La vez que Chris Eubank salv¨® la vida del rival de su hijo: ¡°No le vas a pegar en la cara, lo har¨¢s al cuerpo¡±

Los deportes de contacto tienen peligro, por eso nadie ¡°juega a boxeo¡±. Los golpes en la cabeza pueden ser fatales si se reciben de m¨¢s, y eso fue lo que le pas¨® al boxeador brit¨¢nico Nick Blackwell, que no termin¨® muerto gracias al padre y entrenador de su oponente Chris Eubank, con el que comparte nombre. Sufri¨® una hemorragia cerebral, estuvo en coma dos veces y tuvo que aprender de nuevo a comer, hablar y caminar.

Blackwell casi no lo cuenta tras su combate con Eubank Jr., si no llega a ser por el padre de este. El brit¨¢nico, cuando ten¨ªa 26 a?os, se enfrent¨® el 26 de marzo de 2016 con el hijo del excampe¨®n del peso medio de los a?os 90, que formaba parte de su esquina y en ese momento era el encargado de llevar la carrera de su hijo. Fue castigado duramente por 10 asaltos en su defensa fallida del cintur¨®n ingl¨¦s del peso medio, hasta que Eubank padre intervino.

¡°Si el ¨¢rbitro no la detiene, no s¨¦ qu¨¦ decirte¡±, le dijo a su hijo en la esquina durante una de las pausas entre asaltos. Eubank Jr. le castigaba con sus manos, infligi¨¦ndole un da?o terrible. ¡°Pero te digo esto: si ¨¦l no la para y t¨² le sigues pegando as¨ª... Uno, ¨¦l est¨¢ siendo lastimado; dos, si es que va a terminar en decisi¨®n, ?por qu¨¦ el ¨¢rbitro no ha parado la pelea? No entiendo por qu¨¦¡±, insisti¨®.

Eubank padre estaba preocupado por el estado de salud del oponente de su hijo, que ten¨ªa la ceja derecha inflamada, hasta el punto de que parec¨ªa que le iba a explotar. ¡°Tal vez no debamos dejar la decisi¨®n en el ¨¢rbitro. No le vas a pegar en la cara, lo vas a hacer al cuerpo. ?Est¨¢ claro?¡±, le dijo a su hijo, algo que le salv¨® la vida al brit¨¢nico. Despu¨¦s, Blackwell tuvo que ser hospitalizado, ya que sufri¨® una hemorragia cerebral que le dej¨® al borde de la muerte, adem¨¢s de da?os en la nariz y uno de sus ojos, quedando siete d¨ªas en coma inducido.

Un mes despu¨¦s del incidente, Blackwell volvi¨® a entrenar en contra de las recomendaciones de los m¨¦dicos. Por esta imprudencia, volvi¨® a estar en coma, esta vez, un mes. ¡°Mor¨ª en la ambulancia despu¨¦s de la pelea de Eubank y me devolvieron la vida. La segunda vez, cortaron una secci¨®n de mi cr¨¢neo para aliviar la hinchaz¨®n en mi cerebro. Lo colocaron dentro de mi est¨®mago para mantenerlo vivo hasta que lo regresaron¡±, revel¨® el brit¨¢nico.

¡°Me dijeron que hab¨ªa un 75% de posibilidades de morir. Si sobreviv¨ªa, hab¨ªa un 85% de probabilidades de quedar paralizado de mi lado izquierdo¡±, dijo. Tuvo que volver a aprender a comer, hablar y caminar. Fue un proceso duro del que tard¨® a?os en recuperarse y decidi¨® que no volver¨ªa a competir nunca m¨¢s. ¡°Nunca volver¨¦ a practicar este deporte porque tuve esa lesi¨®n y ahora hay un mayor riesgo de que pueda recaer a ese estado¡±, sentenci¨®.

Eubank padre vivi¨® algo similar

No solo su hijo vivi¨® esta situaci¨®n. Eubank padre, en 1991 tambi¨¦n tuvo un susto con uno de sus oponentes. Durante un combate en el que estaba en juego el cintur¨®n del peso supermedio de la OMB, Michael Watson recibi¨® un duro castigo en la cabeza de la mano del brit¨¢nico, y estuvo 40 d¨ªas en coma, adem¨¢s de someterse a seis intervenciones quir¨²rgicas en el cerebro para extirparle un co¨¢gulo de sangre. ¡°Nosotros, como boxeadores, subimos al cuadril¨¢tero sabiendo que hay riegos, pero es lo mismo para un piloto de carreras, y lo mismo para cualquier deporte de contacto. Es una de esas cosas que pueden pasar en el deporte y en la vida¡±, dijo despu¨¦s Watson a Telegraph.

Como eran otros tiempos, los servicios m¨¦dicos no intervinieron inmediatamente a Watson, que tuvo que esperar varios minutos porque no hab¨ªa ni m¨¦dicos ni ambulancia en el recinto. ¡°Yo pas¨¦ por muchas cosas cuando me ocurri¨® a m¨ª, pero me satisface que lo que yo viv¨ª impuls¨® cambios en la asistencia m¨¦dica a los boxeadores. No fue su intenci¨®n causarle da?o a su rival, por m¨¢s extra?o que suene. Fue un accidente¡±, sentenci¨®. Estuvo m¨¢s de un a?o en cuidados intensivos y rehabilitaci¨®n, y otros seis en silla de ruedas, perdiendo temporalmente la capacidad de hablar y escribir.

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