Madrid, alas hacia Par¨ªs
La capital acoge este s¨¢bado la final nacional de Red Bull BC One, referencia del breaking. Los campeones bailar¨¢n en el Estadio Roland Garros.
A los pies del Museo Reina Sof¨ªa, en la plaza de Juan Goytisolo (Madrid), el arte tomar¨¢ forma de baile. Este s¨¢bado, desde las 19:00, se celebrar¨¢ la final nacional de Red Bull BC One, la competici¨®n m¨¢s prestigiosa de breaking en formato uno contra uno. Entre los participantes, Johnny Fox. ¡°Estoy con muchas ganas, preparad¨ªsimo. Para m¨ª, lo que m¨¢s cuenta es la preparaci¨®n. Me la gozo. Pero, por qu¨¦ no ganarlo, ya estuve una vez en la final internacional¡±, dice el b-boy a AS en la v¨ªspera del gran d¨ªa. Ser¨¢ uno de los 16 candidatos a hacerse con la corona masculina; la final femenina, por su parte, est¨¢ compuesta por 8 participantes. Los campeones en ambas categor¨ªas representar¨¢n a Espa?a en la final mundial del evento, que tendr¨¢ lugar el 21 de octubre en el Estadio Roland Garros. Oportunamente, en Par¨ªs, sede de los primeros Juegos Ol¨ªmpicos (2024) con medallas para el break.
Un punto de inflexi¨®n para la disciplina, una forma de entender la vida que, desde su nacimiento, en el Bronx neoyorquino de los a?os 60, hasta su categor¨ªa ol¨ªmpica ha derribado muchos estereotipos y clich¨¦s. La cultura urbana, el hip hop, el rap, la ropa ancha o los gorros de lana se han ido ganando un hueco en todos los estratos de la sociedad. Sin distinciones. En ese proceso, Red Bull BC One, que este a?o celebra su 20? aniversario, ha sido parte fundamental. Bailar al ritmo del bombo y la caja no entiende de barreras ni fronteras. ¡°El apoyo ha hecho que el break se expanda internacionalmente. Lo primeros v¨ªdeos que vimos los de mi generaci¨®n fueron en esta competici¨®n¡±, explica Johnny Fox.
En su caso, se inici¨® en el breaking en 2009, con 13 a?os. Su padre empez¨® a bailar cuando la cultura lleg¨® a Espa?a, en los 80. Siempre intent¨® que el peque?o Fox siguiera el ritmo de sus pasos, pero no se atrev¨ªa. En el instituto, gracias a unas extraescolares, sin embargo, se enamor¨® definitivamente. ¡°?Pero si esto es lo que hace mi padre!¡±, exclam¨® en ese momento, sintiendo orgullo y escarbando en su gen¨¦tica, privilegiada para deslizarse al comp¨¢s de la m¨²sica. Ahora, el 90% de su d¨ªa a d¨ªa es break. Vive en Varsovia, donde trabaja para una agencia de modelaje. ¡°Me permite ganar lo suficiente para dedicarme a ello¡±, dice. La disciplina y el amor (su novia tambi¨¦n se dedica al breaking) le empujaron a Polonia, la mejor decisi¨®n de su vida.
Vidas a ritmo de break
En la plaza Goytisolo, con entrada libre hasta completar aforo, Johnny bailar¨¢ en duelos aleatorios desde octavos ante un panel de jueces expertos. Como ¨¦l, tambi¨¦n buscar¨¢ una plaza en la final internacional Laura, conocida dentro de la escena como Raw Law. Tambi¨¦n se inici¨® en el mundillo con 13 a?os. Vio una muestra en Granada y, coincidiendo con la emisi¨®n de Fama en televisi¨®n, con todo lo que supone, le atrap¨®. ¡°Empec¨¦ a mi rollo hasta que me apunt¨¦ a clases¡±, recuerda. Actualmente, trabaja como monitora de gimnasio y quiromasajista, pero el breaking es su pasi¨®n. ¡°He tenido que sacrificar mi cuerpo, mi mente y tiempo, pero me reporta el doble o el triple. No pienso en otra cosa. Es mi estilo de vida¡±, admite con cari?o.
Este s¨¢bado, buscar¨¢ su tercera corona Red Bull. Su palmar¨¦s est¨¢ a la altura del de Grazy, que ya ha competido en cuatro finales. ?l, ante el Reina Sof¨ªa, s¨®lo piensa en ¡°bailar bien y regalar batallas inolvidables¡±. Est¨¢ en un punto ¡°rom¨¢ntico¡± de su vida, una de las m¨¢s extensas en t¨¦rminos de breaking a nivel nacional. Se inici¨® en 2002, en una escena de pel¨ªcula. ¡°Est¨¢bamos haciendo capoeira, los mayores bajaron con un altavoz y nos dijeron que lo que molaba en ese momento era el break. Ah¨ª, nos enganchamos¡±, recuerda. En tiempos pret¨¦ritos para internet, aprendi¨® por imitaci¨®n y gracias a cintas VHS. Desde entonces, le ha dado tiempo a escribir un libro, actuar en el Cirque du Soleil o grabar videoclips. Su vida, siempre a ritmo de breaking, contrasta con la de Lola, de s¨®lo 16 a?os. ¡°Es la primera vez que puedo participar en el Red Bull y quiero dejar mi huella¡±, afirma. Ella, que ha pasado por muchos estilos, lleva toda su vida bailando. Se ha encontrado mucho camino recorrido en una disciplina que ya vuela.