La hemeroteca desnuda a Rahm
El convulso fichaje de Jon Rahm por el circuito saud¨ª LIV Golf genera, a la par, un doble efecto de inevitable comprensi¨®n y de inevitable decepci¨®n. La comprensi¨®n se centra en tolerar, no queda otra, la libertad de cada persona de aceptar una oferta econ¨®mica, mucho m¨¢s si la cantidad es tan irrechazable como esos m¨¢s de 500 millones de euros que convierten a Rahm en uno de los deportistas mejor pagados del mundo y que le aseguran el futuro de varias generaciones familiares, algo que, por cierto, ya ten¨ªa garantizado con sus ganancias en el PGA Tour, como el propio jugador revel¨® recientemente: ¡°Podr¨ªa retirarme ahora y tener una vida muy feliz¡±. La decepci¨®n radica en el desconcertante cambio de discurso que ha acompa?ado a Rahmbo en la toma de esta decisi¨®n. La hemeroteca desnuda cruelmente al espa?ol, que en los ¨²ltimos meses pronunci¨® frases como ¡°nunca jugu¨¦ al golf por dinero, compito por amor al deporte¡±, ¡°declaro mi lealtad m¨¢s absoluta al PGA¡±, ¡°tres rondas sin corte no es golf¡± o ¡°no pienso que la Liga saud¨ª sea beneficiosa para m¨ª¡±.
L¨®gicamente, est¨¢ en su derecho de variar de opini¨®n, y m¨¢s con esas mareantes cifras de petrod¨®lares. Otras estrellas del golf tomaron ese camino a Arabia Saud¨ª antes que ¨¦l: Phil Mickelson, Brooks Koepka, Dustin Johnson, Sergio Garc¨ªa¡ Adem¨¢s de varios ilustres futbolistas: Cristiano Ronaldo, Benzema, Neymar¡ Pero es el mismo derecho que puede sentir el aficionado de sentirse enga?ado y defraudado por un ¨ªdolo. Desde la perspectiva del romanticismo que tambi¨¦n arropa a la competici¨®n, la marcha de Rahm supone una bofetada. Menos mal que, al menos, podr¨¢ seguir jugando los cuatros majors, a la espera de que PGA y LIV puedan llegar a un acuerdo de fusi¨®n o convivencia. Hasta los m¨¢s rom¨¢nticos sucumben al poder del dinero.
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