AJEDREZ
Palestina, ajedrez entre las bombas: la historia de Eman Sawan y miles de sue?os rotos
Pese a las dificultades que est¨¢ viviendo el pa¨ªs, en pleno conflicto b¨¦lico con Israel, el pa¨ªs estuvo cerca de conseguir un oro individual en la Olimpiada.
La Olimpiada de Ajedrez, como sucede en los Juegos Ol¨ªmpicos, es un gran momento para ver en el mismo lugar a los mejores jugadores del mundo. Nadie quiere perderse un evento de tanta enjundia ni dejar pasar la oportunidad de representar a su pa¨ªs en el evento m¨¢s importante por equipos del deporte-ciencia. Casi todas las miradas se dirigen a los enfrentamientos m¨¢s importantes entre los mejores del mundo. Sin embargo, merece verdaderamente la pena desfilar por los duelos en los que el campeonato no est¨¢ en juego. Pa¨ªses como Aruba, Palau, Vanuatu o Antigua y Barbuda, por citar algunos, env¨ªan a sus representantes a miles de kil¨®metros de sus fronteras pese a que su nivel de juego no les permitir¨ªa estar entre los 10.000 mejores jugadores de otras naciones punteras. Aficionados no profesionales que disfrutan de su pasi¨®n despreocupados por quedar en la parte baja de la clasificaci¨®n o por no ganar ni una sola partida.
De igual manera, la Olimpiada puede entenderse tambi¨¦n como una v¨ªa de escape. Un intento por dejar de lado una vida realmente complicada rodeada de explosiones, ataques por tierra y la muerte de seres queridos. Un sue?o, de al menos unos d¨ªas, sobre un mundo ideal en el que no existen las diferencias entre pa¨ªses pese a rivalidades geogr¨¢ficas o ¨¦tnicas. Una utop¨ªa, en definitiva, que ni siquiera el deporte puede conseguir.
Entre las m¨¢s de 170 naciones presentes en la 45? Olimpiada de Budapest hab¨ªa una en concreto que estaba en el foco de muchos aficionados: Palestina. El pa¨ªs ¨¢rabe, inmerso desde hace m¨¢s de un a?o en un cruento conflicto b¨¦lico contra Israel, llev¨® hasta la capital h¨²ngara a nueve jugadores y dos entrenadores. Entre ellos, Eman Sawan, una ajedrecista de tan solo 17 a?os que se convirti¨® en una de las sensaciones del evento al estar a tan solo unas tablas de ganar la medalla de oro en el primer tablero (premio que se le concede a la jugadora con mejor actuaci¨®n de entre todos los pa¨ªses).
Sawan, que reside en Jordania desde que naci¨®, ten¨ªa sentimientos encontrados tras el torneo: ¡°Me siento feliz y triste a la vez, porque estuve compitiendo por un sue?o que se me escap¨® por unas tablas en una partida totalmente ganada. Me dej¨¦ un empate rid¨ªculo de la manera m¨¢s tonta¡±, narra con toda claridad. Eran sus segundas Olimpiadas, algo ya de por s¨ª meritorio teniendo en cuenta su edad y su corta experiencia, pues tan solo lleva cinco a?os jugando al ajedrez.
El secretario general de la Federaci¨®n Palestina y delegado de la expedici¨®n en Hungr¨ªa, Omar Osama Jabari, se deshace en elogios hacia su pupila. ¡°Est¨¢ esforz¨¢ndose mucho. En poco tiempo ha mejorado hasta que en 2021 fue campeona de los Pa¨ªses ?rabes¡±, relata. ¡°Mi padre y mi abuelo jugaban juntos, pero yo pensaba que era un juego rid¨ªculo y absurdo. Cambi¨¦ de opini¨®n cuando mi padre me ense?¨® a mover las piezas y ahora me encanta, estudio diez horas al d¨ªa y me he vuelto algo adicta¡±, agrega la protagonista.
La vida en Jordania le da a Sawan algo de tranquilidad en comparaci¨®n con la inestabilidad que est¨¢n viviendo en su pa¨ªs de origen. Una calma que, en cierta manera, le posibilita un sue?o ya de por s¨ª complicado que ser¨ªa totalmente imposible en caso de vivir en Palestina. Pese a todo, no es ajena a la guerra que viven sus compatriotas. ¡°Me encantar¨ªa ser una de las Grandes Maestras m¨¢s fuertes de mi continente y un modelo a seguir. La situaci¨®n en Palestina es muy dura, tengo amigos de ajedrez all¨ª y no pueden salir del pa¨ªs por la ocupaci¨®n. Me siento muy triste por ellos y cada vez que juego un torneo pienso en ellos, que no tienen la oportunidad de competir como yo, e intento que est¨¦n orgullosos de m¨ª¡±.
El camino hacia ser una jugadora destacada a nivel internacional no lo hace sola. Aunque confiesa que parte del trabajo s¨ª corre de su cuenta, trabaja bajo la supervisi¨®n de un equipo de ajedrecistas totalmente secreto. Jabari cree que este ocultismo se debe a cuestiones simplemente deportivas, pero advierte de la complejidad de la situaci¨®n, especialmente trat¨¢ndose de mujeres: ¡°Hay muy pocas chicas que jueguen al ajedrez porque muchas familias tienen miedo de mandar a sus hijas a otras ciudades a trav¨¦s de los puntos de control de acceso. Adem¨¢s, no siempre es posible salir al extranjero sin el benepl¨¢cito israel¨ª¡±, lamenta.
El ajedrez en Palestina: jugadores por todo el mundo
Entre Cisjordania y la Franja de Gaza hay 500 personas federadas y en activo que, desde el atentado de Ham¨¢s en Israel que dio comienzo a la parte m¨¢s cruda del conflicto entre los dos pa¨ªses el pasado 7 de octubre de 2023, no pueden llevar a cabo su pasi¨®n. ¡°No hemos sido capaces de hacer torneos. Hemos hecho alguna cosa online, pero nada oficial. Moverse entre ciudades es muy dif¨ªcil, as¨ª que reunir a jugadores de ajedrez lo es todav¨ªa m¨¢s¡±, expone Jabari, representante de Palestina en las instituciones que dirigen el ajedrez internacional.
A ese medio millar habr¨ªa que sumarle un n¨²mero no contabilizado de deportistas residentes en El L¨ªbano y Siria, dos pa¨ªses que, por el elevado n¨²mero de refugiados que viven all¨ª, est¨¢n bajo el paraguas de la Federaci¨®n Palestina. Tambi¨¦n a todos los ciudadanos nacionales que, por un motivo u otro, han tenido que dejar sus territorios de origen para buscar una vida mejor. ¡°Tenemos ajedrecistas en Jordania, L¨ªbano, en otros pa¨ªses ¨¢rabes e incluso en Chile¡±, un pa¨ªs que acoge a la mayor comunidad de palestinos fuera de Israel con medio mill¨®n de personas y que, como an¨¦cdota, cuenta con el equipo de f¨²tbol Club Deportivo Palestino en su capital, una instituci¨®n fundada por exiliados que est¨¢ asentada en la m¨¢xima categor¨ªa del balompi¨¦ nacional.
Por todo esto, elegir diez representantes para competir en Budapest se antoj¨® complicado, pues no solo debieron tener en cuenta la calidad, sino la seguridad de todos los componentes. De hecho, dos jugadores -uno para el equipo masculino y otra para el femenino- residentes en Gaza no pudieron aceptar su plaza por el riesgo vital existente al salir de all¨ª. ¡°Esta Olimpiada representaba un paso importante en mi carrera y mi ausencia en la competici¨®n afecta a mi desarrollo y al cumplimiento tanto de mis sue?os como de mis objetivos¡±, nos comenta Heyam Zimmo, de tan solo 18 a?os. Un hecho en el que insiste su compa?ero Anas Kordya, de 19. ¡°La ocupaci¨®n evit¨® que cumpliera mi sue?o, pero ya no es solo la injusticia de no poder jugar internacionalmente, es que tampoco podemos hacerlo en nuestro pa¨ªs. Han destruido los sue?os que llev¨¢bamos a?os construyendo¡±.
¡°Palestina no tiene aeropuerto ni puerto, as¨ª que tenemos que salir o por Jordania o, los que viven en la Franja, por Egipto, con las evidentes dificultades que ello conlleva¡±, comenta Omar, residente en la parte palestina de Jerusal¨¦n. En esta Olimpiada, ante la dificultad de contar con representantes procedentes de Gaza, Palestina ha contado con jugadores residentes en Jordania, El L¨ªbano, Siria y Chile a los que tienen controlados ¡°gracias a un proceso interno para encontrar a los mejores disponibles¡±. El resultado, el mejor de su historia (87? clasificados en la secci¨®n Open y 95? en la secci¨®n femenina), tiene todav¨ªa m¨¢s m¨¦rito teniendo en cuenta su situaci¨®n actual.
Rusia no, Israel s¨ª
La casualidad quiso que mientras en una sala Eman Sawan se jugaba su medalla de oro, la Asamblea General de la Federaci¨®n Internacional (FIDE) planteara un hipot¨¦tico levantamiento de sanciones a Rusia y Bielorrusia (sin el apoyo de la mayor¨ªa de naciones), dos pa¨ªses que no tienen permitido participar en eventos internacionales desde la invasi¨®n del gigante sovi¨¦tico a Ucrania y cuyos jugadores han de jugar bajo el amparo de la bandera neutral de la FIDE. Dos conflictos internacionales verdaderamente similares que, en todos los ¨¢mbitos de la pol¨ªtica global, se han resuelto de manera muy distinta.
Y es que Israel, sobre el que no recae ning¨²n tipo de prohibici¨®n, fue un pa¨ªs m¨¢s durante todo el evento. ¡°Desafortunadamente, este tipo de decisiones demuestran la hipocres¨ªa de la FIDE. Por eso, ellos eligen un pa¨ªs sobre otro y apoyan a unos sobre otros. Todas las naciones dieron mucho apoyo a la Federaci¨®n de Ucrania baneando a los jugadores rusos y bielorrusos, pero no hubo nada contra la de Israel, ellos son bienvenidos. No hay nada que hacer, es siempre lo mismo¡±, denuncia con resignaci¨®n Omar, que estuvo presente en las diferentes sesiones del Congreso de la FIDE reclamando justicia para su pa¨ªs.
La participaci¨®n de la Selecci¨®n de Israel no solo incomoda a Palestina, sino a un gran porcentaje de los pa¨ªses ¨¢rabes. De hecho, la ¨²ltima jornada de la secci¨®n femenina depar¨® un Israel contra Ir¨¢n que ten¨ªa el resultado decidido antes de que las ajedrecistas se sentaran frente al tablero: las iran¨ªs no hicieron siquiera acto de presencia en la sala de juego. Desde hace a?os, el pa¨ªs del Ayatol¨¢ Jomeini (que lleg¨® a prohibir el ajedrez tras la Revoluci¨®n de 1979 haciendo una estricta interpretaci¨®n del Cor¨¢n) impide a sus deportistas competir contra ciudadanos israel¨ªs e impone duras sanciones a aquellos que no cumplen con lo establecido. Por ejemplo, en 2019, los Grandes Maestros Parham Maghsoodloo y Amin Tabatabaei, dos de los m¨¢s fuertes del mundo, incumplieron esta norma por desconocimiento de la procedencia de su rival en un torneo de r¨¢pidas y fueron castigados con tres meses sin salir de pa¨ªs, adem¨¢s de enfrentarse a tensos interrogatorios en un lugar desconocido. Para m¨¢s inri, todos sus compatriotas fueron borrados de participar en el Mundial de r¨¢pidas por su federaci¨®n.
Los primeros antecedentes de este veto en ajedrez datan de los Campeonatos del Mundo de la Juventud de 1998, celebrados en Oropesa del Mar. Ni los jugadores iran¨ªs ni los de Emiratos ?rabes Unidos ten¨ªan permitido jugar contra israel¨ªs. Con el paso del tiempo, otros pa¨ªses como Jordania, El L¨ªbano, Siria, Kuwait o Libia se unieron, mientras que Emiratos ?rabes Unidos sali¨® de la ecuaci¨®n, tal y como se ha demostrado en esta misma Olimpiada. Muchos son los deportistas que han sacrificado importantes resultados en sus carreras por ser fieles a las convicciones pol¨ªticas de sus l¨ªderes. Tan solo Alireza Firouzja, uno de los j¨®venes con m¨¢s progresi¨®n del mundo y actual n¨²mero 7 del mundo, renunci¨® a su nacionalidad en favor de la francesa para poder eludir el mandato de Ir¨¢n y poder pelear por su sue?o de ser campe¨®n del mundo.
Tras m¨¢s de 42.000 personas asesinadas en el conflicto, la ausencia de ajedrez es, sin duda, un problema menor en Palestina. A¨²n as¨ª, sigue habiendo gente dispuesta a arriesgar todo para reactivar la actividad. ¡°Estamos intentando ver si conseguimos hacer un torneo en los pr¨®ximos meses, pero es imposible planificar con tiempo. Tendremos que verlo sobre el terreno¡±, nos cuenta Omar, que mantiene la esperanza de recuperar un deporte que, al menos, les permita estar entretenidos y pensar en algo diferente a las bombas y los refugios. Mientras tanto, tendr¨¢n que conformarse con escuchar historias como la de su compatriota Eman y seguir batallando dejar de ser tratados como ¡°ciudadanos de segunda¡± y remendar miles de sue?os rotos.
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