El imperio de Ohtani: los Dodgers ganan la MLB

Ni un primer tercio de partido mastod¨®ntico, tres jonrones en las tres primeras entradas, pudo evitar lo que parec¨ªa inevitable cuando Los Angeles Dodgers se adjudicaron, en la madrugada del lunes al martes, el tercer partido de las Series Mundiales en el Yankee Stadium de Nueva York. Ning¨²n equipo hab¨ªa conseguido remontar un 3-0 en la historia del Cl¨¢sico de Oto?o. Ninguno, de hecho, salvo los Boston Red Sox en la final de la Liga Americana (una de las dos que conforman la MLB, como las conferencias en la NBA) de 2004, precisamente ante los Yankees en una gesta que ahora narra un recomendable documental de Netflix, lo ha conseguido en toda la historia de los playoffs. Y as¨ª seguir¨¢ siendo. Los angelinos sentenciaron su enfrentamiento contra los neoyorquinos con un 6-7 en el quinto partido a lomos de una quinta entrada dram¨¢tica, a la que llegaron cinco carreras abajo para salir de ella con un empate que acabar¨ªa convertido en victoria tras anotar dos m¨¢s en la octava.

Pintaba una noche ¨¦pica en el Bronx, convertido en un infierno para el equipo rival. Una caldera que lleg¨® a alcanzar niveles de temperatura inaceptables en ese intento de dos aficionados de arrebatarle el guante a Mookie Betts en el cuarto encuentro, cuando el MVP de la Liga Americana en 2018 atrap¨® una pelota ¡®in extremis¡¯ en la zona del jard¨ªn derecho colindante con la tribuna. Una interferencia inaceptable que termin¨® con ambos seguidores expulsados del estadio, pero que parec¨ªa surtir efecto en las cabezas de los Dodgers. Sus bates callaban y en cambio los Yankees encontraban nuevos h¨¦roes en Austin Wells o Anthony Volpe, un chico de Nueva Jersey que estuvo en los festejos por el anillo de 2009, el ¨²ltimo hasta la fecha de la franquicia m¨¢s laureada del b¨¦isbol, y 15 a?os despu¨¦s protagoniz¨® el 23? Grand Slam de la historia de las Series Mundiales, el cuadrangular que encarrilaba el triunfo del equipo de sus amores y devolv¨ªa la esperanza a la Gran Manzana.

El cambio de din¨¢mica se consolidaba en el arranque del quinto envite. Gerrit Cole no hac¨ªa prisioneros en el mont¨ªculo, inmaculado durante cuatro entradas, y Aaron Judge (al fin Judge) y Jazz Chisholm Jr. sacaban dos pelotas del estadio de forma consecutiva en el primer turno de bateo local, los primeros en sucederse en una vuelta completa al diamante en este escenario desde 1977. En la tercera se un¨ªa a la fiesta Giancarlo Stanton, un jugador que en noches como esta demuestra por qu¨¦ tiene un contrato de ocho cifras con solo un arma, la potencia pura, en su arsenal. Su swing al cielo de Nueva York le catapult¨® al top-10 de jugadores con m¨¢s jonrones en playoffs, 18 en su caso, de todos los tiempos. Para entonces los Yankees ten¨ªan el partido bien agarrado por la solapas, pero en la quinta todo se torci¨®, cuando empezaron a regalar bases a los Dodgers. Algo contraindicado para cualquier equipo, que ante los de Dave Roberts adquiere categor¨ªa de suicidio. El destino quiso que fuese precisamente Judge, la bandera de un proyecto que ahora tiene que decidir si se adentra en lo que se prev¨¦ una agresiva subasta por Juan Soto, la otra gran luminaria de esta temporada, quien activara un domin¨® de errores en defensa neoyorquinos que abri¨® las puertas de la remontada a los Dodgers. En ese out rutinario que dej¨® escapar el jardinero californiano estuvo el principio del fin de los ¡®Bombarderos del Bronx¡¯.

Nada pudo hacer el bullpen de Aaron Boone para apartar a los Dodgers de su octavo t¨ªtulo, el cuarto que consiguen ante los Yankees, con los que integran el enfrentamiento m¨¢s repetido de la historia de las Series Mundiales, 12 ocasiones con esta, las primeras en esos a?os 40 y 50 del siglo pasado que dieron forma al car¨¢cter at¨¢vico de esta rivalidad (m¨¢s sosegada, en cualquier caso, que la que mantienen Yankees y Red Sox), cuando los Dodgers a¨²n llamaban a Brooklyn su casa y los duelos entre ambos equipos se conoc¨ªan popularmente como las ¡®Series del Metro¡¯. El cara a cara en las finales a¨²n lo dominan claramente los de la costa este, la organizaci¨®n que m¨¢s veces se ha agenciado el Trofeo del Comisionado (27, 16 m¨¢s que los St. Louis Cardinals, segundos en el palmar¨¦s), pero tienen trabajo por delante si quieren seguir plantando cara en lo que apunta a ser una d¨¦cada (o m¨¢s) de dominio de unos Dodgers convertidos, por potencia financiera, cultura y profundidad, y con permiso de los Atlanta Braves, en la estructura ideal del b¨¦isbol contempor¨¢neo.

Del n¨²cleo duro del anillo de 2020 perdieron en el camino a este nuevo ¨¦xito piezas importantes como Cody Bellinger o Corey Seager, pero mantuvieron otros engranajes esenciales como Betts, Max Muncy o Will Smith y en 2022 consiguieron sacar a Freddie Freeman de Atlanta, donde en 2020 hab¨ªa sido MVP de la Liga Nacional y campe¨®n en 2021. Estas Series Mundiales, en las que ha empatado el r¨¦cord hist¨®rico de carreras impulsadas (12) jugando con un tobillo mermado, en las que conect¨® un walkoff Grand Slam en el primer partido que pondr¨¢n repetido en televisi¨®n hasta el fin de los d¨ªas, estar¨¢n para siempre asociadas a su nombre.

De ah¨ª al invierno pasado, cuando dieron el pu?etazo definitivo en la mesa. Se hicieron con los servicios del activo m¨¢s apetecible del mercado japon¨¦s en la ¨²ltima agencia libre, Yoshinobu Yamamoto, de un pitcher contrastad¨ªsimo como Tyler Glasnow v¨ªa sign and trade, de un actor secundario muy productivo como Te¨®scar Hern¨¢ndez y de la joya de la corona, Shohei Ohtani, el mejor jugador libra por libra en la actualidad, un unicornio capaz de lanzar y batear en par¨¢metros de absoluta ¨¦lite al que dieron el mayor contrato firmado jam¨¢s en este deporte, 700 millones de d¨®lares por 10 a?os. En total m¨¢s de 1.000 millones de gasto sumando los 325 ¡®kilos¡¯ por 12 cursos que le firmaron a Yamamoto, los 23,5 por uno de Hern¨¢ndez y los 136,5 por cinco de Glasnow.

Ohtani, el emperador de la nueva dinast¨ªa Dodger

Un despiporre que ni siquiera les deja sin margen de maniobra para el futuro, pues de los 700 millones de Ohtani 680 est¨¢n diferidos al periodo 2034-2044, cuando el contrato ya habr¨¢ vencido. Hasta entonces solo cobrar¨¢ dos por a?o, un sueldo de relevista rampl¨®n. Obra maestra de ingenier¨ªa en los despachos cuyo valor aumenta con las oportunidades de negocio que ha generado el fichaje para la franquicia en Jap¨®n, donde los Dodgers ya son de calle el equipo m¨¢s popular (los partidos de la final han tenido una media de 15 millones de espectadores en el pa¨ªs asi¨¢tico). No ser¨ªa descabellado decir que la adquisici¨®n se va a pagar sola, y los r¨¦ditos que ha dejado ya en el campo la justifican, como se esperaba, de pleno. Ohtani ha sido el MVP de la Liga Nacional esta temporada y el primer jugador de la historia que acumula 50 o m¨¢s jonrones y 50 o m¨¢s bases robadas en una ¨²nica temporada. ?l y Yamamoto son el 14? y 15? en la lista de japoneses que han ganado la liga nipona y la MLB.

Ambos figuraron en el equipo que derrot¨® a Estados Unidos en la final del ¨²ltimo Cl¨¢sico Mundial, y fueron objeto de programaciones monogr¨¢ficas en televisiones y ediciones especiales en los diarios de su archipi¨¦lago natal. ¡°Ohtani es la fuente de mi energ¨ªa. Cuando no est¨¢ bien, yo tambi¨¦n me encuentro mal¡±, llega a afirmar una fan citada por el Hollywood Reporter. Varias publicaciones le tildaban de ¡°orgullo de Jap¨®n¡±, y eso que su presencia en las Series Mundiales no ha sido la m¨¢s determinante. Mermado desde que sufriera una semiluxaci¨®n en el hombro izquierdo intentando robar una base en el tercer partido, ha bateado ligeramente por encima del 10% con un doble, dos bases por bolas, cinco strikeouts y ninguna carrera impulsada. En el c¨®mputo global de la postemporada tiene un 23% de promedio con tres cuadrangulares, 13 bases por bolas y 10 carreras remolcadas, un 37% de porcentaje de embasado, un .393 de slugging y un .767 en la combinaci¨®n de estas dos ¨²ltimas, lo que se conoce como OPS. Una primera experiencia en playoffs satisfactoria tras la traves¨ªa en el desierto que fue su estancia con los Angels, en el otro extremo de la ciudad, pese a que solo ha podido mostrar la mitad de sus atributos, pues no ha pisado el mont¨ªculo este a?o tras operarse al final de la pasada temporada.

Para 2025 se espera que vuelva a esas labores de lanzamiento, en las que su equipo ha terminado ech¨¢ndole de menos por una plaga de lesiones que les ha dejado en estos playoffs sin Glasnow, un candidato al Sal¨®n de la Fama como Clayton Kershaw, Tony Gonsolin, Dustin May o Evan Philips, todos piezas importantes de su rotaci¨®n y bullpen. Ninguna de esas bajas les ha detenido en su camino a la cima. Esta es una franquicia que desaf¨ªa el aforismo beisbol¨ªstico de que no hay equipo lo suficientemente profundo. Y ya arrecian los rumores que les sit¨²an en la puja por Soto este invierno. O los Yankees evitan la fuga del dominicano a tierras m¨¢s soleadas o el deporte m¨¢s random que la humanidad ha alumbrado corre el riesgo de convertirse en uno previsible: el de la dinast¨ªa de los Dodgers y su ¨²ltimo emperador, Shohei Ohtani.

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