Ding impide que Nepomniachtchi sea campe¨®n con una defensa ¨¦pica de m¨¢s de seis horas
El Gran Maestro ruso estuvo bastante cerca de lograr una victoria decisiva en la ¨²ltima partida del Mundial. El t¨ªtulo se decidir¨¢ en partidas r¨¢pidas.
Empatar sin sufrir para forzar los desempates o entrar en los anales del ajedrez por la puerta grande. Esa era la disyuntiva a la que ten¨ªa que enfrentarse Ding Liren durante la jornada de descanso previa a la ¨²ltima partida del Campeonato del Mundo que se est¨¢ celebrando en Astan¨¢. El ajedrecista chino y su rival en el torneo, Ian Nepomniachtchi, estaban a tan solo una victoria de conseguir el trono de Magnus Carlsen.
La competitividad, emblema de un match que pasar¨¢ a la historia por la renuncia del noruego, no falt¨® a su cita con la historia pese a que los nervios carcom¨ªan por dentro a los contendientes. Como sucedi¨® en la mayor¨ªa de los trece duelos previos, las opciones de presenciar un resultado decidido planearon sobre las 64 casillas. Eso s¨ª, es de justicia reconocer que si existieron esas posibilidades fue m¨¢s por los errores de Liren que por alardes en el juego de Nepo.
Si en el equipo de entrenadores del Gran Maestro ruso tem¨ªan a la preparaci¨®n de apertura del combo entre Ding y Rapport, no debieron tardar en respirar tranquilos. La idea del n¨²mero tres del mundo no fue especialmente ambiciosa y Nepomniachtchi la consigui¨® refutar con sencillez. A¨²n as¨ª, la partida cambi¨® totalmente su signo tras el duod¨¦cimo movimiento del blanco.
El candidato oriental se lanz¨® hacia un sacrificio discutible de caballo que, aunque en caso de ser aceptado parec¨ªa mortal para el negro, no ten¨ªa mucha l¨®gica si era desechado. Los problemas en la posici¨®n de Ding cada vez eran mayores por la descoordinaci¨®n de sus piezas. Por ello, esperanzado en alcanzar unas tablas relativamente sencillas, procedi¨® a intercambiar muchas de sus piezas.
Fue ah¨ª cuando qued¨® claro cu¨¢l era el peaje a pagar por jugar ese final. La estructura de peones de Ding estaba muy d¨¦bil, si bien los problemas con un rey que no hab¨ªa podido enrocarse eran todav¨ªa m¨¢s graves. A todo ello hab¨ªa que sumarle que el momento ni siquiera exig¨ªa las mejores jugadas de Nepomniachtchi para amenazar con la victoria decisiva.
De hecho, cuando m¨¢s cerca lo tuvo el vigente subcampe¨®n mundial volvi¨® a incurrir en uno de sus mayores puntos d¨¦biles. Sin casi contemplaci¨®n, omiti¨® dos variantes que le acercaban a la gloria en los movimientos 22 y 30 despu¨¦s de sendos graves errores de Ding. Los problemas de ambos fueron los mismos: jugar demasiado r¨¢pido.
A¨²n as¨ª, Nepomniachtchi segu¨ªa conservando licencia para so?ar. Pero el hombre es el ¨²nico animal que tropieza dos (y tres) veces en la misma piedra y ah¨ª estaba ¨¦l para demostrarlo. Una vez m¨¢s, movi¨® al toque en la jugada 36 dejando que se esfumara la posici¨®n m¨¢s ganadora de todo el lance. F¨¢cil es decirlo conociendo la versi¨®n de los m¨®dulos de an¨¢lisis y sin sentir la presi¨®n de devolverle el reinado en el deporte de las 64 casillas a Rusia diecis¨¦is a?os despu¨¦s.
Una inmensa parte de m¨¦rito en el resultado final tuvo Ding Liren, no hay duda. El chino, pese a que la direcci¨®n del asalto no tuvo la que seguramente esperaba, mantuvo el temple y se defendi¨® como un jabato. ¡°Hizo un a?o de su m¨¢ster en Numancia¡±, bromeaba el Gran Maestro Pepe Cuenca desde la retransmisi¨®n en espa?ol de Chess.com.
Obligado a pelear hasta la extenuaci¨®n en un final de torres -los m¨¢s repetidos y posiblemente complicados en el ajedrez-, Liren tuvo que defender en varios momentos con jugadas ¨²nicas. El tiempo cada vez apremiaba m¨¢s a¨²n superado el control de la jugada 60 y recibiendo treinta segundos extra cada vez que pulsaba el reloj. Los nervios estaban a flor de piel.
Una de las situaciones m¨¢s cr¨ªticas apareci¨® en el movimiento 67. Con 15 minutos, el ajedrecista chino emple¨® m¨¢s de diez para elegir cu¨¢l de los senderos tomar. Negaba con la cabeza como si encontrase la guada?a en todos ellos, pero ese no era el desenlace que el destino le ten¨ªa preparado. Termin¨® tomando justo el camino que m¨¢s forzaba unas tablas que, a¨²n as¨ª, tardaron en firmarse.
Liren consigui¨® la igualada despu¨¦s de 90 movimientos y seis horas y media. El mal rato no se lo va a quitar nadie, aunque evidentemente peor habr¨ªa sido haber perdido. Empatar sufriendo termin¨® siendo un mal menor. Todav¨ªa guarda sus balas para un desempate a partidas r¨¢pidas entre dos pistoleros que han demostrado que, aunque est¨¢n lejos de ser infalibles, tienen ganas de disparar.
As¨ª ser¨¢n los desempates
A las once de la ma?ana del d¨ªa 30 empezar¨¢n unos desempates que ya sirvieron para desempatar los Mundiales de 2016 (entre Carlsen y Sergey Karjakin) y de 2018 (entre el propio Carlsen y Fabiano Caruana). Se disputar¨¢n cuatro partidas a 25 minutos para cada jugador m¨¢s diez segundos adicionales cada vez que muevan.
El primer jugador en llegar a dos puntos y medio ser¨¢ el nuevo campe¨®n. Sin embargo, si empatasen de nuevo a dos, volver¨ªa a haber un nuevo enfrentamiento. En ese caso, se celebrar¨ªan dos nuevas partidas a cinco minutos m¨¢s tres segundos de incremento. Un duelo que se repetir¨¢ en su totalidad si vuelve a haber un 1-1.
En el hipot¨¦tico caso de que, tras los ocho asaltos, el resultado sea de 4-4 se disputar¨¢n juegos a tres minutos m¨¢s dos segundos de incremento hasta que un ajedrecista gane una sola partida. Ese jugador ser¨¢ nombrado como el decimos¨¦ptimo campe¨®n del mundo oficial de la historia del ajedrez y se embolsar¨¢ 1.100.000 euros. El perdedor, adem¨¢s de ganar 900.000 euros, tendr¨¢ plaza asignada para el Torneo de Candidatos de Toronto de 2024.
Las claves
Existen bastantes diferencias entre el ajedrez cl¨¢sico y el r¨¢pido. Las preparaciones te¨®ricas de apertura cobran mucha fuerza y pueden llegar a complicar las cosas hasta tal punto de no tener tiempo para pensar. Una baza que puede jugar a favor de Ding por la creatividad de su primer entrenador durante el torneo o a favor de Nepomniachtchi, que ha demostrado estar mejor preparado por norma general.
Aunque es el ruso quien tiene m¨¢s experiencia en estos ritmos m¨¢s r¨¢pidos -fue bronce mundial en 2017-, existe una importante diferencia de ELO a d¨ªa de hoy entre los dos jugadores. Ding Liren es actualmente el n¨²mero dos en r¨¢pido (2829) y el noveno en rel¨¢mpago (2787), mientras que Nepomniachtchi es el s¨¦ptimo en r¨¢pido (2761) y el d¨¦cimo en rel¨¢mpago (2781).
Para m¨¢s inri, Ding Liren jugar¨¢ con piezas blancas en la primera partida r¨¢pida. Un hecho que puede ser determinante, pues tendr¨¢ ese mismo color en la primera de las muertes s¨²bitas que se jugar¨¢n si persistiera el empate tras ocho lances.