La onda expansiva del fichaje de Rahm por el LIV
La marcha del vasco al LIV marcar¨¢ el acuerdo con el PGA, en una negociaci¨®n a la que la superliga saud¨ª se presenta ahora en una posici¨®n de fuerza.
EI se¨ªsmo provocado en el planeta golf por Jon Rahm con su fichaje por el LIV ya se siente, entre la perplejidad y la intriga de jugadores, aficionados, directivos y periodistas por saber qu¨¦ efectos tendr¨¢ en el futuro de este deporte, que estos d¨ªas se moldea entre bambalinas. Todos los an¨¢lisis coinciden en se?alar, tampoco es inventar la rueda, que tendr¨¢ un efecto muy significativo en las negociaciones que el PGA Tour y el LIV mantienen, con el DP World Tour como comparsa, para poner fin al cisma actual, con el 31 de este mes como fecha l¨ªmite.
Lo ¨²ltimo que se ha sabido, a trav¨¦s de un memorando enviado por Tiger Woods, el nuevo macho alfa en la junta que representa a los jugadores dentro del PGA, a sus compa?eros, es que la compa?¨ªa que el circuito estadounidense y la superliga saud¨ª decidieron crear en su principio de acuerdo del pasado junio estar¨¢ participada por los jugadores, que en un modelo in¨¦dito en el deporte mundial recibir¨¢n acciones y por tanto ser¨¢n part¨ªcipes de los beneficios de la competici¨®n para la que juegan. Como si Novak Djokovic recibiera una parte del pastel de los derechos audiovisuales de la ATP. Woods tambi¨¦n les asegura que se est¨¢n tomando las medidas necesarias para que no se vuelve a producir una decisi¨®n de esa magnitud sin la aprobaci¨®n previa de los afiliados, algo que ha desgastado mucho al comisionado, Jay Monahan, y que dej¨® entre los golfistas un regusto a traici¨®n que puede haber sido parte del combustible de Rahm, aunque siempre ha respaldado a Monahan.
La citada entidad estar¨ªa mayormente financiada por el PIF, el Fondo de Inversi¨®n Publica de Arabia, con su man¨¢ infinitito de petrod¨®lares, y tendr¨ªa voz en la gobernanza del PGA y el DP World Tour. Todo parece indicar que los circuitos seguir¨ªan operando por separado, pero se crear¨ªa una especie de calendario global que acomodara todos sus intereses y se permitir¨ªa a los ¡®fugados¡¯ al LIV volver a competir cuando lo deseen en sus antiguas casas, quiz¨¢ pagando alg¨²n tipo de multa o sin castigo alguno. Si esto se confirma la jugada ser¨ªa un win-win para Rahm, que tras hacer caja ser¨ªa libre para seguir movi¨¦ndose entre circuitos, con una agenda a su medida.
A esas conversaciones se sentar¨¢ a partir de ahora en una posici¨®n de dominio el LIV, que ni con los Dustin Johnson, Koepka, Mickelson y compa?¨ªa hab¨ªa dado un golpe de efecto como este. Si bien no est¨¢ claro hasta qu¨¦ punto Rahm ser¨¢ capaz de despertar inter¨¦s por un modelo que ha generado mucho m¨¢s enganche por la pol¨¦mica que por la calidad del producto, en t¨¦rminos de historia y cach¨¦ a a?os luz de su rival estadounidense, no est¨¢ del todo claro. En Espa?a, de hecho, no hay ning¨²n canal convencional por ahora que haya adquirido los derechos del LIV.
Lo que s¨ª est¨¢ claro es que el producto del PGA se ve muy depauperado por mucho que le queden figuras de la magnitud del maltrecho Tiger Woods, Scottie Scheffler o Rory McIlroy, quien se ha pronunciado sobre el asunto entre la sorpresa y la pena. ¡°Echar¨¦ de menos competir cada semana con ¨¦l. Quiero a Rahm en el pr¨®ximo equipo de la Ryder Cup. Si hace falta, habr¨¢ que reescribir las reglas¡±, asegur¨® el norirland¨¦s, m¨¢s tibio que nunca en esta refriega, que aboga ahora por ¡°dejar atr¨¢s¡± las diferencias y ¡°avanzar juntos¡±.
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