Francia se enchufa de nuevo a la pelea por el Seis Naciones
El Gallo saca el bonus sobre la bocina y vuelve a tener algo que decir en la pelea por el Seis Naciones. Escocia domina pero se hace el harakiri al final.
La 100? edici¨®n de la rivalidad entre Francia y Escocia, que en el ecosistema del Seis Naciones merece hasta trofeo propio, el Auld Alliance, homenaje a la entente que formaron ambos en la Edad Media para combatir a Inglaterra, pudo acabar en centenariazo escoc¨¦s, pero termin¨® en tarde gloriosa para la primera (32-21), que se reenchufa a la pelea por el Seis Naciones tras un arranque de torneo di¨¦sel de la vigente campeona.
Fue una tarde accidentada, marcada de salida por las dos expulsiones que el georgiano Amashukeli decret¨® en los primeros diez minutos. Gilchrist fue el primer damnificado y le sigui¨® poco despu¨¦s el local Haouas, que engrosa su lista de desvar¨ªos internacionales. Atendiendo al reglamento, ambas pertinentes. La reflexi¨®n estar¨ªa m¨¢s en si ese reglamento, pensado para proteger la salud de los jugadores ante las crecientes evidencias de que la pr¨¢ctica del rugby profesional incrementa las posibilidades de acabar padeciendo enfermedades mentales, est¨¢ desvirtuando en cierta manera lo que siempre ha sido un deporte de (contundente) contacto.
Sea como sea, Francia hab¨ªa entrado mejor al campo y antes de que Gilchrist enfilara los vestuarios Ntamack ya hab¨ªa encendido el Stade de France culminando una buena secuencia de su equipo por un costado. Ya en superioridad Dumortier explot¨® de nuevo el flanco derecho escoc¨¦s y, cuando los n¨²meros volvieron a equilibrarse, Escocia se dispar¨® en el pie por primera vez. La planitud de su l¨ªnea en un despliegue la ley¨® avispado Ramos, que se agenci¨® la almendra y se fue hasta la zona de marca sin oposici¨®n.
Supuso el toque de atenci¨®n definitivo para los caledonios. La chispa que encendi¨® la llama de Finn Russell, imperial a partir de entonces, el hombre del partido junto al multiusos Tuipulotu, a un Fickou de nuevo en su versi¨®n m¨¢s estajanovista y al inenarrable Dupont, desaparecido esta vez Van der Merwe en las filas isle?as. Avis¨® el alba?il convertido en violinista con una patada milim¨¦trica para encajonar a Francia en su 22 y acto seguido le regal¨® a Huw Jones su primer posado del d¨ªa en una jugada en la que modific¨® el espacio-tiempo para los dos franceses que fueron a por ¨¦l.
Afianz¨® Escocia la reacci¨®n. El campo y las estad¨ªsticas fueron suyos desde entonces hasta el pitido final. Pero al Cardo no le sienta bien el papel de protagonista y lo volvi¨® a demostrar. Complet¨® todo el abanico de pecados posibles en sus visitas a campo rival. Ahora un adelantado de Turner en una abierta, despu¨¦s una touch perdida en campo rival... El segundo ensayo de Jones, amaneciendo la segunda mitad, parec¨ªa determinar irremediablamente la din¨¢mica del partido. El viento soplaba en direcci¨®n Edimburgo.
Hasta el 80¡ä, Francia solo sum¨® una vez, con el pie de Ramos, y en cambio una marca de Russell dejaba a Escocia a tiro de ensayo sin convertir para los ¨²ltimos diez minutos. Hasta dos veces le regal¨® el rival la posibilidad de un ¨²ltimo ataque. Las dos oportunidades se fueron por el sumidero de un equipo habituado al harakiri, que encima vio como Fickou, a tiempo cumplido, le levantaba el bonus defensivo y amarraba el ofensivo para su pa¨ªs. De repente, la pugna por el t¨ªtulo es cosa de cuatro (adem¨¢s de estos dos, Irlanda e Inglaterra, victoriosas el s¨¢bado). Y quedan cruces directos entre Inglaterra y Francia, Inglaterra e Irlanda y Escocia e Irlanda. Ag¨¢rrense.