Hidalgo remata la gesta: campe¨®n del Open

Un reconfortante sol de mediod¨ªa calentaba el Club de Campo este domingo cuando tres espa?olitos se juntaron en el tee del 1 para jugar el partido estelar del 96? Open de Espa?a, ofreciendo de paso un recordatorio de que el golf goza de buena salud en este pa¨ªs. Ah¨ª estaban ?ngel Hidalgo, que sal¨ªa l¨ªder en -13, y Jon Rahm y David Puig, dispuestos a darle caza desde sus respectivos -11 y -10. Cada uno de su padre y de su madre, con or¨ªgenes y trayectorias distintas; todos englobados en la generaci¨®n nacida entre 1995 y 2005, de la que en unos a?os quiz¨¢ se hable como la mejor que han alumbrado las escuelas nacionales. Bajo la atenta mirada de cientos, que repartieron sus esfuerzos vocales a partes iguales, al fin y al cabo todo quedaba en familia, sus salidas se perdieron en las profundidades del Black Course, donde aguardaban miles para ver pasar la segunda edici¨®n de un ¨²ltimo grupo patrio en el desenlace de este torneo, tras la protagonizada en 2019 por Rafa Cabrera, Samuel del Val y Jon Rahm. Se repiti¨® el guion, pero no el final. Esta vez gan¨® el tapado, Hidalgo, que amarr¨® el primer entorchado de su carrera en las grandes ligas en un playoff para la hemeroteca con Rahm, al que tumb¨® en el segundo hoyo del desempate. Con este, cinco de los seis ¨²ltimos Open han quedado en casa.

Dado el curriculum de Rahm y el precedente m¨¢s reciente de Puig en una situaci¨®n como esta, ese 62 final para ganar en Malasia en febrero, la cuesti¨®n pr¨¢cticamente se reduc¨ªa a c¨®mo iba a gestionar su liderato Hidalgo, in¨¦dito en el circuito europeo hasta ahora, con una victoria en el Challenge Tour (la segunda divisi¨®n del Viejo Continente) y dos en el Alps (la tercera) como ¨²nicas referencias de su palmar¨¦s. Que por detr¨¢s le iban a apretar era valor seguro. Y el marbell¨ª, que jug¨® de f¨¢bula el primer d¨ªa y administr¨® con solvencia el negociado viernes y s¨¢bado, que asegur¨® que estar¨ªa ¡°cagado¡± si le tocaba pinchar bola el domingo junto a Rahm, termin¨® acusando la presi¨®n. Fall¨® la calle en el 1 y fall¨® despu¨¦s el green y despu¨¦s un putt de menos de un metro para par. Sus perseguidores hicieron el birdie y todo se comprimi¨® en dos golpes.

Cogi¨® fuerza a partir de ah¨ª la causa de Puig, que se anot¨® otros tres birdies antes del 7 y lleg¨® a liderar en solitario. Pero la maquinaria se enfri¨® con un bogey a tres putts en el 8. Al mismo tiempo que la de Rahmbo, que tripate¨® los dos primeros pares 5, dos de los cuatro hoyos m¨¢s amables del torneo. El 4, para par y el 7, para bogey. La clase de contratiempos que desmontar¨ªan a otro con menos pedigr¨ª competitivo. La reacci¨®n de Jon, en cambio, fueron tres birdies consecutivos del 8 al 10. Le dio la r¨¦plica en los dos primeros Hidalgo. Eran como un pelot¨®n de ciclistas escapados. Ahora tiras t¨², ahora paso yo. No solo en Z¨²rich se dieron relevos este domingo.

En ese s¨ªmil Pogacar era Rahm, que ya compart¨ªa cabeza de carrera con Hidalgo a la altura del 10. El binomio aguant¨® hasta el 13. Ah¨ª el vasco y Puig bloquearon sus salidas por la derecha y Jon se top¨® con una rama intentando buscar el green desde la pinaza. Doble bogey para ¨¦l, bogey para el catal¨¢n. El putt c¨®modo de birdie que se dej¨® Hidalgo, casi una sentencia, lami¨® el borde del hoyo sin querer caer. A la chita callando se meti¨® de ¡®acoplado¡¯ en el pulso espa?ol el sueco Fahrbring, un tipo que no se tom¨® en serio esto de ser profesional hasta los 24, cuando termin¨® sus estudios, y que ni siquiera tiene derechos de juego completos en el tour. Seis birdies y un eagle, producci¨®n imponente en un domingo, le llevaron a la pomada, pero el cuarto de sus cinco bogeys, en el 15, le alej¨® de la tierra prometida. De los popes internacionales solo asom¨® por arriba, cuando estaba todo el pescado vendido, Tommy Fleetwood (-5 para -10). Patrick Reed, el que llegaba con m¨¢s opciones a los ¨²ltimos 18 hoyos, se despidi¨® con un par para -8.

Lleg¨® a los ¨²ltimos cinco Hidalgo con dos de ventaja, los mismos con los que hab¨ªa empezado. Un escenario que no habr¨ªa imaginado ¡°ni de co?a¡± el mi¨¦rcoles, mucho menos en la recta final del domingo. Un tren que en este deporte siempre puede ser el ¨²ltimo, as¨ª que conviene tener sentido de la oportunidad. Y el que no tuvo en ese putt del 13 si lo exhibi¨® justo a continuaci¨®n, embocando en el 14 desde m¨¢s de cinco metros para neutralizar el birdie de Rahm en el ¨²ltimo par 5 de la jornada. Puig, que no le sac¨® juego, se termin¨® de autodescartar con un bogey al 15. Entre todos le asfaltaban la carretera hacia la gloria a Hidalgo, que cumpl¨ªa con su parte.

¡®El Rata¡¯, como se le conoce en los c¨ªrculos golf¨ªsticos por su tendencia a meterse en problemas de m¨¢s joven, jug¨® sin bogeys desde el 6. Hizo lo que se le presupon¨ªa, pero eso no siempre es suficiente cuando te mides con un talento generacional, y Rahm todav¨ªa descerrajar¨ªa una carga final con un birdie de larga distancia en el 17 (que el andaluz aplaudi¨® con deportividad) y otro en el 18, que otra vez invitaba a buscar green desde el tee. Ninguno encontr¨® respuesta de ?ngel y toc¨® playoff. Volvieron a dejarse exactamente el mismo putt de birdie, volvieron a embocarlo.

A la segunda ser¨ªa la vencida. Hidalgo se dej¨® un approach m¨¢s c¨®modo que el de Rahm, que ya no pas¨® del 4. Gan¨® as¨ª el p¨²blico, que descubri¨® un talento semioculto; gan¨® este deporte, que produjo una de esas historias que se emplatan solas, y gan¨® la sencillez de Hidalgo, quien de puertas afuera (qui¨¦n sabe en su fuero interno) nunca crey¨® que esta fuera a ser su semana y acab¨® con la corona de campe¨®n, el 20? espa?ol en la historia del torneo, ce?ida en su melena rockera.

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