Beti Jai, el milagro del siglo
M芍s de 100 a?os despu谷s, se vuelve a jugar en el hist車rico front車n de Madrid, el m芍s antiguo del mundo. Pelotaris y organizaci車n hablan con AS.
Los golpes de la pelota contra la pared, muy secos, rudos, son los pasos de un gigante dormido. Retumban y estimulan a迆n m芍s la piel del p迆blico, que llena las gradas pese a ser la primera ma?ana verdaderamente fr赤a del Madrid oto?al. ※Es un milagro§, no puede contener Fernando Rodr赤guez, comisario del centro de interpretaci車n del Beti Jai, el front車n m芍s antiguo del mundo y, posiblemente, la instalaci車n deportiva con m芍s historia de Europa. Al menos, del modo en el que su arquitecto, Joaqu赤n Rucoba, la plasm車 sobre el papel. Es un calco de esos planos. El eco de los rebotes, que se extiende por todo el recinto, con un grader赤o curvo estilo neomud谷jar muy se?orial, inmenso, permite viajar en el tiempo. No se escuchaba algo igual desde hac赤a m芍s de un siglo. ※Es imposible datarlo. En el centro de interpretaci車n, hay una foto de 1919. Nadie puede decir que ese sea el 迆ltimo partido, porque nadie lo sabe, pero sabemos que, poco despu谷s, se dej車 de jugar. Aqu赤, no se jugaba a la pelota desde hac赤a 110 o 115 a?os§, explica Rodr赤guez. Y el gigante despierta.
Este octubre, el Beti Jai, Siempre Fiesta en castellano, resucit車. El front車n, ※un templo olvidado§, acogi車 ocho partidos de exhibici車n, con demostraciones de frontenis y pelota a mano. Un 谷xito rotundo. Todos los pases se llenaron y, en total, 3.600 personas (la capacidad era de 450 por partido) descubrieron un rinc車n de Madrid que volvi車 a nacer. ※Se gener車 hasta lista de espera. Esto demuestra el inter谷s que hay por la pelota en Madrid y el inter谷s por este edificio extraordinario§, explica el comisario del centro de interpretaci車n, un espacio que se puso en marcha el a?o pasado. Desde hace meses, los m芍s curiosos ya ten赤an la oportunidad de adentrarse en el coraz車n del Beti Jai para perderse entre su historia, contada con cari?o en los paneles que, en la parte baja de sus gradas, recuerdan el recorrido vital del edificio. ※Llevamos tiempo trabajando y acercando de nuevo estas instalaciones a la gente. En este proceso, lo m芍s importante era que aqu赤 se volviera a jugar. Porque no hay que olvidar que esto es un front車n y que fue concebido para esto§, defiende Rodr赤guez. El proceso, con la intenci車n de repetir con exhibiciones m芍s adelante, se complet車 con 谷xito.
Fue lento y complejo. Muchos vecinos, a trav谷s de la plataforma Salvemos el Front車n Beti-Jai, empujaron con fuerza. ※Es una satisfacci車n enorme, como pelotari, recuperarlo. Cuando se tienen ideales en la vida, hay que perseverar§, celebra Fernando Larumbe, campe車n del mundo de pelota corta en 1970 y miembro del movimiento, que naci車 en 2008. En 2011, el actual alcalde de Madrid, Jos谷 Luis Mart赤nez-Almeida, entonces director general de patrimonio de la Comunidad, firm車 la declaraci車n para que el inmueble no se pudiera derruir. En 2015, el Ayuntamiento lo expropi車 y empezaron las obras. ※Este edificio ha estado maltratado durante much赤simos a?os. Es un front車n, pero es un front車n en el que lo que menos se ha hecho es jugar a la pelota§, anticipa Rodr赤guez, que habla con AS en un punto de Madrid ※desconocido hasta para los madrile?os§. Las instalaciones, que se erigen imponentes una vez se pone el pie en ellas, se esconden en el coqueto barrio de Chamber赤, con el Paseo de la Castellana a un par de zancadas. De los edificios m芍s modernos al siglo XIX cruzando un par de puertas. Un contraste m芍gico.
Coches, okupas, un incendio...
El Beti Jai se construy車 en 1893 y acogi車 su 迆ltimo partido oficial de pelota vasca en 1914. Luego funcion車 como front車n, al menos, hasta ese 1919 que Fernando Rodr赤guez mencionaba. El deporte, que hab赤a convertido a sus jugadores en aut谷nticas estrellas de la 谷poca, entr車 en decadencia debido a las apuestas y a los rumores de corrupci車n. Su desaparici車n de la actividad social madrile?a se llev車 por delante a los frontones del momento, con el Beti Jai entre los damnificados. Desde entonces, el edificio emprendi車 un camino tortuoso y dif赤cil de prever. ※Lo que m芍s ha habido en este firme han sido coches. Aqu赤 hubo el primer concesionario en Madrid de Studebaker (1919) o de Harley-Davidson (1923)§, revela Rodr赤guez. Con los a?os, el espacio se fue deteriorando y pas車 por diversas manos. Hubo proyectos de hoteles o gimnasios que no se ejecutaron y, en 2007, algunas zonas de las gradas fueron habitadas por okupas. Un a?o despu谷s, sufri車 un incendio en el que muri車 el vigilante de seguridad. La estructura, sin embargo, resisti車.
Cap赤tulos de una leyenda que, ahora, vuelve a su origen, con la pelota como protagonista. Y con nuevos h谷roes. ※Ser el primer partido en m芍s de 100 a?os es un orgullo. Lo disfrutamos much赤simo. Estuve el a?o pasado, cuando abrieron para visitas, y le dije a mi chica, en plan cachondeo, si se imaginaba que pudiera jugar aqu赤 alg迆n d赤a...§, desentra?a ?lvaro Fern芍ndez, uno los cuatro jugadores de frontenis que resucitaron el Beti Jai, en cuyo interior se puede leer, literalmente, su valor hist車rico. ※El Beti Jai de Madrid ha de ser, seg迆n Arana, una especie de Vaticano de las pelotas... Instituci車n sagrada que subsistir芍 inc車lume aunque vinieran otra vez los sarracenos§, est芍 impreso en uno de sus balcones, siendo un extracto del peri車dico El liberal con fecha de 21 de octubre de 1893. ※Es realmente soberbio y el p迆blico se sent赤a muy agradablemente impresionado al entrar. Tiene diecisiete cuadros y medio, y la cancha y contracancha son m芍s anchas que en los dem芍s frontones§, dice otro extracto, del 30 de mayo de 1894, en El Imparcial.
Las sensaciones siguen siendo las mismas. ※Lo que m芍s impresiona es su grandeza. Lo hizo el mismo arquitecto que el (Teatro) Arriaga de Bilbao, y aquello tambi谷n es muy bonito. Esto, sobre todo, tiene grandeza. Esa es la palabra. Cuando entras, lo ves e impacta. Nosotros nos sentimos hasta peque?os. Antes, aqu赤, se jugaba a modalidades con cesta y por eso es tan largo§, explica I?aki Lizaso, profesional de la pelota vasca y otro de los elegidos para conectar generaciones. ※En mi pueblo (Villabona), hab赤a un pelotari muy conocido en el siglo XIX, Pedro Yarza, que jugaba con s車lo un brazo, y no lleg車 a jugar aqu赤, pero s赤 en los otros dos frontones de Madrid, el Euskal-Jai y el Fiesta Alegre, que los derribaron. Nosotros hemos tenido la oportunidad de hacerlo. Es algo muy especial§, a?ade. Sus marcas en la pared son s赤mbolo de una nueva vida.
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