La gesta de los saltos: ¡°Lo dejamos todo por una apuesta¡±
Nico Garc¨ªa y Adri¨¢n Abad¨ªa visitan AS tras su bronce en saltos de tres metros sincronizados, primera medalla mundial espa?ola en esta disciplina.
Las distintas realidades del deporte espa?ol podr¨ªan medirse por la forma en la que aparecen los deportistas cuando visitan este diario para celebrar sus grandes ¨¦xitos. La de los saltos, una disciplina con menos de 100 licencias en este pa¨ªs (concretamente 88), es modesta, y cuando Nico Garc¨ªa y Adri¨¢n Abad¨ªa cruzan los tornos de entrada a la redacci¨®n lo hacen sin s¨¦quito alguno, en ch¨¢ndal, cargando pesadas mochilas a sus espaldas tras completar una sesi¨®n de entrenamiento. Una sencillez que el periodista agradece, pues suele trasladarse a la conversaci¨®n y este caso, el de los primeros espa?oles en conseguir una medalla mundial en saltos, no es una excepci¨®n.
Nico, 28 a?os, es de Las Palmas; Adri¨¢n, de 21, mallorqu¨ªn. Tras conseguir lo nunca visto en la nataci¨®n espa?ola, apenas han podido disfrutar ¡°unos d¨ªas¡± de sus familias. ¡°Nos quedan tres copas del mundo, los Europeos, los nacionales... Iremos a Canad¨¢, Alemania, China o Serbia¡±, glosan su calendario pr¨®ximo. El ciclo ol¨ªmpico es as¨ª, una centrifugadora humana, una selecci¨®n natural (ese citius, altius, fortius que es eslogan de los Juegos) que separa el grano de la paja cada cuatro a?os. Este verano, en Par¨ªs, Garc¨ªa y Abad¨ªa, tan compenetrados que sus apellidos riman, formar¨¢n parte del grano. ¡°Dejar todo por una promesa, una apuesta¡±, como resumen ellos mismos su trayectoria deportiva, les ha reportado dividendos. Se han quitado ¡°un peso de encima¡±.
No debe de ser f¨¢cil ser ellos. Entrenar ¡°ocho horas al d¨ªa, una jornada laboral¡±; dejar a tu pareja en Canarias y poner en pausa unos estudios de Ingenier¨ªa Naval, como hizo Nico; cancelar una beca universitaria en Luisiana (EE UU), como hizo Adri¨¢n. Y todo sin saber si merecer¨¢ la pena, con ¡°muchas decepciones¡± detr¨¢s. Pero al final la ha merecido, o al menos eso creen ellos. ¡°Esto cambia mucho las cosas. Ahora la ayuda ser¨¢ m¨¢s grande¡±, opinan de la repercusi¨®n que puede tener su bronce en tres metros sincronizados en la estructura de los saltos, que se hab¨ªa hecho ¡°m¨¢s profesional¡± con vistas a Par¨ªs. ¡°Con el dinero extra del Team Espa?a nos pagan alquiler, m¨¢s equipo de apoyo, un nutricionista...¡±, aseguran. Antes se incorporaron t¨¦cnicos de prestigio internacional, algo que al pa¨ªs le cuesta producir, como el italiano Domenico Rinaldi o el canadiense nacido en Cuba Arturo Miranda. Se ha ¡°centralizado todo¡± y la dedicaci¨®n es ¡°plena¡±.
En Par¨ªs tendr¨¢n plaza colectiva. La individual est¨¢ ¡°compleja¡± porque no se dieron los resultados en Doha. El formato ol¨ªmpico es sin previas. Se compite directamente por medallas. ¡°Es la parte buena, pero hay que manejar las expectativas¡±, comenta prudente Garc¨ªa. Ya saltaron juntos en Tokio, que utilizaron como campo de pruebas. Este ciclo han sido u?a y carne en un deporte que es pura sincronizaci¨®n (¡°la clave es repetir, repetir, repetir¡±), al que Abad¨ªa lleg¨® por su abuela y Nico porque se prend¨® de ¨¦l viendo a otros entrenar en la piscina de Las Palmas a la que iba con el colegio, una de ¡°las cuatro o cinco¡± que hay en el pa¨ªs con torre de saltos, una escasez que el canario explica en el poco uso que se les da en relaci¨®n con el coste (unos 300.000 euros) de la obra necesaria. Ahora viven juntos para fomentar la compenetraci¨®n, aunque cogen el metro ¡°por separado¡± tras entrenar, se r¨ªen ambos, para no saturar la relaci¨®n, que es casi ¡°de pareja¡±.
Para Nico ser¨¢n ¡°los ¨²ltimos¡± Juegos, mientras que Adri¨¢n a¨²n no ha llegado ni al prime de un saltador, que su compa?ero sit¨²a entre los 25 y los 26 a?os. Tras este podio, figurar¨¢n en las quinielas de un equipo espa?ol que aspira a superar los 22 metales de Barcelona 1992. Contribuir a la mejor cosecha ol¨ªmpica de la historia nacional ser¨ªa ¡°algo muy tocho, eterno¡±. Tanto que por ahora no se atreven ni a pensarlo. ¡°Ni siquiera sabemos a¨²n qu¨¦ significa esto¡±, cuentan con la inocencia propia de un deporte ajeno a las portadas y las aperturas de los telediarios. Al menos lo era antes de su irrupci¨®n, que esperan que sirva de algo ¡°para los que vienen detr¨¢s¡±. El tenis tuvo su Manolo Santana, el motor a su ?ngel Nieto, el esqu¨ª a los Fern¨¢ndez Ochoa y los saltos a ellos. Pioneros.