Jon Rahm vuelve a la ¡®casa de los horrores¡¯ del US Open

Si esto fuera un prospecto les aconsejar¨ªamos que se midiesen la tensi¨®n antes de cada dosis durante los pr¨®ximos cuatro d¨ªas, que evitasen las grasas saturadas y que se hidraten adecuadamente. Lo que van a presenciar en el US Open que arranca este jueves (14:00, Movistar Golf) en Oakmont (Pennsylvania, EE UU) ser¨¢ golf en su estado m¨¢s descarnado. Ser¨¢ estimulante, ser¨¢ emocionante. No ser¨¢ agradable.

Salvo que la lluvia asista, cosa probable el fin de semana, se puede esperar un ganador en el entorno del par. En ning¨²n caso muy lejos de ¨¦l. El registro de las nueve ediciones previas en esta sede, la ¡®casa¡¯ del US Open (con esta se convierte en la m¨¢s visitada de la historia del torneo), en cuya rotaci¨®n entr¨® por primera vez en 1927, arroja los -5 de Ben Hogan en 1953, Johnny Miller en 1973 y Ernie Els en 1994 como los resultados m¨¢s bajos de un ganador all¨ª. ?ngel Cabrera se fue hasta +5 en su victoria en 2007.

Y los d¨ªas previos han sido b¨¢sicamente una sucesi¨®n de v¨ªdeos que muestran a algunos de los mejores golfistas del mundo, tipos con velocidades de swing que rondan los 200 km/h, incapaces de avanzar la bola 50 metros desde el rough. De eso, al fin y al cabo, se supone que va un US Open. La USGA, que, por suerte para los participantes va con el freno de mano echado desde la masacre de hace siete a?os en Winged Foot, propone, y los dioses del golf disponen.

A ese destino inescrutable, aunque s¨ª hay algo que se puede esperar de Oakmont y es un gran campe¨®n (a los citados anteriormente habr¨ªa que a?adir a Nicklaus, Dustin Johnson o ?ngel Cabrera), se enfrentan desde esta ma?ana 156 golfistas en el ¡®torneo m¨¢s abierto del mundo¡¯, que entre sus cuentos de hadas incluye este a?o a un antiguo caddie del campo reconvertido en dentista clasificado a trav¨¦s de una previa en Wisconsin.

La aportaci¨®n espa?ola al elenco se reduce este a?o a Jon Rahm (desde las 19:14 hoy) y Josele Ballester (13:30). Un diestro que ya ha dado grandes tardes y un novillero que toma la alternativa tras convertirse el a?o pasado en el primer campe¨®n espa?ol del US Amateur, debutante la semana pasada en el LIV con un 50? plaza que invita a pensar en el corte como meta. ?l mismo, el 21? espa?ol que debuta en 124 ediciones de la cita, dice que se ve lejos de los mejores. No lo estar¨¢ por mucho tiempo.

El que lleva Jon Rahm sin ser un factor real en la ecuaci¨®n de un major. Una secuencia de a?o y medio que coincide en el tiempo con su afiliaci¨®n a la superliga saud¨ª. Sin victorias en lo que va de su segunda temporada, ya reconoce que los 21 top-10 que ha apilado, incluyendo dos t¨ªtulos el a?o pasado, no son la medida ideal de un jugador de su calibre: ¡°He jugado buen golf, pero mentir¨ªa si dijera que conseguir top-10 en un field m¨¢s peque?o no es m¨¢s f¨¢cil (el PGA se mueve en torno a 150 jugadores en un torneo regular y el LIV alinea 54). ?Con fields completos hubiese conseguido tantos? No. Cambiar¨ªa varios de ellos por alguna victoria m¨¢s¡±.

El ¨²ltimo lleg¨® hace unos d¨ªas en Virginia, donde volvi¨® a dejar sensaciones encontradas. En Oakmont su ¨²nico precedente es en 2016, cuando fue el mejor amateur y top-25. Eso, y que si esto va a ir de selecci¨®n natural Rahm est¨¢ ente los m¨¢s fuertes (pongan ah¨ª a Scheffler, DeChambeau y McIlroy, los candidatos perennes en el Grand Slam ahora mismo), es el clavo ardiendo del golf espa?ol ante un US Open que se prev¨¦ tan crudo como necesario. Un oasis de verdad golf¨ªstica en el que los pares son birdies y no hay ganador injusto.

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