Carolina Mar¨ªn cumple ¡°la tarea¡± y asegura el podio mundial

En unos Mundiales, todo es distinto. En Copenhague, Carolina Mar¨ªn sale con la bandera nacional, proyectada en una pantalla gigante, a su espalda. Hasta la pista, la onubense baja por unas escaleras iluminadas de color rojo. Los s¨ªmbolos patrios acompa?an a las mejores. Los espa?oles, tras la victoria (21-16 y 21-14 en 50 minutos) de la onubense, 6? del mundo, sobre la taiwanesa Tai Tzu Ying (4?) volver¨¢n a hacerlo. Y en las alturas. Carolina, pase lo que pase, ya tiene asegurada su cuarta medalla mundial. La primera desde su victoria en 2018. En semifinales (este s¨¢bado, sobre las 14:00), con el premio m¨ªnimo del bronce, se medir¨¢ con la japonesa Akane Yamaguchi, actual n¨²mero dos y vigente bicampeona. El a?o pasado, la nipona triunf¨® antes los suyos (Tokio). Antes, lo hizo en la Huelva natal de Carolina. En casa, la onubense no pudo estar por la grave lesi¨®n que le cerr¨® las puertas de los Juegos Ol¨ªmpicos. Qu¨¦ lejos parece quedar todo aquello. Y qu¨¦ cerca est¨¢ en realidad.

Pudiendo y pensando que puede, Carolina ha ido espantando esa rotura del ligamento cruzado y los meniscos de la pierna izquierda. Ya no siente dolor. Ni f¨ªsico ni emocional. Vuelve a estar entre las mejores, ?en un podio mundial!, y ya puede con ellas, como con una Tai a la que ya se ha medido en 20 ocasiones. Desde este viernes, con un balance de 10-10. Por el camino, derrotas tan dolorosas para la campeona ol¨ªmpica como la de las World Tour Finals, en 2021, que le priv¨® de ser Maestra. Y victorias tan dulces como la de estos Mundiales, los de su absoluta confirmaci¨®n. Los que se?alan a los Juegos de Par¨ªs con rabia. A ese segundo oro ol¨ªmpico. Antes, se debe apuntar a la cuarta corona mundial. Y no ser¨¢ sencillo.

Poniendo el 7-5 en el marcador, este viernes, Carolina se secaba el sudor con una cara de ¡°qu¨¦ dif¨ªcil va a ser esto¡±. A trav¨¦s de errores taiwaneses, algunos provocados, otros regalados, la espa?ola se disparaba hasta el 10-5 con un parcial de cinco puntos seguidos. Antes, el toma y daca hab¨ªa permitido intuir los m¨²ltiples bailes entre ambas jugadoras; despu¨¦s, Mar¨ªn empezaba a danzar con rabia. Se iba al primer descanso con un grito (11-6) y volv¨ªa de la misma forma. ¡°Sin dudar. Ella es la que tiene que ganarlo, no le regalemos¡±, le indicaba su entrenador, Fernando Rivas, en un tramo en el que los errores eran propios. ¡°Volvemos a la tarea¡±, a?ad¨ªa Rivas con 17-14 en el electr¨®nico y algunas dudas. ¡°?Vamos!¡±, celebraba con el 18-15, tras un intercambio duro que Tai alarg¨® con un golpe felino de rev¨¦s.

El h¨¢bitat natural de Carolina

La taiwanesa mostraba que la defensa tambi¨¦n tiene su atractivo y Carolina, que se sinti¨® ¡°mejor¡± despu¨¦s de las dudas en octavos, abanderaba el ataque. Con una derecha cortada al ¨¢ngulo derecho de la pista, se fabricaba el primer punto de set. No fallaba. ¡°Mantenemos la determinaci¨®n. Todo lo que hemos visto en el v¨ªdeo est¨¢ ocurriendo. Y tienes una respuesta, como m¨ªnimo, para todo. La tarea, la tarea...¡±, le repet¨ªa Rivas a una Mar¨ªn a la que le aguardaban trampas. Tai, estudiada minuciosamente en ese v¨ªdeo, se volv¨ªa una completa desconocida. Con un parcial de 0-4, la taiwanesa sacaba nuevas cartas. Carolina, con la misma contundencia, le devolv¨ªa el golpe colocando el 6-5 y se dispon¨ªa a jugar la renovada partida, aunque de guion hom¨®nimo a la primera. Con el 13-12, la espa?ola desatascaba la mesa. Dos parciales implacables y uno de sus gritos m¨¢s sonoros. Hab¨ªa cumplido ¡°la tarea¡±, volv¨ªa al podio mundial. Su lugar.