absoluto. La cosa cambi¨® en el segundo asalto. Volvi¨® a buscar el derribo, pero el norteamericano consigui¨® escapar de varios intentos. Se manten¨ªa precavido, preocup¨¢ndose por mantener una buena defensa ante los intentos de Makhachev de llevar el combate al suelo. Intercambiaron en el clinch y el p¨²blico enloqueci¨® al ver que las manos de Poirier llegaban con contundencia.

Los aficionados estaban levantados de sus asientos y las esquinas de los peleadores estaban como locos, y no era para menos. El daguestan¨ª conect¨® un rodillazo y el pleito regres¨® a la lona, mientras este buscaba la espalda de Poirier. Cerr¨® el tri¨¢ngulo en el abdomen, haciendo que el estadounidense, que presentaba una hemorragia nasal, siguiese sufriendo. A pesar de ello, se resist¨ªa a la sumisi¨®n y consigui¨® salir. El Diamante quer¨ªa guerra de pie, y eso le dio Makhachev, que lleg¨® a retroceder ante sus golpes. Para el cuarto asalto, el combate era una lucha descomunal. Prosiguieron los intercambios y el ruso conect¨® dos izquierdas para poner a Poirier contra la reja, sin poder cogerle la espalda. Respondi¨® con un codazo en el clinch que le abri¨® una brecha en la frente, y la sangre corr¨ªa por toda la cara del campe¨®n. ¡°D¨¦jate todo en este asalto¡±, le dijo la esquina a Poirier. Y as¨ª lo hizo. Sali¨® a buscar el KO, salvando derribos y conectando unas peligrosas combinaciones. El daguestan¨ª le cogi¨® el tobillo para llevarlo al suelo, donde le someti¨® con un d¡¯Arce y termin¨® con su sue?o, dej¨¢ndole dormido.

14 victorias consecutivas. Ese es el r¨¦cord de Makhachev, que quiere retos mayores. ¡°Quiero luchar por el segundo Campeonato. Con este t¨ªtulo no hay nada nuevo, quiero algo nuevo. Ese es mi sue?o¡±, descubri¨® el ruso, que quiere asaltar el peso welter. Tras darse un abrazo con Poirier, al igual que hizo Khabib Nurmagomedov, halag¨® a su oponente. ¡°Dustin, muchas gracias. Eres un guerrero¡±, declar¨®.

Strickland domina sin brillo

El combate coestelar volvi¨® a poner a Sean Strickland en una posici¨®n para volver a disputar el t¨ªtulo. El estadounidense gan¨® a Paulo Costa por decisi¨®n dividida (46-49, 50-45, 49-46)) en una pelea que domin¨® totalmente, marcando la distancia y el ritmo, desplazando y cansando al brasile?o. Hizo su trabajo a la perfecci¨®n y reclam¨® volver a pelear por el t¨ªtulo con Dricus du Plessis. ¡°Quiero pelear por el t¨ªtulo. Soy un hombre de compa?¨ªa, siempre peleo con qui¨¦n toca. Dame la pelea por el t¨ªtulo¡±, pidi¨®.

Strickland sali¨® a hacer su pelea. El estadounidense avanzaba constantemente, amenazando con el pateo y haciendo que Costa tuviese que desplazarse por la jaula. No pod¨ªa llegar con sus golpes el brasile?o que, al lanzar una patada, el excampe¨®n le agarr¨® la pierna y le mand¨® a la lona, conect¨¢ndole dos duras manos. En el segundo round, Costa sali¨® m¨¢s activo, pero el norteamericano segu¨ªa llevando el ritmo del encuentro. Avanzaba y no dejaba que el brasile?o encontrase la distancia para poder atacar. Intercambiaron manos en el striking en el centro del oct¨¢gono, pero Strickland ten¨ªa el control.

El excampe¨®n del peso medio no ced¨ªa en la distancia. Conect¨® una dura combinaci¨®n que finaliz¨® con un derechazo que sinti¨® Costa. El control del encuentro era suyo, la presi¨®n era asfixiante y cada vez llegaba con m¨¢s golpes. El brasile?o respond¨ªa con patadas, pero sus ataques se ve¨ªan frenados por la defensa cerrada de Strickland. Ante esta din¨¢mica, el p¨²blico dej¨® de animar como lo hac¨ªa al principio. No cambiaba las velocidades el estadounidense y finaliz¨® con un contundente ataque contra la reja. ¡°Lo siento, ha sido una pelea aburrida. Ese brasile?o dec¨ªa que ven¨ªa a noquearme pero no ha hecho nada. Me gustar¨ªa haber podido daros m¨¢s. Pensaba que iba a ser una guerra, que iba a intercambiar en el centro. Le respeto, pero, la pr¨®xima vez, ven y pelea¡±, declar¨® el exmonarca.

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