El d¨ªa que John Daly fue el ¡®quinto Beatle¡¯
El golfista estadounidense tiene un hueco en las paredes de The Cavern, el m¨ªtico club de Liverpool, en el que toc¨® durante el British Open de 2006.
En las paredes de The Cavern, el archiconocido club de Liverpool en el que empezaron los Beatles, que es en s¨ª mismo un tomo de historia de la m¨²sica contempor¨¢nea, hay un hueco para el golf. Sorprende al visitante a este templo del rock, entre fotos de los Rolling Stones, The Who, The Kinks, Queen, Oasis o Arctic Monkeys, una instant¨¢nea de John Daly, uno de los jugadores m¨¢s estramb¨®ticos que ha dado este deporte.
Una de las aristas de la poli¨¦drica personalidad de Daly, junto con su desmesurada su afici¨®n por la Coca-Cola o su destreza manejando las brasas, est¨¢ en la m¨²sica. El californiano se defiende bien con una guitarra en las manos, y se encuentra c¨®modo en el folclore estadounidense. Ha versionado Knockin¡¯ on Heavens Door en directo en m¨²ltiples ocasiones, ha aparecido en un ¨¢lbum de Kid Rock y ha publicado dos discos de su propia cosecha en los que ha colaborado Darius Rucker, de Hootie & The Blowfish, una banda esencial en la escena norteamericana de los 90.
C¨®mo no, el golf ha jugado un papel en sus letras, como esa estrofa de Mr. Fan en la que canta: ¡°Estoy haciendo lo que puedo, con el ojo puesto en la calle, el driver en mis manos. Lo voy a agarrar y lo voy a reventar, es lo que quieres que haga. Ojal¨¢ pudiera cambiar las cosas, las l¨¢grimas humedecen mis ojos. No he visto mi nombre en la la primera plaza de la tabla en a?os¡±.
Volviendo a The Cavern, el motivo por el que John tiene un ladrillo a su nombre en el ¡®Wall of Fame¡¯ (la ¡®Pared de la Fama¡¯), y adem¨¢s muy pr¨®ximo al de John Lennon, es que la pen¨²ltima vez, antes de este a?o, que el British Open se jug¨® en Royal Liverpool, en 2006, fue a dar un concierto all¨ª. Fue en la reapertura del local. Ese d¨ªa, por supuesto, toc¨® Knockin¡¯ on Heavens Door y ¡°alguna cosa m¨¢s¡±. Niega haber interpretado All My Exes Wear Rolexes (Todas Mis Ex Llevan un Rolex), algo que la leyenda urbana le atribuye.
Una relaci¨®n especial con el British
Pero, obviamente, la relaci¨®n de Daly con el British Open va mucho m¨¢s all¨¢ de este episodio. Esta edici¨®n ser¨¢ la 25? que juegue en su carrera de un torneo del que habla de una forma especial: ¡°Adoro el Open. Mi primera vez fue en Muirfield (uno de los campos m¨¢s venerados de la rotaci¨®n) en 1992 y me enamor¨¦ instant¨¢neamente de los links¡±, aseguraba en 2006.
Su momento lleg¨® en 1995 en St. Andrews, la cuna del golf. Fue uno de esos triunfos que justifican una carrera entera, en una de las ediciones m¨¢s recordadas. Aquella en la que el italiano Constantino Rocca emboc¨® desde el ¡®Valle del Pecado¡¯, la depresi¨®n del terreno que precede al green del 18, para forzar un playoff que terminar¨ªa gan¨¢ndole el californiano. Daly es ya virtualmente exjugador, pero sigue d¨¢ndose alg¨²n capricho a cuenta de sus exenciones, como venir a jugar este Open a Liverpool, un caramelo para los golfistas y los mel¨®manos como ¨¦l.