Un Mundial sin cuento de hadas: Dinamarca acaba con Portugal

El anhelo de todo un pa¨ªs estaba en sus manos, en las de un grupo de j¨®venes que hicieron so?ar en grande a m¨¢s de 10 millones de personas. Pero enfrente estaba el ogro, ganador de los ¨²ltimos tres Mundiales y los pasados Juegos Ol¨ªmpicos, el peor rival posible para afrontar unas primeras semifinales de un Mundial, as¨ª como de cualquier otro gran torneo internacional. Y el pr¨®ximo domingo (18:30, TDP), Dinamarca perseguir¨¢ su cuarto t¨ªtulo mundial consecutivo (nadie lo logr¨® antes) tras derrotar a Portugal (40-27), con una actuaci¨®n colosal de Nielsen bajo palos (casi 40% de paradas) y de Gidsel de cara a puerta (9 goles). La final, in¨¦dita en la historia de este campeonato, ser¨¢ frente a Croacia.

Independientemente de lo que sucediera en el Unity Arena de Oslo, este campeonato siempre quedar¨¢ en la memoria del aficionado como el ¡®Mundial de Portugal¡¯. Una actuaci¨®n prodigiosa, que les sirvi¨® para dejar por el camino a rivales de la talla de Brasil, Noruega, Espa?a y Alemania, y que ser¨¢ un punto de inflexi¨®n en su historial. Con la cabeza bien alta y sin complejos, Portugal trat¨® de resistir lo m¨¢ximo posible ante una Dinamarca que tuvo un primer vendaval desde el pitido inicial. Con m¨¢xima contundencia en ataque y la efectividad de Nielsen bajo palos, consiguieron un primer parcial de 6-2 que les asegur¨® minutos de tranquilidad.

En lo colectivo, los daneses van sobrados, pero en el plano individual tambi¨¦n. Los n¨®rdicos desbordaban a la zaga portuguesa en cada acci¨®n individual, lo que les llev¨® a numerosos lanzamientos desde los siete metros. En el minuto 21 pudo cambiar el devenir del encuentro, pero Dinamarca tir¨® de ese instinto de supervivencia tan caracter¨ªstico de los campeones. Portugal tuvo posesi¨®n para empatar, pero cometi¨® una p¨¦rdida absurda que los daneses castigaron a la contra. En el siguiente ataque, Portela recib¨ªa la exclusi¨®n por un lanzamiento que impact¨® de lleno en la cara de Nielsen. El intento de reacci¨®n, fallido.

El segundo tiempo reanud¨® el partido con esa valiosa renta de cuatro tantos para Dinamarca (20-16), lo que obligaba a Portugal a asumir m¨¢s riesgos a ambos lados de la cancha si quer¨ªa so?ar con la remontada. Bastaron tres o cuatro acciones para comprobar que eso era una utop¨ªa, que la brecha era imposible de cerrar, m¨¢xime cuando Dinamarca, incluso, anotaba en inferioridad num¨¦rica. Los daneses, aut¨¦nticos rayos, eran capaces de percutir una y otra vez sobre la zaga danesa con r¨¢pidas transiciones ofensivas, lo que unido a una progresiva p¨¦rdida de punter¨ªa por parte de Portugal desemboc¨® en una goleada de la que Gidsel (9) y Schmidt (8) fueron protagonistas. Color¨ªn colorado, el cuento de hadas se ha acabado.

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