¡°Fue el peor entrenamiento de mi vida¡±: Carolina Mar¨ªn y diez horas de sufrimiento

Manos sobre las rodillas, respiraci¨®n acelerada, agotamiento, resignaci¨®n. El trayecto de Carolina Mar¨ªn hasta los Juegos de Par¨ªs, donde vivi¨® el final m¨¢s dram¨¢tico posible, con su tercera lesi¨®n grave, no fue sencillo. La campeona ol¨ªmpica, que ven¨ªa de perderse Tokio por una rotura del ligamento cruzado y los meniscos de la rodilla izquierda, tuvo que recuperarse metal y f¨ªsicamente de unos a?os muy duros, tanto en lo deportivo como en lo personal. Su vuelta a la ¨¦lite, un milagro, algo nunca visto en el b¨¢dminton tras las dos lesiones que hab¨ªa sufrido, requiri¨® de un esfuerzo extra al alcance de muy pocos. De casi nadie. Carolina, con la intenci¨®n de recorrer otra vez el camino para retirarse en las pistas, traspas¨® l¨ªmites inimaginables hasta para ella. En su preparaci¨®n hasta los Juegos, esos que abandon¨® cuando ya tocaba las medallas, acumul¨® mucho sufrimiento.

Entre todos los d¨ªas de sudor y l¨¢grimas, destaca uno. ¡°Fue el peor entrenamiento de mi vida¡±, asegur¨® la propia Carolina en el preestreno de su documental, La lucha infinita, que recoge parte de la mencionada sesi¨®n. Tuvo lugar en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sierra Nevada, en su ¨²ltima concentraci¨®n antes de los Juegos. El entrenamiento empez¨® a las 10:30 y termin¨® diez horas despu¨¦s, a las 20:30. Las c¨¢maras, sin embargo, dejaron de grabar a los 30 minutos a petici¨®n del entrenador de la campeona ol¨ªmpica, Fernando Rivas, que tambi¨¦n se termin¨® yendo. ¡°?l se fue del pabell¨®n. Me dej¨® sola entrenando con los dos sparrings que ten¨ªa en ese momento. Incluso, entre comillas, tuve miedo a lesionarme. Pens¨¦ todas las palabrotas y todas las cosas malas¡±, explica Mar¨ªn en la producci¨®n de Movistar+.

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Antes, la sesi¨®n ya hab¨ªa sido tensa. ¡°Estamos perdiendo el tiempo, Caro. Son ganas de sumar el triple de entrenamiento de mala calidad. Sigues blanda, sigues blanda, sigues blanda. Es la s¨¦ptima vez que te paro el entreno", le hab¨ªa espetado Rivas a Carolina, que deb¨ªa mandar el volante a una zona determinada de la pista. ¡°A veces soy duro, porque tengo que ser muy duro con ella, acorde a los objetivos que ella se plantea. Para m¨ª, no es ser el poli malo, aunque se pueda ver as¨ª desde fuera. Si no la confronto con la realidad, estoy siendo un mal profesional", explica el t¨¦cnico, parte fundamental en la vida de la onubense, con la que trabaja desde que ella ten¨ªa 14 a?os. ¡°Mucha parte de la culpa de lo conseguido la tiene Fernando, que es el que lidera el equipo¡±, le dedic¨® Mar¨ªn en el preestreno.

Lo vivido por Carolina durante ese d¨ªa en Sierra Nevada, aunque nunca hab¨ªa llegado a tal punto, no era un mundo desconocido. La campeona ol¨ªmpica, fiel a su car¨¢cter y a esa resiliencia que tantas veces se ha utilizado para describirla, ha entrenado muchas veces en situaciones de dolor, estr¨¦s y fatiga. En su equipo, lo llaman ¡°la zona negra¡±. ¡°Se refiere a cuando todo se pone dif¨ªcil. Los d¨ªas en los que todo sale no valen para nada. Ese esfuerzo y ese trabajo en la zona negra es lo que m¨¢s ha empujado a Caro. Se llega pocas veces y es un regalo. Esos d¨ªas en los que cuesta m¨¢s es en los que hay que centrarse", explica Rivas. Ese entrenamiento, pese a la dureza, fue uno de los m¨¢s importantes para Carolina en su camino a Par¨ªs. ¡°Fue tan duro que no me he vuelto a poner la camiseta de ese d¨ªa, pero me hizo aprender y me hizo ver las cosas desde otro punto de vista¡±, reconoci¨® la campeona ol¨ªmpica, que tendr¨ªa otra medalla de no ser por la lesi¨®n.

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