Jon Rahm se acerca al ¡®click¡¯ en Augusta

El resultado final podr¨¢ (o no, todo se andar¨¢ el domingo) transmitir sensaciones negativas. Pero parece que Jon Rahm tendr¨¢ en cualquier caso un clavo al que aferrarse tras el Masters de Augusta. Lo dijo de viva voz este s¨¢bado, tras tirar un 70 (-2 para par), su mejor tanteo de la edici¨®n, en una vuelta que empez¨® consistente y se fue diluyendo con el paso de los hoyos. ¡°S¨ª, estoy muy cerca de lo que ando buscando¡±, respondi¨® categ¨®rico a los medios espa?oles desplazados el de Barrika.

Lo que est¨¢ buscando exactamente es solucionar los problemas derivados de la varilla que llevaba antes en el driver. Para cuando se dio cuenta de que ya no se ajustaba a su juego, el vasco hab¨ªa adquirido ciertos vicios en su movimiento con los que compensaba el fallo recurrente por la izquierda al que le conduc¨ªa ese material. Y arreglar eso en un swing, que es casi como decir un tratado de f¨ªsica, lleva su tiempo. Rickie Fowler, Jordan Spieth, m¨¢s recientemente Max Homa... Los casos abundan. Pedirle resultados inmediatos a un jugador que atraviesa un proceso como ese es como pedirle a un beb¨¦ que ande antes de nacer.

En reajustar las cosas anda desde hace meses, concretamente desde que cambi¨® de varilla para el LIV de Nashville el a?o pasado. Es lo que falta para que todo vuelva a hacer ¡®click¡¯. Como en ese glorioso 2023 que le situ¨® definitivamente entre los cinco mejores jugadores del panorama actual. ¡°Me veo un poco m¨¢s c¨®modo en general. La sensaci¨®n ha sido la misma que ayer y el d¨ªa anterior. Los errores han sido m¨ªos, mentales. El del 9 quiz¨¢ no entre comillas. Hemos pensado que igual llevaba barro la bola, porque ten¨ªa tanto draw (efecto de derecha a izquierda) que casi ni queriendo¡°, detall¨®, y lament¨® ¡±no haber aprovechado el 13 y el 15¡å, dos pares 5 en los que estuvo bien colocado de salida pero se enred¨® camino al hoyo.

Antes hab¨ªa embocado tres birdies por los tres primeros. Cubri¨® cuatro hoyos a un putt por segmento y parec¨ªa que era uno de esos d¨ªas. Encaj¨® un bogey al 5, tripateando desde una posici¨®n complicada, pero recuper¨® en el 8. La cosa en ese momento era salir vivo de Amen Corner y atacar entre el 13 y el 16, un tramo que se deja meter mano. Fue a hacer birdie en las dos oportunidades menos claras, aunque solo sea por el par, un 4 el del 14 y un 3 el del 16.

El -4 que llevaba en esos momentos, -2 en el acumulado, se quedaba corto sin embargo para so?ar en grande. Incluso en Augusta, que ha fabricado tragedias inasequibles hasta para Shakespeare por los nueve segundos del domingo. Y donde nadie ha remontado m¨¢s golpes el ¨²ltimo d¨ªa que los ocho que enjug¨® Jack Burke para ponerse la chaqueta verde en 1956. Por entonces Rahm andaba a siete de Justin Rose, el l¨ªder, que a¨²n no hab¨ªa salido a jugar. Restar en el 16 y el 17 habr¨ªa abierto una peque?a rendija a la irracionalidad. Se habr¨ªa dicho que Gary Player remont¨® siete en 1978, y que Nick Faldo sali¨® seis abajo a la ¨²ltima vuelta en su triunfo de 1996. En lugar de eso, bogey-bogey.

¡°A ver si de ahora en adelante puedo seguir haci¨¦ndolo bien¡±, plante¨® el vizca¨ªno, que el viernes, tras completar el recorrido, se fue al campo de pr¨¢cticas a seguir buscando la buena vibra. ¡°Le expliqu¨¦ un poco a mi entrenador (Dave Philips) lo que sent¨ªa. Estaba bien con todos los palos menos con el driver y quer¨ªa por lo menos entender por qu¨¦. Mejor¨¦ mucho la sensaci¨®n y desde el tee hoy (por este s¨¢bado) ha ido bien". Esta Masters no ser¨¢ el tercer major de sus vitrinas, pero s¨ª podr¨ªa funcionar como la primera piedra del siguiente.

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