El infierno de Los ?ngeles engulle diez medallas ol¨ªmpicas

Su historia es tan propia de pel¨ªcula americana que hasta apareci¨® haciendo de s¨ª mismo en un cap¨ªtulo de Los Vigilantes de la Playa, junto a David Hasselhoff o Gena Lee Nolin. Pentacampe¨®n ol¨ªmpico entre Atlanta 1996 y Atenas 2004, con dos oros en los 50 metros libre y una rivalidad recurrente con Alexander Popov, diez podios en total en los Juegos, dos t¨ªtulos mundiales y miembro del Sal¨®n de la Fama de los Estados Unidos desde 2012, Gary Hall jr., el hijo del abanderado de las barras y estrellas en Montreal 1976, nieto de un campe¨®n estatal en los a?os 40 (Charles Keating jr.), el nadador que irrump¨ªa en la piscina envuelto en una bata de boxeador, ahora es noticia por una tragedia.

Porque resid¨ªa hasta ahora Hall en la lujosa urbanizaci¨®n Pacific Palisades, epicentro de uno de los monumentales incendios desatados en Los ?ngeles, que se han cobrado por el momento cinco fallecidos y unos 100.000 vecinos evacuados, entre los que se halla el campe¨®n ol¨ªmpico. Fue el martes por la noche cuando vivi¨® ¡°algo 1.000 veces peor que cualquier pel¨ªcula de apocalipsis que hayas visto¡±, como ¨¦l mismo ha narrado a The Sidney Morning Herald, curiosamente un rotativo australiano, pa¨ªs con el que manten¨ªa una fuerte disputa deportiva, que se ha disipado con esta desgracia, como lo demuestra el hecho de que leyendas oce¨¢nicas como Ian Thorpe y Brett Hawke le han enviado mensajes de apoyo.

Hall charlaba por tel¨¦fono con su hija, Gigi, cuando divis¨® una columna de humo en la parte trasera de su casa. Casi sin tiempo para reaccionar, contempl¨® c¨®mo se sucedieron explosiones en casas cercanas, fruto de la combusti¨®n. As¨ª que, l¨®gicamente, decidi¨® abandonar su hogar para salvar su vida y la de su perro, Puddles. Tan solo le dio tiempo de llevarse la insulina (el nadador ha hecho causa de la diabetes), un cuadro de su abuelo y una pieza de madera que le hab¨ªa regalado su hija, antes de abandonar a toda prisa la urbanizaci¨®n camino del oc¨¦ano, y de tener m¨¢s adelante incluso que salir de su coche y huir a pie, por el caos que se hab¨ªa formado en Sunset Boulevard.

¡°El caos era total en Los ?ngeles. Est¨¢bamos rodeados de llamas, y las brasas me ca¨ªan encima cuando me sub¨ª al coche¡±, relata Hall, que entre sus m¨²ltiples enseres y objetos irremplazables tuvo que dejar atr¨¢s sus diez medallas ol¨ªmpicas. ¡°No tuve tiempo de buscarlas y llev¨¢rmelas¡±, reconoce el nadador, quien a?ade: ¡°Cuando llegue el momento de regresar al lugar donde estaba la casa, sentir¨¦ un sinf¨ªn de emociones. Buscar¨¦ entre las cenizas y comprobar¨¦ si las medallas se fundieron¡±.

Sin casa, sin piscina y con ¡®crowdfunding¡¯

Adem¨¢s de la casa, tambi¨¦n ha quedado completamente anegada la piscina donde Gary Hall jr. trabajaba, entrenando a ni?os y ni?as, con su empresa Sea Monkeys Swimming. Por ahora, y tras dormir la noche del martes en un hotel, sus propios familiares le han acogido a ¨¦l y a Puddles en San Diego. Deber¨¢ empezar de cero el campe¨®n ol¨ªmpico y mundial, hasta el punto de que se ha habilitado un crowdfunding para ayudarle a adquirir productos de primera necesidad y un ordenador port¨¢til para reiniciar de alg¨²n modo su empresa.

No es la primera vez que una tragedia envuelve la vida del nadador, quien en 2016 vio c¨®mo uno de sus primos fallec¨ªa en Irak, siendo soldado de los Estados Unidos, en plena guerra contra el ISIS. Y diez a?os antes, en 2006, el propio Hall logr¨® salvar ¡®in extremis¡¯ a su hermana Bebe del ataque de un tibur¨®n. Ahora, paradojas del destino, ha perdido sus bienes materiales en Los ?ngeles, la sede de los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos, en 2028.

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