D?A DE LA MUJER 2023
El deporte paral¨ªmpico espa?ol se escribe en femenino
Sube la participaci¨®n de las mujeres en los Juegos y en Tokio se colgaron el 41% de las medallas. AS charl¨® con la pionera Carmen Riu: ¡°El deporte me empoder¨®¡±.
En femenino plural. As¨ª se escribe el deporte paral¨ªmpico espa?ol. A los Juegos de Londres acudieron 29 mujeres, la cifra baj¨® ligeramente en R¨ªo (28) y alcanz¨® las 42 en Tokio. Ellas apenas representaban el 33% de la delegaci¨®n, pero se llevaron el 41,6% de las medallas en el pa¨ªs nip¨®n. Se hicieron con quince de las 36 totales. Al podio subieron las ic¨®nicas Teresa Perales y Susana Rodr¨ªguez y tambi¨¦n una nueva hornada de deportistas encabezada por la nadadora Marta Fern¨¢ndez, que cosech¨® un triplete (oro, plata y bronce) en sus primeros Juegos.
¡°Muchas no ten¨ªamos referentes de peque?as o eran masculinos. Las ni?as de hoy s¨ª los tienen porque ven que una deportista con discapacidad puede llegar lejos¡±, explica Desir¨¦e Vila, que recibi¨® la medalla de oro al M¨¦rito Deportivo por su labor acercando y naturalizando la discapacidad a trav¨¦s de las redes. Los tiempos han cambiado. Ahora los iconos del deporte paral¨ªmpico espa?ol son mujeres y su alcance es global. Teresa Perales recibi¨® el Premio Princesa de Asturias y Susana Rodr¨ªguez se convirti¨® en la portada de la revista TIME. Ellas inspiran.
Pero para llegar hasta aqu¨ª, otras tuvieron que abrir camino. Ese es el caso de Carmen Riu Pascual (Barcelona, 1951), la primera medallista paral¨ªmpica espa?ola. La nadadora se colg¨® dos platas en Tel Aviv 1968, los primeros Juegos ¡ªpor entonces denominados Olimpiadas para Minusv¨¢lidos¡ª en los que particip¨® nuestro pa¨ªs, contra todo pron¨®stico. ¡°Fuimos once deportistas. Nueve hombres, Rita Granada y yo. No cre¨ªan en nosotras. Nadie nos acompa?aba. Hab¨ªa un gran machismo entonces. Nos entend¨ªamos por se?as porque yo sab¨ªa un poco de franc¨¦s y all¨ª hablaban hebreo o ingl¨¦s. Llegu¨¦ con la idea de no quedar la ¨²ltima y mira... Rita le dijo al jefe de expedici¨®n: ¡®La Mari Carmen ha ganado medallas¡¯. Y le respondi¨®: ¡®S¨ª hombre, s¨ª. Que las ense?e¡¯. Tuve que sacarlas. Les interes¨® que pudi¨¦ramos ganar y no que tuvi¨¦ramos los mismos derechos¡±, recuerda esta pionera en AS. Ella destacaba en una ¨¦poca en la que hasta el carnet de identidad les degradaba. De profesi¨®n, inv¨¢lidos.
Carmen dio sus primeras brazadas por prescripci¨®n m¨¦dica, despu¨¦s de una poliomielitis sufrida a los 7 a?os. Iron¨ªas de la vida, no sab¨ªa nadar. Su padre la llevaba a la playa de Castelldefels y all¨ª hac¨ªa 7 kil¨®metros diarios. ¡°Ir y volver por el mar. As¨ª aprend¨ª. Para continuar en una piscina, durante el invierno, deb¨ªa tener una persona que me vigilara por la discapacidad. Me pusieron un entrenador y me ense?¨® a nadar bien. Cuando estaba en Bachillerato hicieron unos campeonatos en mi instituto y qued¨¦ la tercera, entre todos los chavales. Luego se cre¨® el club deportivo del ANIC (Asociaci¨®n Nacional de Inv¨¢lidos Civiles) y entren¨¢bamos los s¨¢bados en una piscina de ni?os con la luz apagada. No quer¨ªan que nos vieran. Pod¨ªa ser un mal presagio para no tener clientes¡±, admite.
Su b¨²squeda de la igualdad la condujo a renunciar a su plata en 50 metros espalda de los Juegos de Heidelberg 1972 y a su posterior retirada. ¡°La gan¨¦, pero no la cog¨ª porque quer¨ªa que ol¨ªmpicos y paral¨ªmpicos compiti¨¦ramos juntos. Aquello me parec¨ªa una pantomima. Mi denuncia les sent¨® fatal y casi me devuelven a Espa?a. Al final no pas¨® nada. De hecho, mis compa?eros y la Federaci¨®n quer¨ªan que continuara¡±, afirma la presidenta de la Asociaci¨® dones no standards, que busca prevenir y erradicar la violencia machista hacia las mujeres con discapacidad. A lo largo de 30 a?os fue tambi¨¦n profesora de psicopedagog¨ªa en un instituto.
A sus 71 a?os, no ha perdido su esp¨ªritu reivindicativo. Este 8-M dar¨¢ una charla e ir¨¢ a la manifestaci¨®n. ¡°El deporte me hizo empoderarme. Sent¨ªa que pod¨ªa, aunque otros no lo creyeran¡±, argumenta. Ella sigue nadando porque en el agua se siente libre. ¡°Voy en silla, pero en la piscina hago lo que me da la gana, me muevo mejor que fuera¡±. Su libertad y su lucha se han hecho visibles en las dem¨¢s... en las Teresa, Susana, Marta y Desir¨¦e. Y en las que vendr¨¢n.