El PGA Tour y LVI Golf, protagonizan una guerra nunca antes vista en el golf
Capital econ¨®mico de Arabia Saudita ha fragmentado el golf con la creaci¨®n de un certamen que incluye torneos con bolsas econ¨®micamente m¨¢s atractivas
En un deporte tradicionalmente conocido por su comportamiento ¡°entre caballeros¡±, no es usual que el golf viva una batalla de dos bandos por el control del juego.
Con el PGA Tour marcando el pulso durante d¨¦cadas, los jugadores se acostumbraron a las tradiciones y conductas de esta organizaci¨®n fundada en 1929, hasta la irrupci¨®n en el ¨²ltimo mes de LVI Golf, un circuito respaldado por Arabia Saudita que ha contratado a un pu?ado de los nombres m¨¢s conocidos dentro de los campos como Phil Mickelson, poniendo en sus cuentas bancarias montos millonarios nunca antes vistos.
Para contrarrestar la ofensiva saud¨ª, el PGA Tour devolvi¨® el golpe al suspender de sus torneos avalados a 17 jugadores que participaron en el primer certamen de LVI Golf. La PGA se?al¨® que los profesionales ¡°rebeldes¡± y cualquier otro profesional que se uniera a ellos, ¡°ya no eran elegibles para participar¡± en los eventos que durante d¨¦cadas han sido el nivel m¨¢s alto de golf profesional en el mundo.
El mi¨¦rcoles 22 de junio, Jay Monahan, comisionado del PGA Tour, contundentemente dijo que los ¨¢rabes estaban intentando ¡°comprar el deporte¡± y que ¡°si esto es una carrera armamentista, y si las ¨²nicas armas aqu¨ª son los billetes de d¨®lar, el PGA Tour no puede competir¡±, dijo Monahan a los periodistas en la v¨ªspera del Travelers Championship en el centro de Connecticut. ¡°El PGA Tour, una instituci¨®n estadounidense, no puede competir con una monarqu¨ªa extranjera que est¨¢ gastando miles de millones de d¨®lares en un intento de comprar el juego de golf.
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Minutos despu¨¦s de las declaraciones de Monahan, los saud¨ªes enviaron otro misil de poder al dar a conocer que el cuatro veces campe¨®n de Major, Brooks Koepk , hab¨ªa dejado oficialmente el PGA Tour para unirse al circuito alternativo. LIV Golf tambi¨¦n anunci¨® la mayor¨ªa del campo para su primer torneo en los Estados Unidos, que comenzar¨¢ el 30 de junio en Pumpkin Ridge Golf Club en las afueras de Portland, Oregon.
Golfistas como el mexicano Abraham Ancer no pudieron resistir la seducci¨®n de LIV Golf, cert¨¢menes son m¨¢s cortos que los del PGA Tour (tres d¨ªas en lugar de cuatro) y ofrecen grandes pagos, con ganadores individuales que reciben cuatro millones de d¨®lares y los miembros de los equipos ganadores bolsas para compartir de tres millones, mucho m¨¢s dinero que la gran mayor¨ªa de los torneos del PGA Tour.
Con los saud¨ªes, los ¨²ltimos lugares reciben 120,000 d¨®lares, mientras que en el PGA Tour los que no pasan el corte despu¨¦s de dos rondas no obtienen nada.
Sin televisi¨®n
A pesar del atractivo econ¨®mico y las grandes estrellas que han reunido, las cadenas de televisi¨®n estadounidense no se han interesado por transmitir el LIV Golf, en gran medida porque est¨¢n contentos con los n¨²meros de audiencia y acuerdos que mantienen con el PGA Tour.
Entre otros de los obst¨¢culos que est¨¢ enfrentando el nuevo circuito, es la ausencia de patrocinadores. Las marcas est¨¢n dando de baja a los jugadores que emigraron debido a la asociaci¨®n con Arabia Saudita o porque las s empresas no quieren apoyar a los golfistas que compiten en un circuito que pocos ven.
Sin embargo, esto poco parece importar a Arabia Saudita que mantiene la intenci¨®n de que ambas giras coexistan o apoderarse de todo el ¡°deporte de caballeros¡±.